Hace bastantes años que los que veíamos a los agentes con aprecio y tranquilidad, los vemos ahora con desprecio e inquietud.
Sin embargo, no hemos sido nosotros los que hemos cambiado, han sido ellos, que se han pasado a la trinchera enemiga con armas y bagajes.
Tras la detención ilegal e inmoral de 48 millones de inocentes, vino la represión feroz de las protestas pacíficas de Ferraz y de los campesinos, la pasividad criminal de Valencia, y ahora su complicidad en la expansión de los incendios forestales, represaliando a los vecinos que se empeñaban en luchar contra el fuego para salvar sus pertenencias.
Harto, he decidido exigir a los mandos intermedios, principales cómplices del tirano por sus ansias de ascenso, que en la próxima catástrofe o guerra, cumplan su deber y actúen en nuestra defensa, sin esperar órdenes del tirano, su jefe y nuestro enemigo, que si llegan serán de pasividad o complicidad ilegal.
Ya he mandado el escrito que acompaño a todos los jefes de las 54 comandancias de la Guardia Civil de España, y he comenzado con las más de 200 comisarías del CNP.
Recomiendo la lectura del escrito a quien todavía crea vivir en un estado de derecho. Saldrá de su letargo suicida.
Para una sola persona es imposible llegar a los más de 1000 puestos que tiene por toda España la G.C., y muy difícil completar las más de 200 comisarías del CNP.
Por ello, ruego a todos mis compatriotas que presenten este escrito, u otro que les agrade más, pero en términos parecidos, en el puesto de la G.C. o comisaría más próxima.
Entre todos sacaremos los colores a los jefes de policía y G.C. que todavía tengan algo parecido a la vergüenza torera.
Hasta puede ocurrir el milagro de que alguno reaccione, y la próxima vez cumpla con su deber.
Serán interesantes los silencios atronadores de los que se sientan descubiertos, y las peregrinas respuestas de los más lacayos, defendiendo al tirano que les firma la nómina (que nosotros pagamos).
Con la ley en la mano tienen 3 meses para responder. En caso contrario estarán violando nuestro derecho fundamental de petición, lo que permite una demanda preferente de protección jurisdiccional de los derechos fundamentales.
¿Se apunta usted?
Fiat iustitia, ruat caelum.
Hágase justicia, aunque se hunda el cielo.