El paquete de Sánchez (aquí hay gato encerrado)

La farsamocracia española nunca ha tenido nada de lo que presumir. Hemos sufrido políticos, diputados, presidentes, ministros, alcaldes, concejales… absolutamente nauseabundos desde el año 1978, pero siempre había unos límites. Si a alguno de estos tipos se les pillaba «con el carrito del helado» era difícil que se le condenara con todo lo que merecía, pero, al menos, salía «por patas» y le perdíamos de vista.

Pero lo que estamos viendo con el caso de Sánchez clama al cielo. Ya no es cuestión de contar lo que ha hecho, ya hay que contar qué no ha hecho para ir más rápido. Por tomar como ejemplo de lo más grave que ha hecho, la farsemia y los banderillazos, creemos que ni siquiera los «dudacionistas» más convencidos somos capaces de ver hasta qué punto de criminalidad se ha llegado. Creemos que nos faltan datos y si los tuviéramos todos, nuestra sensación es que estaríamos aterrados.

Y los presuntos máximos responsables de todo eso serían Sánchez y ojo, también Felipe VI. Ahora vemos que Sánchez se quiere amarrar al sillón de presidente como sea, a costa de lo que sea, pero creemos que hay mucho más detrás de eso, creemos que hay un miedo pavoroso del protagonista a convertirse en «persona normal», por mucho expresidente que fuera.

Nuestra sensación es que lo peor está por venir. Que el asunto de los efectos del veneno lejos de acabar, no han hecho más que empezar y pensamos que vamos a ver auténticos dramas a nuestro alrededor. ¿Cómo ocultar eso cuando se agudice? ¿Cómo tapar el sol con un dedo, a pesar de la falta de luces de la sociedad española?

Estando donde está, Sánchez se siente protegido, el sistema al completo le protege. Pero siendo un simple expresidente, ¿le protegería tanto? ¿Correría el riesgo de que le convirtieran en cabeza de turco si la cosa, tal y como nosotros la vemos, se agravara hasta límites difíciles de camuflar? ¿Es posible que Sánchez, además de prepotencia, tenga miedo?

Suenan, además, tambores de guerra alrededor de todo el mundo. A nosotros nos han llegado incluso rumores sobre Europa, de los que no nos vamos a hacer eco por prudencia. Sirva como ejemplo este mensaje que hemos leído en un canal de Telegram ruso:

«Estados Unidos está trasladando fuerzas militares a Medio Oriente a una escala sin precedentes – Evergreen Intel

Precisamente ayer llegaron desde Estados Unidos a la región del Mediterráneo Oriental al menos 53 aviones C17 Globemaster III y 7 aviones C-5M Super Galaxy.

Por primera vez desde 1945, más de 50 buques de guerra de 11 países están presentes en el Mar Mediterráneo y el Mar Rojo».

Ese también sería un motivo por el que Sánchez pudiera querer estar «a cubierto», bien protegido en Moncloa. Pero ojo, que una guerra también sería una buena forma de camuflar el enorme número de víctima de los venenos experimentales.

Creemos que estamos en uno de los momentos más delicados de la historia, los movimientos que vemos a nuestro alrededor, así lo demuestran. No queremos ser agoreros, pero la cosa está rara, muy rara. Más que rara, peligrosa.