viernes, mayo 30, 2025

La masa estólida

Por Isidro García Getino

Una plena constatación desde la perspectiva mental: hay muchos españoles que no ven, ni oyen, ni entienden; sólo fanatizan.

Nefelibatos que no advierten que las leyes sanchistas no les protegen, sino que están para el gobierno protegerse contra los ciudadanos, contra ellos, contra la justicia, contra la democracia y contra la misma Constitución. 

Tarúpidos que no saben, ni quieren, ni pueden ver ni entender que la corrupción sanchista es recompensada políticamente; y que la honradez de la mayoría de españoles se traga su propio sacrificio con el que pagan esa corrupción.

Mamertos incapaces de ver cómo el dinero se va a espuertas a los que trafican a base de favores desde el gobierno y los estamentos del Estado invadidos por Sánchez .

 Estúpidos ciegos voluntarios para no ver que Sáchez tiene sincronizados muchos medios de difusión convertidos en propaganda estilo nazi. Con ellos difunde las mentiras, los engaños, las acusaciones e insultos a otros, la ocultación de sus manejos, el tráfico de maldades, etc. etc. Todo sea por el sillón sanchista al que hay que votar por puro fanatismo ignorante, becerril, a veces malicioso y siempre absolutamente estúpido.

Jamás, en las actuales circunstancias que fabrica Sánchez y su cuadrilla (o más bien su horda) puede ser ni lógico, ni razonable, ni de sentido común, y mucho menos democrático, votar por tal suerte de desgobierno, de personajillo o de unas falsas siglas ya devoradas, corrompidas y putrefactas; fruto de unas políticas anti-democráticas de Sánchez y su mentor Zapatero; ambos siervos aprovechados del tal Soros y la engañifa de la Agenda 2030 en sus más inicuas determinaciones: mantras, ideo-dislogías, demoliciones e impiedades. 

Y con todo eso y mucho más que nos oculta el antro monclovita, hay millones de cenutrios en España que votan para que eso siga, se mantenga y perdure. Que perdure para que sus hijos y nuestros hijos, sus nietos y nuestros nietos sufran y penen deprivados de libertad, de patria, del fruto de su trabajo. Deprivados de una España digna, sólida, unida y próspera. De una patria de patriotas y no invadida por foráneos  enemigos de la cultura, de la moral, de la ética, de las tradiciones y hasta de la lengua; enemigos de la paz, la libertad y la dignidad de las españolas, de su igualdad y de tantas conquistas logradas en los siglos pasados.

Votan a un PSOE ya extinto, inexistente, deteriorado por Zapatero y totalmente destruído y erradicado por Sánchez. Lo vendió, a cambio del predio Moncloa, parte a los separatistas, parte a los destructores de la España auténtica y él se ha quedado con todo lo corrupto. 

Y ahí estamos, en que a la España auténtica le ha llegado el turno de correr la misma suerte que al PSOE. Ya lleva avanzado el reparto; mucho a los invasores subrecticios, mucho embolsado por sus colegas, sus siervos, sus chiringuitos de toda calaña, su nepotismo y demás sanguijuelas. Entre ellos van colonizando todo lo que es España y de los españoles, instituciones y todo lo que es absorvible por las tiranías estilo nazy. 

El sanchismo es ocupa por esencia y toda esa masa estólida piensa (suponiendo que piensen), más bien sueñan que les va a tocar algo; mamertos estúpidos se creen que hay para todos ellos. ¡Que se lo han creído! 

A ellos les toca chupar la papeleta con la que votan, yo les sugiero que lo hagan, que chupen la papeleta a ver si sabe a PSOE o más bien a tiranía mentirosa que les hace arrastrarse para sobrevivir porque su esfuerzo es patrimonio del sanchismo y a ellos les toca eso, servir como esclavos del trabajo para otros.

Ahí tenemos lo esencial: la dignidad humana de muchos españoles está desvinculada de su ser, carecen de ella, se la han quitado, robado; sólo les queda el «sí amo, yo le votaré que para eso me tiene». Con Sánchez sólo existe «yo soy el Estado, y todos deben someterse a mis órdenes y caprichos».

De alguna manera se entiende eso para los muchos miles, quizás pasen del millón, que viven del sanchismo, que no del PSOE; pero es inconcebible para todos los demás serviles estólidos. Bueno, es comprensible precisamente porque lo son, ¡lamentable!, pero eso es lo que tenemos, lo que ha creado la horda sanchista y lo que tantos millones de españoles no saben, no pueden o no quieren ver.

Peor aún, ¿cómo es posible que los «santones», los socialistas de pro, los que hicieron grande al PSOE y los muchos socialistas con sentido común y con criterio «no se atrevan» a cortar, a separar a su partido del actual partido sanchista que nada tiene que ver con ellos? Son parte de la misma masa.

El PSC o partido sanchista corrupto (los catalanes socialistas que se adscriban a uno o al otro), no es , para nada, el PSOE de siempre. Los PSOE auténticos que recuperen su partido, que se rebelen y hagan la separación que tengan que hacer, aunque tengan que abrir nueva sede, pero que no sigan votando al PSC  que detestan y con lo que no están de acuerdo en absoluto. ¿Por qué no?

Sr. Felipe González, Vd. está siguiendo el juego a Sánchez, aunque lo disimule y lo calle, no por prudencia, sino … ¿Por miedo? ¿Por cobardía?…Pues no presuma, está dentro de la masa de referencia.

 

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