viernes, noviembre 22, 2024
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De Israel a la gran mentira de las élites

En un documento de la Fundación Rockefeller de 2010 se establecían cuatro escenarios posibles: uno era la pandemia por un virus de origen animal, proveniente de China y causa de medidas extremas como el uso de mascarillas, control de temperatura y control de distanciamiento social (para no hacerlo muy largo, lo que ocurrió 10 años después); otro era el terrorismo musulmán en Europa, con episodios inesperados que amenazan a la estabilidad social y la propia seguridad. Llevan años diseñando las posibles representaciones del caos y, como buenos aprendices de los Rothschild y socios fieles, actúan de acuerdo a planes muy bien trazados.

Los recientes acontecimientos de Israel constituyen la excusa perfecta para la instauración de un orden mundial basado en el miedo y en la inseguridad. La agenda 2030, como bien se sabe, requiere de un reseteo social a nivel de inconsciente colectivo, necesario para que se puedan seguir las normas del nuevo orden mundial, fundamentadas en el satanismo, la esclavización de la sociedad hacia el poder, la sumisión total hacia el gobierno, las nuevas ideologías políticas que son sectas, cuyo fin es crear una sociedad basada en el adoctrinamiento entre los sujetos, amparada por los medios de comunicación y el control poblacional a través de símbolos inconscientes. El fin es, por lo tanto, la imposición del miedo como motor del mecanismo social.

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Así mismo, es éste el vehículo para generar la sensación de que la sociedad se encuentra en un estado de inestabilidad y destrucción, que todo lo que nos da seguridad y paz está en peligro y pertenece al pasado. El cambio climático es un ejemplo perfecto, anunciando un futuro lleno de desastres ambientales, hambrunas, sequías, inundaciones, subidas del nivel del mar, alteraciones climáticas extremas en forma de fuertes huracanes y todo tipo de fenómenos al que no hemos estado nunca acostumbrados; la realidad es que es provocado y sus efectos ya se están notando. La frase que representa todo este hecho es “ya nada será como antes” y hemos de adaptarnos a todo tipo de cambios bruscos, por lo general desagradables y potencialmente desagradables.

La guerra de Israel es la excusa perfecta para varias campañas: primero para generar la división entre los que defienden a dicho Estado y reclaman el derecho a defenderse (sabemos que es un constructo de los Rothschild, según mi artículo anterior, al que les remito) y los que defienden a los musulmanes y al grupo terrorista Hamas, financiado por las mismas fuentes sionistas, vistos como víctimas de la mayoría malvada y cruel. Sirve, por lo tanto, para procrear la división entre cristianos y musulmanes, creando un conflicto entre distintos grupos culturales. El plan Kalergui, de comienzo en los años 20, ya contemplaba la destrucción de la cultura occidental gracias a la invasión de pueblos incompatibles y las migraciones masivas a ciudades enteras, sin ningún tipo de control, en condiciones económicas inasumibles; además, el rencor se va a acumulando en los mal llamados países del primer mundo, como Francia, donde los nietos de los árabes no se consideran galos y reclaman sus raíces musulmanas, crean el ambiente perfecto para generar el ejército antieuropeo dentro de los propios barrios. Basta con una llamada del líder de Irán para un viernes de furia en el que un hombre muere acuchillado en Francia, al tiempo que un representante israelí es asesino del mismo modo en otro país. Los enemigos ya están cerca y pueden ser nuestros vecinos.

Ello enlaza con el segundo objetivo que es generar un terror psicosocial parecido al que se impuso por la pandemia gracias al virus del covid 19. La masa, sensibilizada por lo ocurrido hace tres años (no fue en balde semejante programación del inconsciente y generación del consiguiente estrés postraumático), crea otra justificación para que el Estado entre a protegernos. ¿Porque a quién vamos a pedir ayuda si vemos que todo lo que creíamos seguro se tira por el wáter cuando el ciudadano, acostumbrado a que el mismo sistema social le resuelva el modus vivendi (especialmente en la parametrada mente europea), no sabe qué hacer y ve su vida en peligro en cualquier momento, al igual que ocurrió con la farsemia covidiana? Es el mismo miedo a la muerte de hace tres años, resucitado esta vez por una guerra que amenaza con llamar a nuestra puerta, pero esta vez no es un virus que dicen desconocer, no, es un hecho real que lleva más de 4000 kilómetros de nuestra casa y que puede llegarnos en cualquier momento. Esto da una sensación de credibilidad y de instrumentación del miedo y de las estrategias del Estado a un nivel más amplio que en la farsemia, pues los datos son reales e innegables. En otras palabras, la manipulación de masas de los psicólogos al servicio de Satán, que asesoran y enseñan a los políticos en sus malas y oscuras artes, tienen más fácil llevarnos al escenario que deseen, lo que les puede permitir declarar medidas de inmovilización social, más rígido control poblacional, desconfianza entre unos y otros, de modo que no nos vemos como aliados sino como enemigos y sólo basta acentuar la división de la población bajo la excusa de medidas de seguridad para crear el clima perfecto para acelerar los restantes planes de la agenda 2030.

