Es tremendo lo que está sucediendo en esta España de la aberrante farsemia y de las criminales inoculaciones. Es impresionante de qué forma la gente sigue el relato oficial, como si fuera el burro persiguiendo la zanahoria, mientras por detrás, por delante y a su costado se la cuelan doblada.
¿Durante cuánto tiempo se ha hablado del tremendo pucherazo electoral que se ha producido en España? ¿Se dan cuenta que llevamos más tiempo hablando del impresentable de Rubiales, que de algo tan grave como eso?
Mientras tanto, y como clamando en el desierto, gente como Pilar Baselga, como Gabriel Araujo, como Guillermo Rocafort y muchos otros valientes, siguen denunciando las aberraciones cometidos a lo largo del proceso electoral, sin que casi nadie haga nada, ni siquiera esos influencers con seguimientos millonarios, que callan la boca demostrando que aquello de la disidencia controlada es una gran realidad en la España actual.
¿Cuántos medios se han hecho eco de estas pruebas? ¿Cuántos del «solo queda Vox»? ¿Cuántos fieles seguidores del partido de Abascal que, con miles de seguidores, nos habían contado milongas hasta que pasaron esas elecciones? ¿Les había dicho alguien esto que denuncia Guillermo Rocafort? ¿Ha aparecido en alguna televisión?
Olvídense del puñetero y maleducado Rubiales y de los cuentos de los grandes medios de manipulación y centrémonos en lo que realmente importa. ¡¡Ya está bien de hacer el tonto!!
El mundo está loco loco loco
Los de siempre nos han dado el pucherazo más grande de nuestra historia pero ahora son poquísimos los que saben que las juntas electorales no suman los votos de las actas en los actos públicos de los escrutinios generales. Los que lo saben también saben esto es posible porque las altas jerarquías políticas, judiciales, mediáticas y militares han sido ocupadas por la masonería de forma que tienen en la inopia a la inmensa mayor parte de la expoliada masa goyim