viernes, diciembre 19, 2025
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Deleznables y recaudadores controles para destrozar la Navidad

Por David Azañón (Subinspector 87713)

Sea uno creyente o no, la Navidad es una fiesta que tiene sus orígenes en el cristianismo pues celebra la Natividad de Jesucristo, considerado el hijo de Dios.  

No fue hasta el siglo IV d.C. cuando la Iglesia católica, esa que ha causado tanto mal al mundo como el comunismo, la masonería, el sionismo y tantos otros, fijó el 25 de diciembre como la fecha oficial para conmemorar el advenimiento de Jesús, coincidiendo con antiguas fiestas paganas romanas del Sol Invictus y las Saturnales 

En España, las fiestas navideñas comienzan oficialmente con el sorteo extraordinario de la Lotería Nacional que no es sino un ritual nacional a pesar de las dudas razonables sobre la legalidad y transparencia en el sorteo, vean sino el vídeo de un hombre que da lo que parece ser un cambiazo de manual en el que los niños del colegio de San Ildefonso – el centro educativo más antiguo de Madrid, fundado en el siglo XVI – son los protagonistas.  

Fue en 1771 cuando un alumno llamado Diego López cantó por primera vez los números de la lotería. La participación de estos niños comenzó como una práctica benéfica: se buscaba dar visibilidad a los huérfanos y ofrecerles un papel en la vida pública. 

Desde entonces cada 22 de diciembre, en el Teatro Real de Madrid, los niños – por parejas – del citado colegio cantan los números y premios del Sorteo de Navidad. Uno extrae la bola con el número y otro la bola con el premio, cantándolos al unísono. 

El famoso canto de “Miiiiiil eeeeuuuuroooos” se ha convertido en un sonido icónico de la Navidad española aunque me quedo con las pesetas, el euro ha sido la gran estafa y la prueba del nueve fue que: 

El 31 de diciembre de 1998 el precio de una lata de refresco en una máquina expendedora ascendía a 100 pesetas mientras que al día siguiente 1 de enero de 1999 el precio de la misma lata de refresco en la misma máquina ascendía a 1€=166 ptas, es decir, un 66% de clavo. 

Actualmente participan unos veintiocho niños, de entre 10 y 14 años de edad, seleccionados teóricamente por su buena dicción y capacidad vocal pero realmente lo hace la Agenda 2030 porque, desde hace años, es difícil ver en el sorteo a un niño español de origen.  

Otro clásico es el discurso del Borbón de turno que ha ido también de mal en peor pues se lo escribe el gobierno, también de turno. Ni los Borbones, ni los gobiernos hacen méritos para con España y los españoles, es más, no hacen sino atragantarte la cena.  

El discurso del Borbón es el momento en el que se es consciente de que un año después se es más pobre y se ostentan menos libertades que el anterior. Todo ello aderezado con los escándalos de corrupción política del año gracias a los 350 caudillos. 

Luego pasamos a la nochevieja, última noche del año, en la que muchos de los que hemos dado la vuelta al jamón disfrutamos en el pasado de Martes y Trece y tantos otros humoristas, artistas y momentos de entretenimiento y diversión en familia.  

Me vienen a la memoria los especiales del programa Un, dos, tres y tantos otros. Desde hace unos años sufrimos programas que carecen de gracia o de arte alguno que entretenga o divierta. 

Las doce uvas correspondientes a las doce campanadas se nos atragantan con auténticos retrasados, retrasadas y viceversa que no desean más que alimentar su ego y sus saldos bancarios en la telepantalla. 

Finalmente el 6 de enero se celebra la Epifanía que conmemora la visita de los Reyes Magos – Melchor, Gaspar y Baltasar – y sus regalos de oro, incienso y mirra – para los que lo desconozcan se trata de una resina aromática utilizada en la antigüedad como perfume, medicina y en rituales religiosos – con cabalgatas y regalos que representan la manifestación de Cristo al mundo, ya que los Magos simbolizan a los pueblos gentiles que reconocen su divinidad. Lamentablemente Papá Noel ha hecho estragos en muchas regiones.  

