El expresidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, ha viajado el domingo 29 de junio de 2025 a Zúrich, Suiza, en un vuelo comercial de Air Europa en clase Business, con el objetivo de reunirse con el líder de Junts, Carles Puigdemont, y evaluar la viabilidad de la legislatura del actual presidente, Pedro Sánchez, según informa ‘Vozpopuli‘. Esta reunión, que se enmarca en las negociaciones periódicas entre el PSOE y Junts, se produce en un contexto de creciente tensión política debido a los incumplimientos percibidos por parte del PSOE en los acuerdos alcanzados con el partido independentista catalán, así como tras la reciente salida de Santos Cerdán, hasta hace poco el principal interlocutor socialista en estas conversaciones.
La legislatura de Pedro Sánchez se encuentra en un momento delicado, marcada por la dependencia crítica de los apoyos de Junts para mantener la estabilidad parlamentaria. Desde la investidura de Sánchez en noviembre de 2023, tras el Acuerdo de Bruselas firmado con Junts, ambos partidos han mantenido encuentros mensuales en Suiza, mediados por un verificador internacional, para supervisar el cumplimiento de los pactos alcanzados. Sin embargo, las relaciones entre el PSOE y Junts se han deteriorado debido a lo que los independentistas consideran incumplimientos en temas clave, como la aplicación total de la Ley de Amnistía, la oficialidad del catalán en la Unión Europea y la transferencia de competencias en inmigración a Cataluña.
El encuentro del domingo, que ha incluido también a figuras clave de Junts como Jordi Turull y Míriam Nogueras, ha tenido lugar apenas dos días después de que el Tribunal Constitucional avalara la Ley de Amnistía, aunque el Tribunal Supremo mantiene su decisión de no aplicarla a Puigdemont y al exconsejero Toni Comín por presuntos delitos de malversación. Este contexto judicial, sumado a la reciente entrada en prisión de Santos Cerdán debido a su imputación en un caso de presunta corrupción, ha elevado la urgencia de estas negociaciones.
La salida de Cerdán, quien había sido el principal negociador socialista con Puigdemont, ha llevado a Sánchez a confiar en Zapatero como figura clave para reconducir el diálogo con Junts. El expresidente, que ya había participado en reuniones previas en Suiza, es visto por el entorno de Puigdemont como un interlocutor de confianza, aunque algunos en Junts recuerdan con recelo su gestión del Estatut de Cataluña durante su mandato. Según fuentes cercanas, Zapatero viajó acompañado únicamente por un escolta, destacando el carácter discreto de la cita, que se llevó a cabo bajo la mediación de un verificador internacional, posiblemente el diplomático salvadoreño Francisco Galindo, quien ha participado en negociaciones anteriores.
El objetivo principal de la reunión fue abordar las demandas pendientes de Junts, que incluyen la financiación singular para Cataluña, la oficialidad del catalán en la UE y la cesión de competencias en inmigración. Además, se buscó garantizar el apoyo de Junts para evitar el colapso de la legislatura, especialmente tras las advertencias del partido independentista de retirar su respaldo si no se cumplen los compromisos adquiridos.
Junts ha mantenido un silencio hermético sobre los detalles de la reunión. Su portavoz, Josep Rius, evitó confirmar o desmentir el encuentro, limitándose a señalar que no comentan las reuniones en el marco del Acuerdo de Bruselas. No obstante, Rius subrayó que el partido está a la espera de los movimientos del PSOE, especialmente tras el próximo comité federal del partido socialista el 4 de julio y la comparecencia de Sánchez en el Congreso el 9 de julio. Junts también ha reiterado su postura de “tolerancia cero” contra la corrupción y ha exigido “máxima transparencia” al PSOE en relación con el caso que involucra a Cerdán.
Por su parte, fuentes del Gobierno y del PSOE han evitado confirmar si Zapatero asumirá permanentemente el papel de negociador o si se designará un nuevo interlocutor en sustitución de Cerdán. Sin embargo, han enfatizado que las negociaciones con Junts son estrictamente entre partidos, sin la participación directa de miembros del Ejecutivo, para mantener la separación entre el Gobierno y el PSOE en estas conversaciones.