Hoy hablaremos de un testimonio real de un policía con casi 100 armas, cuatro preservativos y falta de educación sexual en Cantabria. La Guardia Civil incautó hace poco, durante unas fiestas de pueblo en Cantabria, casi un centenar de armas en unos mil registros. Un dato preocupante si tenemos en cuenta que uno de cada diez jóvenes y no tan jóvenes ha salido de fiesta con una navaja, un puño americano o incluso una pistola Taser, de las utilizadas en otros países para neutralizar a sospechosos con una descarga eléctrica. Pero lo más preocupante no termina ahí.
Y no estamos hablando sólo de las drogas, que aparecieron de forma abundante, como de costumbre en estos registros.
Gente aventurera en busca de líos
El otro dato también es alarmante. En todos esos registros sólo se encontraron cuatro preservativos, entre las pertenencias del personal, luego sólo quedan dos alternativas. Toda esta gente salía simplemente a hacer daño a los demás, pero sin sexo de por medio, ¿o es que también traían ganas de otras aventuras no menos irresponsables? Gracias a la Guardia Civil por protegernos de estos indeseables.
Estamos hablando de que nuestros hijos tienen que salir de fiesta con semejantes personajes a su lado. Estamos hablando de anormales peligrosos capaces de arruinar la vida de cualquiera en cualquier momento. Gente que sale armada y con drogas y dispuestos a correrse una buena juerga, sin pensar ni en ellos mismos ni mucho menos en el prójimo (salvo tal vez para apuñalarlo, claro), pero afortunadamente la Guardia Civil cumplió su labor habitual y lo seguirá haciendo mientras se les deje trabajar.
Una sexóloga de Santander comenta esta situación lamentable
La irresponsabilidad y la falta de educación sexual entre las nuevas generaciones es un fenómeno preocupante que afecta no solo la salud individual, sino también el bienestar social en general. A pesar de vivir en una era con acceso casi ilimitado a la información, muchos jóvenes continúan desarrollando su sexualidad sin conocimientos sólidos, sin orientación adecuada y, en muchos casos, influenciados por estereotipos, mitos o contenido poco realista que circula en redes sociales y plataformas digitales. Pero es una irresponsabilidad nuestra, en primer lugar, por no haber puesto los medios para que ellos aprendan bien ciertos conceptos.
Uno de los principales problemas es la ausencia de una educación sexual integral en los sistemas escolares. En muchos países, como el nuestro para empezar, la educación sexual sigue siendo parcial, centrada únicamente en los aspectos biológicos y reproductivos, sin abordar temas clave como el consentimiento, el respeto mutuo, la diversidad sexual, el uso adecuado de anticonceptivos y la prevención de enfermedades de transmisión sexual. Esta carencia deja a los adolescentes vulnerables, incapaces de tomar decisiones informadas sobre su cuerpo y sus relaciones.
La hipersexualización que promueven los medios de comunicación y las redes sociales
Según esta sexóloga de Santander, Melitza González, los factores ambientales en los que se crían y educan nuestros jóvenes dejan en peligro su capacidad de decisión y compromiso en momentos cruciales de sus vidas.
Además, la presión social y la hipersexualización que promueven los medios de comunicación y las redes sociales generan expectativas irreales sobre el sexo y las relaciones. Muchos jóvenes se ven forzados a experimentar precozmente sin comprender del todo las implicaciones emocionales, físicas y sociales de sus actos. Esta falta de madurez y responsabilidad se traduce en embarazos no planificados, infecciones de transmisión sexual, y traumas emocionales que podrían haberse evitado con una formación adecuada.
Es fundamental que tanto los padres como las instituciones educativas asuman un rol activo en la formación sexual de los jóvenes. Fomentar una comunicación abierta, sin prejuicios ni tabúes, es clave para construir una juventud más consciente, respetuosa y preparada para afrontar la sexualidad de forma sana y responsable. Solo mediante una educación sexual completa y accesible podremos contrarrestar los efectos negativos de la desinformación y promover relaciones más seguras y equilibradas.
Espero que esta información os sirva para reflexionar sobre la educación sexual que tenemos que dar a los jóvenes y niños, no sólo en cuanto a sus posibles comportamientos, sino a los de los demás, pues vivimos en una sociedad cada vez más irresponsable y peligrosa.