“Spain is different”

Por Alfonso de la Vega

Dando por buena la hipótesis de ausencia de fraude, el resultado publicado de las votaciones al Parlamento europeo en España muestra una mayoría absoluta de la abstención con un 51 %. A falta de datos oficiales europeos definitivos sería algo mayor que en el conjunto europeo. Lo que es una lástima que no se tenga en cuenta a la hora de asignar escaños, pues nos ahorraría muchos millones de euros. Tras la abstención ganadora, la minoría restante se reparte entre la PP (17 %), la PSOE (15%), VOX (5%) y otros partidos. La enorme abstención muestra el desapego con la UE de un importante número de ciudadanos a la que ven como caballo de Troya contra prosperidad, derechos y libertades nacionales y otro motivo más, y muy grave, de preocupación. Y de algún modo, al ser superior a la mitad del censo deslegitima los resultados desde un punto de vista democrático.

Se equivocó la añosa pitonisa Tezanos, o quizás lo sabía pero quiso engañar a la gente malversando prestigio institucional y caudales como suele ser habitual, pero el falsario y su banda ni ganaron ni empataron como nos querían hacer creer. Aunque, si no habido fraude ex post, parece mentira que en pleno siglo XXI haya tanto vasallo encanallado, encantado y cómplice con la traición, la corrupción y la delincuencia que el partido de Sánchez representa. Un 15 % del electorado nada más y nada menos. Claro que eso del bien de España, trabajar y no vivir del trinque o de la sopa boba es cosa de “fascistas”.

Lo del PP podría haber sido peor. En la realidad europea da igual. Ambos PP y PSOE son agenda 2030 y votan juntos en el parlamento bajo el dominio de la corrupta comisionista Von Trinken. Pero aquí, desnaturalizando el significado europeo de los comicios, se había montado la película a modo plebiscitario como solidaridad o no con la corrupción de la madame presidencial, una argucia para llevar más posibles electores a las urnas, disminuyendo la escandalosa abstención. Desde una perspectiva española, el PP muestra su posición de que «el mantenimiento del partido y Feijoo son lo único importante», es decir, su inutilidad para conseguir un cambio real. A diferencia de Francia o de Bélgica en los que las elecciones ya han provocado cambios como convocatorias o dimisiones, aquí el falsario ha salido vivo, salvo por lo que pueda pasar por la aviesa secuela catalanista. Por eso cabe considerar un mal resultado en la medida que le obligue a mantener la actual posición de incapacidad o complicidad turnista en la reserva para hacer lo mismo. De no haber una renovación radical en objetivos y personas, el PP sigue inoperante, constituye un freno para la salida de la crisis y forma más parte del problema que de su solución. 

VOX no ha aprovechado el viento a favor presente en toda Europa. Quizás porque no termina de ofrecer una alternativa verdadera o creíble al Régimen. Para colmo lo de la humillación de Abascal en la campaña mostrando servidumbre yendo a rendir pleitesía un acusado de crímenes contra la Humanidad puede considerarse como todo un sabotaje. Una vía de agua probablemente definitiva, al menos entre la gente con mayor formación política, a la menguante credibilidad de su partido como auténtica alternativa patriótica al NOM. Sionismo y patriotismo son incompatibles.

Acaso lo más novedoso sea la irrupción de Alvise, de la que aún sería demasiado pronto para valorar su incidencia. A menos que se tratase de un montaje muy bien realizado sabemos que ha padecido toda clase de trampas, añagazas, ocultamientos, calumnias, sabotajes… por parte del poder político, mediático y empresarial. Es posible que el aforamiento y la financiación permitan proteger y fomentar su conocida actividad contra la corrupción pero lo que pueda hacer desde ahora es una incógnita.

Desde el punto de vista general europeo, por desgracia, el partido popular europeo, centro- izquierdista, agendista, fabiano, pro Davos, sometido a EEUU y la OTAN, corrupto también en lo que se refiere al entendimiento,…  ha resultado la mayor fuerza política lo que, de seguir así, pudiera poner a Europa al borde de la ruina, la guerra y la devastación total. La belicosa comisionista jefa ya ha indicado que desea mantener su contubernio liberticida con los socialistas.

Cabe resaltar como positivo además del batacazo de Macron el auge de lo que torticeramente se ha venido en llamar “extrema derecha”, que más bien es «extrema necesidad». Auge mayor cuanto más claro expresa su razón de ser y programa. Así en Austria, Alemania, Francia, Hungría…  Pero aquí en España, laboratorio de calamidades, nos vamos quedando rezagados, al margen de los movimientos geoestratégicos, en una especie de reino encantado. Descartado el PP, VOX se estaría encargando de evitar en la práctica que este penoso reino se sume a esa línea de imprescindible renovación a fondo si queremos que la civilización occidental sobreviva.