«Es un golpe al alma enterarse de que una persona joven, con un corazón puro, ya no está, dejando tras de sí un eco de tristeza»
Zamora se encuentra sumida en un profundo dolor tras el inesperado fallecimiento de Javier Prieto, sacerdote de tan solo 38 años, quien había sido ordenado el pasado 22 de febrero de 2025. Su muerte, ocurrida este miércoles en la casa parroquial de Toro, donde residía, ha conmocionado a la comunidad eclesial y cultural de la provincia, donde era una figura muy querida por su entrega, cercanía y compromiso pastoral.
Javier Prieto, cuya vocación sacerdotal se forjó tras un largo camino de discernimiento, tuvo un ministerio breve pero intenso. Ordenado hace poco más de dos meses, comenzó su labor pastoral en las parroquias de Toro y su alfoz en septiembre de 2024, tras haber servido como diácono en el arciprestazgo de Aliste-Alba. Su paso por el sacerdocio estuvo marcado por una «entrega generosa y un compromiso profundamente enraizado en su historia personal y vocacional», según destacaron fuentes de la Diócesis de Zamora.
Nacido en Fuentesaúco, Javier vivió parte de su infancia y juventud fuera de la provincia, en Santiago de Compostela y Madrid, donde se licenció en Derecho y Administración de Empresas entre 2004 y 2010. Su pasión por el patrimonio y la historia lo llevó a cursar un máster en Patrimonio Cultural en la Universidad de Salamanca, un punto de inflexión que marcó su regreso a Zamora. En su localidad natal, se involucró activamente en la Junta Pro Semana Santa y en actividades diocesanas, como la preparación de la Jornada Mundial de la Juventud de Madrid en 2011.
Javier trabajó como consultor financiero en Madrid, pero decidió dar un giro radical a su vida tras un proceso de discernimiento iniciado en 2016. Ingresó en el seminario, donde se formó en Teología en la Universidad Pontificia de Salamanca y en el Teologado de Ávila, combinando su preparación con tareas educativas y pastorales en varios colegios.
Su ordenación sacerdotal, celebrada en la Catedral de Zamora, fue un momento de gran alegría para la diócesis, que no había tenido una ordenación desde 2021. Javier, descrito como un hombre de fe madura y apasionado por la cultura, se convirtió en el rostro de la campaña del Día del Seminario 2025, donde compartió su visión de una vocación tejida en lo cotidiano, lejos de grandes revelaciones, pero profundamente arraigada en el «susurro del Espíritu».
El fallecimiento de Javier ocurrió durante su día libre, lo que retrasó la detección de su ausencia hasta la hora de la comida, cuando fue encontrado sin vida en la casa parroquial. La noticia ha generado una honda conmoción en Toro, donde sus restos mortales fueron trasladados a la Colegiata para ser velados. El funeral se celebrará este jueves a las 18:00 horas en la misma Colegiata.
La Diócesis de Zamora, en un comunicado, expresó su gratitud por la vida y el ministerio de Javier, destacando su «testimonio de fe cultivado en lo cotidiano» y su amor por la Iglesia. El Ayuntamiento de Toro también trasladó su pésame, uniéndose al dolor de la comunidad parroquial.
Javier Prieto deja un legado de servicio, humildad y compromiso que permanecerá en la memoria de quienes lo conocieron. La diócesis, en comunión con su familia, pide por su descanso eterno, mientras Zamora despide a un sacerdote que, en su breve pero fecundo ministerio, tocó los corazones de muchos.
Hemos querido rescatar un comentario sobre el perdón que el propio Javier compartió en su cuenta de X:
«Sin perdón la vida es un conflicto siempre en aumento, perdonar es quizás una de las expresiones más grandes de amor y la vía para que en la vida los errores puedan transformarse en aprendizajes. Una persona a la que se le niega el perdón es una persona condenada a no ser».
Descanse en Paz
Pobre persona,damos el pesame a su familia.
Entonces,atletas y deportistas…ahora Párrocos,parece que el chinivirus se ha vuelto muy selectivo.
Nos preguntamos,por qué ningún político muere ni enferma…comienza a llamar la atención,acaso reciben tratamientos con medbeds?.