El evento religioso musical más conocido se llama Eurovisión, el cual se ha convertido en todo un ritual para invocar al mismo demonio. Parece que esto suena exagerado a los millones de fans que todos los años se desesperan por conocer quién va a ser el próximo ganador o en qué lugar va a quedar la canción de España, la cual ha quedado merecidamente en el puesto 22 de 25.
Es un hecho que la música ha servido para introducirnos la religión del satanismo, incluso muchas canciones leídas al revés tienen eslóganes de ese tipo y es un fenómeno que no es bueno. Desde que en el Instituto Tavistock se percataron de que el tiempo máximo en el que la mente humana es receptiva es de 3 minutos, vemos, con sorpresa, que todos los temas duran lo mismo. ¿Casualidad? Entre canciones pegadizas, letras divertidas llenas de símbolos muy bien pensados y otros atrevimientos, las compañías discográficas, han alzado al éxito a los cantantes que están en la línea como Alaska y otras estrellas del rock internacional. Es la nueva forma de convencernos de que lo mejor es ser un servidor más de quién les mueve los hilos a la masonería.
En el reciente certamen ha ganado Nemo, un cantante de 24 años, vestido con falda rosa, una corona de espinas en la cabeza y un disfraz de muy mal gusto, al estilo de Nebulossa con los bailarines casi en pelotas. Lo interesante está en la letra de la canción. Echémosles un vistazo.
Bienvenidos al show, permítamos que todos sepan
Estoy hecho para el juego, romperé las cadenas.
Mejor ponte el cinturón, traeré otra copa
Ésta es mi bohemia, tomátelo todo, amigo
La historia es mi verdad
IYo, fui al infierno y regresé
Para encontrarme por el camino
Rompí el código
Como los ammonites
Justo le di un tiempo
Ahora encontré el paraíso
IRompí el código
Déjame contarte un cuento sobre mi vida.
Lucha contra el bien y el mal, mejor aférrate.
¿Quién decide lo que es malo y es correcto?
Todo está equilibrado, todo es luz.
He obtenido tanto conocimiento, he estado despierto en toda la luz.
I Estoy tan lleno, estoy tan pleno, como….
Déjame saborear lo bajo y lo alto
Déjame sentir ese miedo ardiendo
La historia es mi verdad.
Es allí donde encontré mi reino llegar
Mi corazón late como una batería.
En algún lugar entre el Oh y los otros.
La canción es pura adoración al mismo Lucifer, cuestiona el bien y el mal, incluso insinúa que debemos enfrentarnos a los criterios que los separan y dice haber ido a los infiernos, haber encontrado allí su camino y haber disfrutado de los miedos ardientes.
Es un homenaje al mismo Satanás, es una misa negra disfrazada de bellas presentadoras con el dulzor de los douce points.
¿Hay alguien a estas alturas del partido que no sepa que se trata de erradicar el cristianismo e imponernos esta burla, burla que esconde una secta tan peligrosa que les gustaría vernos a todos muertos?
Abrid los ojos.
«Rompí el código».
Ahí está el quid. Los dormidos y semidespiertos creerán que se refiere a un mero código social. Pero no, está hablando de cosas mucho más importantes, graves y trascendentes. En ese festival no ha habido invocaciones a satanás, ha hablado él en «persona». Dani de infovacunas tiene razón, ya controla literalmente a mucha gente.
El mundo está corrompido.
Las mafias y el mundo de la prostitución mueven mucho dinero,quizás trabajo en una sauna y allí le propusieron ir a Eurovisión,le compraron la ropa más cara del momento y le dan un premio por pura estética,eso sí que no falte el mensaje anticristiano del Festival de la Eurocristofobia.