Por Alfonso de la Vega
Una cosa que llama la atención es la actual moda por convocar elecciones extemporáneas con el previsible pero paradójico resultado de perderlas. Resulta inquietante porque indicaría que acaso viene algo muy gordo y el Poder real prefiere que «apechuguen» o lo sufran otros. O quizás en ciertos casos privilegiados asegurarse la política más conveniente. También se viene observando que el sionismo, debilitado Netanyahu por sus crímenes, va tomando posiciones, así en Argentina, Méjico, Marruecos, EEUU, o también en Reino Unido. Sobre estas elecciones británicas conviene comentar algunas cuestiones para tratar de comprender mejor lo que pasa.
La mujer del nuevo líder laborista inglés es judía, así como sus hijos. Como la de Abascal o la hija y el yerno de Trump. El flamante vencedor, Keir Starmer, es un fabiano sin escrúpulos que procede de una familia aristocrática, ha sido abogado de poderosos pederastas, por lo que debe conocer las cloacas más sórdidas y estables del Poder real, así como merecer su confianza. Se le achaca haber defenestrado oportunamente a su jefe Jeremy Corbyn bajo la tan socorrida y eficaz acusación de “antisemitismo”.
El laborismo ha ganado de modo estrepitoso provocando la mayor derrota de los tories en décadas. Pero el laborismo inglés está muy influido por la Sociedad Fabiana, un grupo escindido de otra organización anterior, la Hermandad de la Nueva Vida. Institución concebida al amparo de las consabidas consignas obreristas y humanitarias por un reducido grupo de «filántropos» perteneciente a los medios acomodados de la aristocracia y burguesía británicas, propios de la alta sociedad de la Inglaterra victoriana. Una característica que ha sido habitual a todo lo largo del tiempo. La Sociedad Fabiana está muy relacionada con las grandes finanzas judías internacionales.
En 1894 el trust de Henry Hutchinson regaló a la Sociedad Fabiana diez mil libras para sus actividades. Con este dinero y otros fondos aportados por la casa Rothschild, sus dirigentes crearon la famosa London School of Economics and Political Science cuyo cometido sería formar a los futuros teólogos artífices de una nueva sociedad regida por los principios fabianos. Y es que el socialismo fabiano representaba el primer intento sistemático de asociar el modelo económico capitalista con las tesis marxistas, bajo la sabia y filantrópica dirección de las «élites» anglosionistas. Como se ve se trata de una manifestación temprana del actual proceso despótico globalista totalitario.
A nivel internacional, o globalista, la socialdemocracia es un invento desarrollado por la Sociedad Fabiana compuesta de gentes próximas al progresismo plutocrático bien pensante, que tanta influencia tuviera primero en la sociedad inglesa desde el siglo XIX y ahora en los entresijos ideológicos de la socialdemocracia globalista y su lenta preparación del eugenésico y plutocrático NOM. Lo de la eugenesia es una se las claves más importantes a la que son tan aficionados y proclives en el mundo anglosajón. Junto con la pionera Sociedad Fabiana con el mayor descaro e impunidad desde toda clase de instituciones globalistas mercenarias supuestos filántropos propugnan el exterminio de la mayoría de la población mundial por razones pretendidamente ecológicas. O del fraudulento cambio climático de origen antropogénico. Exterminio de los otros se entiende, que ellos no dan ejemplo suicidándose primero tan ricamente.
Pero parece que ahora hay una cierta tregua internacional, como si hubiese alguna duda sobre qué hacer, cómo hacerlo y con qué títeres. Así por ejemplo, obviando el intento de sustitución mediante métodos más contundentes como el atentado sufrido por el primer ministro patriota Robert Fico en Eslovaquia, las dudas sobre la conveniencia de jubilar o no a Biden. O a Zelenski, o a Macron, o a Netanyahu… Muchos complejos problemas mundiales están cada vez más enconados pero parece que aún falta la decisión final quizás por la gravedad de sus consecuencias. Es curioso que los antiguos Partidos Socialistas europeos hayan ido desapareciendo como tales o cambiando de nombre víctimas de su corrupción y demagogia, desde luego, pero sobre todo de las nuevas tácticas y estrategias de la plutocracia a la que sirven. Desde tal punto de vista el caso inglés no deja de ser una excepción cuando en la UE se ensayan soluciones comunistas más violentas y desastrosas.
