Considerada una de las marcas más reconocidas a nivel global en almacenamiento de alimentos, Tupperware, ha iniciado el proceso en los Estados Unidos para declararse en quiebra. Esta noticia ha sorprendió a muchos, ya que la compañía fue pionera en la venta de recipientes herméticos de plástico, creando un concepto tan popular que la palabra «táper» pasó a ser sinónimo de cualquier recipiente similar. Sin embargo, a pesar de su legado, la empresa ha enfrentado problemas financieros graves, marcados por la creciente competencia, cambios en los hábitos de consumo y desafíos de adaptación al entorno digital.
Fundada en 1946 por Earl Tupper, Tupperware rápidamente se posicionó en los hogares gracias a sus innovadores recipientes de plástico diseñados para conservar alimentos frescos por más tiempo. La clave de su éxito radicó en su diseño hermético, que fue una verdadera revolución para los hogares en la posguerra. Pero lo que impulsó realmente a la marca fue su modelo de venta directa: las famosas “fiestas Tupperware”. Estas reuniones sociales, donde se demostraban los productos, permitieron que la marca se convirtiera en un fenómeno global, involucrando a miles de mujeres como distribuidoras independientes.
Durante décadas, Tupperware fue sinónimo de calidad e innovación, y su popularidad no paraba de crecer, con ventas que alcanzaron su punto álgido en los años 70 y 80. La compañía se adaptaba a las tendencias con productos cada vez más diversos y coloridos, llegando a ser un nombre esencial en millones de hogares alrededor del mundo.
A pesar de su éxito temprano, en las últimas dos décadas Tupperware comenzó a mostrar signos de desgaste. La transformación del mercado hacia las compras digitales, la aparición de nuevos competidores con precios más bajos y el auge de marcas que, siguiendo las imposiciones agendistas, apostaron por materiales «ecológicos y sostenibles», afectaron su posición dominante. Además, el tradicional método de venta directa perdió relevancia, ya que los consumidores empezaron a preferir opciones más rápidas y accesibles a través de plataformas en línea.
Uno de los mayores problemas fue que Tupperware tardó en adaptarse al comercio electrónico y a las nuevas dinámicas de marketing digital. Mientras marcas competidoras lograban establecer una fuerte presencia en redes sociales y tiendas en línea, Tupperware mantuvo un modelo de negocio que dependía en gran medida de las reuniones en persona y de ventas a través de catálogos. En un contexto donde las compras se realizaban cada vez más desde dispositivos móviles y los consumidores exigían mayor comodidad, esta estrategia resultó obsoleta.
Tupperware se encontraba desde hace tiempo al borde del colapso. La empresa acumulaba grandes deudas y no tenía suficiente liquidez para continuar con sus operaciones de manera efectiva. Aunque se tomaron algunas medidas para intentar revertir la situación, como el lanzamiento de nuevos productos y colaboraciones estratégicas, estos esfuerzos resultaron insuficientes.
En su declaración de quiebra, la compañía indicó que necesitaba atraer inversiones externas para seguir operando, pero el panorama no era alentador. Las acciones de Tupperware cayeron drásticamente este lunes, lo que subrayaba la pérdida de confianza del mercado en la marca. Los expertos en finanzas señalaron que, sin una reestructuración radical o un rescate financiero, la empresa podría estar enfrentando su final.
Patéticos. Sólo tenían que haber dado el paso al comercio electrónico, simultaneándolo con la horterada de las reuniones si querían, y ahora serían una potencia. Unos productos inigualables que ha sido imposible comprar con un click. Im-presionante.
No he visto mayor caso de ceguera a los tiempos que el de esta empresa.
Las ridículas reuniones de Tupperware nacieron con éxito cuando las mujeres que en su gran mayoría eran amas de casa y etiquetadas de busconas si se les ocurría entrar en un bar sin el marido no tenían apenas momentos para socializar. Hoy en día es absurdo, cateto y anticuado.
De hecho, si se lo proponen, remontan en un par de meses simplemente poniendo una fucking web o vendiendo en Amazon.
No es tan facil, tupperware fue pionera y con las mejores calidades, pero llegaron los chinos con su ingenio y consiguiero abaratar el concepto, no teniendo la misma calidad y durabilidad pero eran practicos y funcionales con precios irrisorios y no todo el mundo siguio dispuesto a pagar la marca siendo un producto de plastico