En un movimiento que huele que apesta, la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha aprobado el salmón cultivado en laboratorio de Wildtype Inc. para consumo humano, convirtiéndolo en el primer producto marino de este tipo autorizado en el país. Anunciada el 26 de noviembre de 2024, esta decisión ha generado desconfianza y preocupación entre quienes dudan de la seguridad, el impacto ambiental y la ética de meter un pescado creado en un laboratorio en la cadena alimentaria. Lejos de ser una solución saludable, este «pez de probeta» despierta serias dudas sobre riesgos para la salud, agendas corporativas y la amenaza a los sistemas alimentarios tradicionales.
Wildtype Inc., una empresa biotecnológica con sede en San Francisco, obtuvo la aprobación de la FDA para su salmón cultivado, creado a partir de células de salmón del Pacífico que se desarrollan en biorreactores hasta formar tejido muscular comestible. La compañía asegura que su producto es idéntico en sabor, textura y nutrientes al salmón convencional, pero sin los problemas de la pesca o la acuicultura. La FDA consideró que el salmón es seguro para el consumo y no necesita etiquetado especial, al equipararlo nutricionalmente con el salmón tradicional. Wildtype planea lanzarlo en 2025 en restaurantes de lujo y tiendas especializadas.
La aprobación se basó en un análisis de los datos de Wildtype sobre la composición molecular, el perfil nutricional y pruebas de seguridad del producto. Además, la empresa recibió una subvención de 1,5 millones de dólares del Departamento de Agricultura de EE. UU. (USDA) para ampliar su producción, lo que muestra un respaldo gubernamental a esta tecnología alimentaria.
La autorización forma parte de una tendencia global hacia carnes y pescados cultivados, impulsada por empresas que buscan alternativas a la ganadería y la pesca tradicionales. Wildtype y otros argumentan que el salmón cultivado reduce la presión sobre los océanos sobreexplotados, elimina contaminantes como mercurio o microplásticos y ofrece una opción «sin crueldad». En 2023, la FDA ya aprobó pollo cultivado, pero este salmón es el primer producto marino en recibir luz verde. Singapur e Israel han avanzado en esta dirección, mientras que la Unión Europea aún no autoriza alimentos cultivados, según Euronews.
Sin embargo, estas promesas de sostenibilidad tienen trampa. La producción en laboratorio requiere biorreactores de alta tecnología que consumen mucha energía y medios de cultivo que suelen incluir suero fetal bovino u otros componentes éticamente cuestionables. Esto pone en duda si realmente es una solución ecológica o solo un negocio lucrativo para las biotecnológicas.