Como dijo alguien una vez, al ver sus fotos vestido de osito peludo en su propio cuarto oscuro, dentro de su famoso bar donde nunca está, Miguel Frontera sigue adelante en su proceso de autohumillarse. Y su última ocurrencia es pasearse con su escudo roto del Capitán PP por una manifestación donde no dejan de insultarlo y reírse de él, además de romperle el escudo (luego volvió con otro).
La verdad es que hasta a mí mismo, que tengo un juicio pendiente con él por su encerrona con los porteros de discoteca de hace un año, en Madrid, me está empezando a dar verdadera pena este pobre tarado mental que quiere ser chivato, político y héroe popular aparte de tener verdaderas opciones para caudillo LGTB y sustituto de Zerolo.
Como siempre he dicho, desde que empezó a amenazarme por el teléfono, con su voz seseante, a mí Miguel Frontera siempre me pareció que estaba intentando ligar conmigo, porque cualquier cosa es posible con estos elementos del PP. Y es que uno de los principales bastiones del LGTBISEDF está precisamente en Génova y sus Nuevas Degeneraciones.
«¡Al del escudo le gusta por el c***!»
«¡Al del escudo le gusta por el c***!» El grito con el que saludan los patriotas a este payaso mientras se pasea por entre la multitud que le increpa y se ríe de él. ¿Es el final de una era de hacerse el macho alfa y ocultar su verdadera identidad como político evidente y chivato?https://twitter.com/berzasverdes/status/1724878138784522534?s=12&t=Q0m39Oyp11hP9OfDcIO0LQ «Al del escudo le gusta por el c***», jalean.
