Cuando el 14 de abril se declaró la segunda república española, sin ni tan siquiera haberse completado el cómputo de votos de las elecciones municipales, el PSOE, como suele hacer, dio su golpe de estado electoral. A partir de ahí la historia ya es conocida. Largo Caballero es nombrado ministro de trabajo hasta que tuvo que irse ya que la izquierda perdió las elecciones del año 1933. Ambiente de pánico ante la pérdida de poder, bajo la justificación de la influencia de los movimientos de extrema derecha de la época (Hitler conquistó Alemania en enero de ese año), son los elementos esenciales para entender el pensamiento socialista de la época.
Los intercambios con la URSS no sólo fueron culturales, sino políticos y de ideas, gracias al VOLKS, un organismo dependiente del Partido Comunista Soviético y que establecía vínculos con amplios sectores de la población española, siendo que las relaciones oficiales entre ambos países comenzaron en 1933. Rusia era el refugio perfecto, incluso de los que pudieron huir ante la persecución por la huelga general de 1934 y las normas de la segunda república española.
Cuando Lerroux fue elegido presidente del gobierno, Largo Caballero ardió en su propia rabia y se radicalizó completamente, según su articulo publicado en el periódico “El socialista” del 3 de enero, donde se amenazaba con venganza. Siendo este uno de los organizadores de la revuelta que acabó con 1500 muertos y la quema de iglesias y conventos, algo no muy extraño en aquellos tiempos, fue entrevistado en la cárcel de Alcalá Meco de Madrid donde soltó estas adorables soflamas comunistas: “Dentro de cinco años, la república estará de tal forma organizada que a mi partido le resultará fácil organizarla como escalón para conseguir nuestro objetivo. Nuestra meta es una unión de Repúblicas Ibéricas Soviéticas”. Había una disposición de introducción de soviets, ya fuese por las buenas o por las malas, empleando la violencia y las armas.
El mismo Rodolfo Obregón, quien fue candidato al PSOE por la provincia de Segovia, defendía la misma idea: “El movimiento que anhela la república socialista necesitará unidad geográfica, que hay que desencadenar a la vez en todos los puntos de la Península Ibérica, incluso en Portugal. Los trabajadores de ese pueblo hermano deben soportar dictaduras burguesas al servicio de Inglaterra. Portugal tiene un puesto a nuestro lado y hay que ofrecérselo sin regateos para establecer una verdadera unión socialista. Para diferenciarla de la URSS y guardar al mismo tiempo con ella la oportunidad y estrategia simétrica, podría llamarse “Unión de Repúblicas Socialistas Ibéricas””. En la correspondencia entre Largo Caballero y Stalin se observa el uso de la democracia como un paso previo (¿No suena esto a algo en la actualidad?). Por otra parte, tanto Cataluña como el País Vasco serian repúblicas federadas…
En 1934 los acalorados debates en el parlamento, en un momento en el que portar un arma era de lo más fácil, Indalecio Prieto sacó su arma en pleno congreso de diputados amenazante a un opositor porque atacaron a un compañero, y eso que Indalecio era de lo que se consideraba el ala moderada del PSOE.
Las elecciones de 1936 estuvieron bien amañadas, incluso según un libro de la editorial Espasa. Manuel Portela se vio obligado a dimitir como presidente del gobierno el 19 de febrero, cuando ni tan siquiera había datos oficiales de las elecciones que se celebraron tres días antes, pasando el testigo a Manuel Azaña. Los del Frente Popular comenzaron a denunciar por fraude electoral allí donde los resultados no les encajaban, deteniendo a los representantes de los que no eran de sus filas y volviendo a contar los votos, introduciendo datos falsos, incluso de última hora, tal como hicieron en 2020 para que no fuese Trump presidente, siendo elegido BIden. Finalmente se sacaron unos 50 diputados más de la cuenta. Si tenemos en cuenta que a fecha de hoy la ley electoral no se cumple en España, nos podemos hacer una idea del cambalache que liaron.
1936 fue el climax del proyecto, hacer que se quemara el partido republicano para que pidieran a Largo Caballero ser presidente del gobierno, tal como ocurrió en septiembre de 1936. Aunque el asesinato de Calvo Sotelo bajo las órdenes de la pasionaria y habiendo sido amenazado varias veces en el Congreso de diputados, fueron objetivos de la izquierda, la guerra civil y el uso de las armas para que el Lenin español, tal como se autodenominó Largo Caballero, pudiera, por fin imponer su plan, al creerse el elegido de Stalin, a cambio de recibir el oro del Banco de España como medio de pago.
La lista de muertos por orden de la izquierda es larga, sus pretensiones políticas se adelantan a mucho antes de aquel fatídico año de 1936, las relaciones entre el PSOE y el Partido Comunista Soviético eran más que notorias y no sólo culturales, habiendo un proyecto que, por fortuna, nunca se llevó a cabo.
Actualmente nos encontramos con otro PSOE que no parece muy distinto, empleando la democracia y sus instituciones como paso de tránsito para imponernos su dictadura socialista o comunista, lo cual es lo mismo.
Muchas veces hay que revisar la historia para entender quién provocó la guerra civil y por qué y para qué, quién mató a Luis Calvo Sotelo, el modo en el que lo hicieron, a las dos de la mañana, pegándola cobardemente un tiro por la espalda cuando estaba subido en un camión y siendo echado como un perro en la puerta de un cementerio. Ése es el amor que tiene el PSOE por la libertad, la democracia, la dignidad y respeto al pueblo español: ninguno. Ahora no existe una URSS con la que Pedro Sánchez tendría correspondencia confidencial, ya están los lideres del estado profundo, los demócratas norteamericanos, George Soros, Bill Gates y sus amos de la UE, al cargo de los encargos de las élites satánicas. No se sabe si es peor que tener al otro lado de la línea al asesino de Stalin, con más muertes en su espalda que el mismo Adolf Hitler.
Esta versión de la historia hay que conocerla ahora que el gobierno quiere festejar el cincuenta aniversario de la muerte de lo que dice que fue un dictador.
Miren, comparen y, si ven algo que no encaja, no lo compren.
ÁNGEL NÚÑEZ.
Los sociatas en su linea de siempre. El único cambio de aquella época a esta es que no hay armas por la calle ni te matan por ir a rezar, como en aquella época. Aunque lo de la quema de iglesias, esperate dos doritos que vamos a empezar como en Francia, vermos iglesias y catedrales arder por los cuatro costados, gracias a toda la basura que han importado de Africa.
Largo Caballero, un mediocre, un criminal y un indecente. Curiosamente, hay quien todavía es amable con él. Y con Dolores. Y con Negrín, etc.
Incluso, con un impresentable como Rafael Alberti.