En un artículo publicado este 19 de junio por The Objective, se informa que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, habría solicitado al portavoz de ERC en el Congreso, Gabriel Rufián, que no insista en la supresión de los aforamientos, argumentando que los «necesita». Esta declaración surge en un contexto de creciente tensión política debido a los escándalos de corrupción que han afectado al PSOE y al entorno cercano de Sánchez, incluyendo a su esposa y hermano, quienes están bajo escrutinio judicial.
El artículo detalla que Rufián, durante una reunión en La Moncloa, expresó su preocupación por la estabilidad del Gobierno y exigió a Sánchez que garantice que no existe una «Gürtel del PSOE», en referencia a un posible caso de financiación irregular. Además, advirtió que, de confirmarse pruebas de corrupción grave, ERC podría retirar su apoyo al Ejecutivo, abriendo la puerta a elecciones anticipadas. En este sentido, Rufián instó a Sánchez a jurar que su nombre no aparecerá vinculado a irregularidades y a tomar medidas contundentes contra la corrupción, incluyendo la eliminación de los aforamientos.
Sin embargo, según The Objective, Sánchez no solo evitó responder a estas demandas, sino que defendió la necesidad de mantener los aforamientos, una figura que protege a cargos públicos al ser juzgados únicamente por tribunales superiores, como el Tribunal Supremo. Esta postura contrasta con las promesas previas del PSOE, que en 2014, bajo el liderazgo de Sánchez, se comprometió a eliminar esta prerrogativa.
El artículo también destaca la pasividad de los grandes sindicatos, CCOO y UGT, ante el aumento de la corrupción política y empresarial, así como el récord de empleo temporal encubierto como fijo discontinuo en 2024. En este contexto, Rufián emerge como una figura clave que cuestiona la continuidad del Gobierno, mientras Sánchez se enfrenta una crisis de credibilidad que pone en riesgo la legislatura.