Pero detengámonos un poco más en aclarar lo de la Sociedad Fabiana. Uno de sus miembros más famosos, el dramaturgo Bernard Shaw, buen conocedor del Poder, puso en boca de uno de sus personajes literarios, el financiero Undershaft, unas esclarecedoras palabras que bien podemos traer aquí. En su obra «La Comandante Bárbara» le habla el financiero al político así:
«¡El gobierno de tu país! Yo soy el gobierno de tu país, yo y Lazarus. ¿Crees que tú y unos cuantos principiantes como tú sentados en fila en esa institución de estúpido parloteo pueden gobernar a Undershaft y a Lazarus?
No, amigo mío, ustedes harán lo que nos convenga. Harán la guerra cuando nos sirva. Comprenderán que el comercio necesita ciertas medidas cuando nosotros hayamos decidido esas medidas. Cuando yo necesite algo que aumente mis ganancias, ustedes descubrirán que mi voluntad es una necesidad nacional, y cuando los demás necesiten algo que disminuya mis ganancias, ustedes llamarán a la policía y al ejército.
Como recompensa gozarán del apoyo de mis diarios y de la satisfacción de pensar que son grandes estadistas… Vuestras multitudes depositan sus votos y se imaginan que de esa forma gobiernan a sus gobernantes. ¡Votar! Cuando usted vota lo único que cambia son los nombres del Gabinete».
Es un diagnóstico muy certero. El arte muestra la realidad. La Plutocracia globalista usa uno u otro de sus peones según mejor convenga. El Reino Unido es uno de los centros sionistas más importantes. Pero aquí, en la periferia imperial, en este desastroso reino filipino sujeto a los peores experimentos de devastación nacional y social, las cosas son distintas aunque la labor de la PSOE a favor de la oligarquía también resulta encomiable, lo que es el secreto de su permanencia. Les ofrece cierta pax social, evitando que el populacho votante socialista se rebele ante la pérdida de expectativas de llevar una vida digna y honrada fruto de su propio trabajo o ante las desestabilizadoras invasiones de africanos. E inventando toda clase de supuestos derechos sociales artificiales con sus sopa boba o paguillas asociadas aumenta el déficit y en consecuencia la deuda que sirve para engordar la gusanera de los usureros nacionales e internacionales. La ruina de la economía real y de la clase media, la deuda impagable, sirven para fomentar el agio de los fondos buitres amos o cómplices que pescan a río revuelto. Un negocio redondo del que habrá que hablar más en otro momento.
Es el insuperable racismo y supremacismo alubio el que explica todo. Es más que un racismo, es un especismo, desde su perspectiva.
No significa que todos los alubios sean exterminadores diabólicos, del mismo modo que no todos los vascos son etarras, ni todos los catalanes borregos separatas, ni todos los alemanes «nazis», más bien el porcentaje de malignidad es siempre minoritario, pero la malicia y la perfidia siempre dan ventaja.
No están todos los que son, pero son todos los que están, como se suele decir. Masones, fabianos, la psoe, el pp, junts… Se empeñaron en hacernos «tests» a todos para tener la base de datos genética que les obsesiona (Macron lo confesó sin pretenderlo, cuando se negó a testearse al ir a Rusia para que Putin no tuviese su ADN), y habría que hacérselos a todos ellos para empezar a revelar cosas con la ciencia en la mano.
En cada país los cerebros del rollo «refugiados sin límite», «diversidad», etc, son alubios, y la mayoría de los políticos masonazos. Está comprobado. Ellos tienen un plan, les ha sido transmitido clandestinamente, y en ello están. Identitarismo + proyecto existencial son los principales combustibles para un grupo, por eso en Europa se han destruido activamente mientras se exacerban en otros grupos. En las redes americanas han pillado incontables casos de alubios que por un lado aprovechan su tez pálida para hacer propaganda de autoodio «blanco», suplicando ser exterminados como «blancos culpables de todo con una maldad intrínseca de la que el mundo debe ser librado», y en otros los pillan haciendo alarde de alubismo y afirmando que el blanco debe ser exterminado.
Es lógica y son datos, no «antisemitismo».
Pues ahie está está gran información.
Que luego todos pensemos que los judíos dirugen el mundo…es pura conjetura,es que somos ‘paranoicos’.Asi pues,de donde nace la Cristofobia?.
Brillante texto y comentarios en El Diestro, una vez más, lo que convierte está situación en surrealista.
Otra descripción clara de la realidad que solo llegará a una minoría que además ya está informada…
Pues estos se lo pierden,el comer unas tapitas de jabugo.