Se trata del canal en el que el personal del Ministerio del Interior puede denunciar la corrupción que conozca dentro del Ministerio.
La razón de esta petición es que el Ministerio de Marlaska ha reconocido oficialmente que, desde la creación de ese canal en 2023, sólo ha recibido 100 denuncias, de las cuales no ha investigado ninguna, ni ha sancionado a nadie por las infracciones denunciadas, ni ha protegido a ningún denunciante. Porque estas son las acciones previstas en la ley 2/2023 de Protección al Informante para el sistema interno de información.
Tan escaso número de denuncias, en el ministerio más corrupto de la historia, es prueba de la nula confianza de los funcionarios en que sus superiores vayan a luchar contra la corrupción de verdad y en serio. No será ésta la primera vez en la historia que la zorra cuide las gallinas, en lugar de comérselas.
Y mientras, decenas de agentes de policía y guardia civil se suicidarán este nuevo año.
La nula actividad del sistema, por su parte, es la prueba de que la desconfianza de los funcionarios está plenamente justificada.
Lo que no se justifica es que, para fingir un burdo paripé de cara a la galería, se cree otro chiringuito y se paguen abundantes sueldos de mangantes y paniaguados.
Al haberse formulado la petición en base a la Ley Orgánica Reguladora del Derecho de Petición, de no responderse en plazo, se interpondrá una demanda contencioso-administrativa de protección jurisdiccional de los derechos fundamentales, urgente y prioritaria, y serán los jueces los que resuelvan.
Las espadas están en alto.
DIFUSION Interior resolución canal interno
DIFUSION Justificante petición eliminación canal interno
Parece que suena bien…pero que jueces?,los gays o los heteros?.
En internet pulula el vídeo porno grabado en el Senado,por un juez gay…quizás más gay que Marlaska y menos que Felipe el vicioso.A menos que el Juez sea el Koldo y los puteros y cocainómanos.
Con una justicia hecha a medida del infame P.Sanchez,los Jueces solo hacen el ridículo,están ahí por estar…y se han convertido en Bufones de la Casa Real.
Hay un Juez que juzga a los jueces!.
Como tenemos todos quien más quien menos una memoria de pez, creo recordar que fue Galo Dabouza, u otro colaborador de ED, quien durante la atrocidad (decretazos reales mediante) del coronacirco COV19(84) tuvo la iniciativa de dirigirse mediante escrito -que aquí nos compartió- a todas las comandancias provinciales del Instituto de la GC. Con objeto de apercibirles de sus gravísimas y directas responsabilidades, presentes y futuras, como colaboradores en la Iniquidad.
Únicamente respondió una (1) comandancia entre todas las requeridas. La de Guipúzcoa si la memoria no me falla. Y la respuesta que recibió el remitente (Galo o el colaborador que fuere) del displicente y despreciable ilustrísimo fue impropia e inadmisible no ya como funcionario sino como compatriota y conciudadano.
Ahora comprendemos cómo algunos fueron designados para la plaza. Como dijo uno indigno de su uniforme medio en serio y medio en broma: «Caballero, por un sueldo (del pueblo) vendo hasta al abuelo.»
Así quedaron durante la (Plandemia) pandemia. Cuando esos mandos actuaron y se significaron no como funcionarios públicos, y mucho menos defensores de una constitución ya papel mojado, sino como prebostes de un (infecto) comisariado asimilados como Policía Política.
Luego quedan otros embarrancados y traicionados. Como los que acompañaron al emprendedor Ángel Gaitán. Durante una conexión que durante la tercera noche reflejaba la (Inhumana) omisión de socorro institucional. Vimos que había anochecido, acompañaba a Gaitán una pareja de jóvenes guardias (GC). Con unos medios precarios y una linterna cuasi de juguete. Bandadas de manguis «son-sus-costumbres» deambulaban como hienas. El joven guardia repleto de barro se tropezó durante una carrera tratando de evitar los expolios. Gaitán explicó después que llevaban desde las 7am de turno almorzando un bocadillo.
O como el Coronel Pérez de los Cobos. Represaliado Ilegalmente por querer servir y hacer su trabajo. Y qué decir de los dos agentes a quienes un Negligente mando en Cádiz empujó a acabar asesinados por las huestes (y Cómplices) de la Narcomonarquía Alauita (su hermano como lo llama el Borbón…).
«Mi Conciencia tiene para mí más peso que la opinión de todo el mundo.» (Cicerón)