Los últimos conflictos que se han generado tanto en televisiones públicas (Televisión Espantosa) como en las privadas, donde personajes como Iker Jiménez, Silvia Intxaurrondo, Risto Mejide, Susana Grisso, Pablo Motos o David Broncano han cobrado más protagonismo si cabe a raíz de los enfrentamientos entre ellos y donde miles de dóciles borregos andan enganchados con tal o cual presentador en función de su línea ideológica, da cuenta de que, a estas alturas de la película, esta sociedad no ha aprendido nada.
Una buena explicación de lo que está ocurriendo con el mundo televisivo la hemos encontrado en un excelente hilo de X compartido por el tuitero ‘Quasi-Modo’ del que ya hemos dado cuenta en otras ocasiones por sus interesantes publicaciones en esa red social.
Así nos lo cuenta:
«LA TV, EN VÍAS DE EXTINCIÓN
El consumo televisivo sigue cayendo en picado y volvió a marcar un récord histórico negativo para el curso 2023/24. Por más que inventen polémicas para levantar la audiencia, intenten criminalizar las redes… la TV está muerta. ¿Por qué?
1. EL ABUSO DE LA POSVERDAD OFICIAL
En las redes hay mucha desinformación, eso es cierto; pero al menos la gente puede escoger los bulos que compra. Por décadas, los medios sistémicos abusaron del monopolio mediático para manipular, mentir y omitir, revestidos de infabilidad. Mientras no hubo alternativa, la gente se tragó esa realidad deforme del periodismo a sueldo de poderes fácticos, pero la web abrió la ventana Overton y la masa descubrió que había una basta realidad más allá de la actualidad recortada, cocinada y seleccionada a conveniencia.
2. OFERTA IDIOTIZANTE
A lo largo de años y años amasando telebasura, las productoras del segmento del entretenimiento abusaron de su monopolio para imponer programas casposos y horteras de bajo coste cuyo único aliciente eran el chisme, lo bajuno, el morbo…la nada absoluta. La aparición de canales temáticos en las redes (de cocina, bricolaje, conspiración, historia, viajes, política, animales etc) hizo que mucha gente migrara a internet para no volver. Y luego las plataformas terminaron de arrasar con la oferta de series y películas.
3. UN PÚBLICO MAYOR SIN REEMPLAZO GENERACIONAL
La televisión tradicional mantiene su mayor cuota de usuarios entre personas mayores de 55 años, mientras el público joven solo asoma de vez en cuando para verla atraídos por alguna polémica previamente azuzada en redes. La TV vive ya completamente dependiente de internet para sobrevivir, y sólo cuando se asegura follón vía redes (y y la gente es tan estúpida de entrar al trapo, como ha pasado varias veces estas últimas semanas en España) es capaz de acaparar audiencias dignas.
4. PERSONAJES NEFASTOS
Salvo honrosas excepciones, las plantillas titulares de rostros catódicos aúnan a una panda de inservibles y peores completamente desconectados de la realidad y la vida diaria de la gente a la que se dirigen, repitiendo los mantras masivos del Sistema. Gente millonaria y maquillada hasta levantar la duda de si son de cera se encorsetan en los discursos sociales y políticos que les toque reproducir en función de lo que los dueños de las cadenas les dicten.
Pero en la pandemia, Ucrania…en las cosas importantes, parecen clones.
Querida caterva televisiva: asúmanlo. La TV no agoniza, ya está muerta. 2025 será el año de la revolución IA. Hará mucho daño a las redes, con miles de bots sintéticos acaparando audiencias contra los que los creadores de contenido que somos humanos tendremos que lidiar pero para la TV clásica esta sobreoferta de contenido en redes terminará por arrasar completamente con las audiencias de la caja tonta. Es una cuestión de oferta, demanda…y tiempo.
Eligieron deshonrar al medio para sobrevivir. En el mundo que viene no los recordará nadie.»
Las redes basura también están aquí y dan la misma sensación que puedes elegir y lo que es peor aún que puedes interactuar. Ilusión grave que tendrá sus consecuencias
Pues que están arruinadas.