No podemos olvidar que la farsemia tuvo su impacto, pero no fue suficiente pues sus argumentos eran tan contradictorios y absurdos que la población acabó por no acatar las estúpidas órdenes, razón por la que la OMS no ha impuesto una nueva plandemia a estas alturas del partido, con problemas incluso para que esta organización mafiosa esté por encima de las constituciones. Del mismo modo, ninguno de los intentos (gripe aviar, mosquitos, virus nuevos día sí, día no, vacunas que mucha gente no quiere…) dan sus frutos. A nivel internacional la guerra con Rusia parece que se apaga, gracias a la inteligencia de Putin y la excusa para atacar a este país pierde sentido día tras día, frustrando los planes del Pentágono sobre la deseada tercera guerra mundial, que lleva mucho retraso, según los sionistas. Hay que hacer algo, es necesario dar un golpe de efecto en el escenario internacional y ése es Israel, sí señor, mostrando a este país como víctima, como siempre se ha hecho (no olvidemos que el genocidio nazi fue proyectado desde el Congreso de Basilea de 1897, foro de la redacción de los Protocolos de los Sabios de Sion).

Un plan perfecto para intentar acelerar el caos económico, de paso subiendo el precio del petróleo, tal como ocurrió en la guerra de 1973 en Israel, que, oh sorpresa, comenzó casi en su aniversario, y así hundir al mundo en la ruina y generar la necesidad del reseteo económico. 

Un detenido análisis de estos detalles pone los pelos de punta porque todo cabe como en un encaje de bolillos y ahora están con el ataque a Palestina para ver cómo la reacciona la sociedad, siguiendo los pasos de la ventana de Overton, y así ver qué piensa la población y cómo se pueden introducir las creencias que nos hagan creer que los diabólicos son nuestros salvadores.

He aquí el escenario del mundo actual; depende de nosotros si actuamos con amor, desobediencia hacia el Estado y quienes lo dirigen por traidores, no sólo a la patria, sino al alma humana y a Dios, el cual desean destruir. Basta ya.Albert Bike, a buen seguro, esbozaría una sucia sonrisa al comprobar como su tercera predicción empieza a tomar forma y pensara: “No está mal que 152 años después de su famosa carta, los bárbaros incendien la paz mundial para que impongamos la nuestra, la ”perpetuam mortis pacem nostra gens volit”” ¡REACCIONA Y NO TE CREAS NADA!

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5 COMENTARIOS

  1. Magnífico análisis.
    Todo esto ha sido concienzudamente planificado, lo mismo que mantenerlo bien oculto y que no lo creamos. Ya han comenzado a teatralizarlo para imvolucrarnos. La *profética* carta (fechada en 1871) del illumimati Albert Pike (militar y político norteamericano poderoso, ocultista y practicante de la magia negra) a Giaccomo Mazzini (ambos masones de grado 33) tras acertar plenamente en su previsión de las dos primeras guerras mundiales predice que la Tercera Guerra Mundial será una guerra de religiones que comenzará logrando que sus agentes enfrenten al Islam con el sionismo político que poco a pose se irán uniendo las demás naciones que será la más. Mortífera de las Tres Guerras y que los supervivientes aborrecerán a las religiones clásicas y aceptarán la nueva pseudo religión global que a ellos les interese

  2. Este Mierdayahu y estos Mierdayolás nos van a llevar al desastre, ya nos estan llevando.
    Fuera los Mierdayahus y los Mierdayolás. Terroristas HDP.

  3. Buen artículo. Definitivamente el planeta entero está a merced de estos DEMONIOS PSICOPATAS GENOCIDAS (hombres entregados a todo lo que contraviene el AMOR) afortunadamente nosotros somos mayoría según ellos hay más de 8mil millones de almas en este planeta ellos pueden representar escasamente un 1% ó 2% más allá no llegan. El mañana dependerá de la posición que asumamos, y a todas luces deberá ser encontrado de estos seres de mal vivir.

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