Sea como fuere, se trata de pasar unos días con familia y amigos, si es posible en armonía y en paz aunque es habitual que se produzcan trifulcas entre los seres más queridos que no siempre son los más cercanos. Siempre están los enfrentamientos con los cuñados, con las suegras sea por política o sea porque a algunas personas no les sienta bien el alcohol. Casi todos piden salud, amor y dinero, y por ese orden. Luego están los deseos de odio, que por mucho que lo quieran ilegalizar se trata de un sentimiento de lo más humano definido por la Real Academia de la lengua española como antipatía y aversión hacia algo o hacia alguien cuyo mal se desea. 

Este año estoy seguro que muchos desearán, con razón, que el mayor felón del Reino, el Borbón y su estirpe así como los 349 caudillos restantes y sus esbirros sufran innumerables infortunios, incluyendo a todos los que han colaborado en el latrocinio denominado V-16. 

Iré al grano, para mi lo más triste de todo tras haber sido durante dos décadas un profesional de la Policía Nacional, es ver en lo que se han convertido las diversas policías de España que en vez de cumplir con su función que no es sino la de proteger el libre ejercicio de los derechos y libertades y garantizar la seguridad ciudadana se dedican a recaudar y a hacer controles en lo que considero un desmedido recorte de libertades y un latrocinio inauditos.  

Las policías, más durante estas fiestas, deberían evitar reyertas, robos y resolver cualquier otro incidente garantizando que los oprimidos y depauperados españoles puedan disfrutar de unos días de asueto.  

Considero que una patrulla de policía con las luces del puente encendidas es la mejor forma de espabilar y centrar a alguien que ha tomado unas cervezas de más, es lo que se denomina seguridad subjetiva. 

En vez de garantizar de la forma anteriormente expuesta la seguridad de todos con presencia policial, en vez de tolerar, en cierta medida, que la gente se haya tomado una cervezas de más, salen como rapaces recaudadoras, vía alcoholemia o vía drogas, sea al volante o sea en la vía pública. También habrá sexo como a alguno que le multaron con 500€ porque le estaban haciendo una felación al volante. Eso es para reírse y decirle al ciudadano que es mejor que pare si les da el apretón. 

Con esto no quiero hacer un brindis al sol sobre los excesos de alcohol, drogas y sexo, eso ya lo hacen los políticos y con el dinero del contribuyente. Sólo afirmo, con profundo pesar, que a finales de 2025 mucha más gente detesta a la policía que a inicios de año y esto no es bueno para nadie.  

Cuando los ciudadanos perciben a la policía como el enemigo es porque la policía no está haciendo bien su trabajo, si son lobos con corderos y corderos con lobos es porque no están haciendo bien su trabajo.

¿Y cuál debería ser la actuación de la policía en estos casos?

Sencilla es la respuesta. Si un ciudadano ha tomado unas cervezas de más es parado por la policía puede suceder que: 

  1. El ciudadano ha dado positivo pero está para conducir. El policía le da un aviso y le deja marchar advirtiéndole de su estado y que si vuelve a verle al volante le sacionará.  
  2. El ciudadano ha dado positivo, no se ha producido altercado alguno pero no está en condiciones de conducir. Se le conmina a que aparque el coche y se le incautan las llaves del mismo para que, pasadas veinticuatro horas, pase a comisaría a recogerlas garantizando así que no exista peligro para nadie.  
  3. El ciudadano ha dado positivo, no se ha producido altercado alguno pero no está en condiciones si quiera de caminar. Se le detiene por un delito contra la seguridad vial. 

Así y de muchas otras maneras la policía cumpliría con su mandato constitucional, volvería a ser un servicio público y no un servicio represivo al servicio del gobierno de turno. El respeto, como los derechos y libertades, hay que ganárselo y defenderlo cada día. 

¿Acaso los policías no se toman alguna cerveza de más? Y digo más, me he hartado de ver muchos fines de semana a policías locales ir borrachos o drogados con absoluta tranquilidad por la localidad en la que prestan servicio porque son sus compañeros los que les pararán. De las drogas mejor no hablar porque también he visto a muchos.  

En cualquier caso, estimados compatriotas, conste que ni bebo, ni tomo drogas, ni creo en dios, pero sí que les deseo una FELIZ NAVIDAD sea cual fuere su ideología o cualquier otra condición y les animo para que el próximo 2026 nos unamos a fin a de evitar nuestra rampante esclavitud y pauperización.  

Quien renuncia a la libertad por seguridad no merece ninguna de las dos.” — Benjamin Franklin 

VIVA TODA ESPAÑA.

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