Por Lourdes Martín.
De unos años a esta parte, la actitud de los médicos de atención primaria (antes se les llamaba médicos de cabecera y después médicos de familia) con los pacientes en las consultas de los centros de salud (antes ambulatorios), provocó que muchos nos replanteáramos el acudir a alguna de ellas cuando nos surge algún problema de salud, debido a la desidia que nos suscitan esas actitudes. Puntualicemos que hablamos de ellos en general, no vayamos a despertar susceptibilidades, que todo hay que aclararlo.
Solemos buscar cualquier forma alternativa y natural de tratar nuestra dolencia con tal de evitar sentarnos delante de alguien ataviado con bata blanca que prácticamente nos ignora y que se dedica a escribir, despacito y con los dos dedos índices, en el teclado de su ordenador sin tener la menor empatía hacia el paciente que lo mira fijamente con ojos deseosos de que muestre un mínimo gesto de interés, complicidad o comprensión.
Dentro de ese gremio, por suerte, existen todavía médicos que son capaces de poner en su sitio a ese tipo de «curasanos». Un ejemplo de ello es el Dr. Esteban, un conocido médico muy activo en las redes sociales, que ha compartido con sus seguidores un mensaje que lanza a sus colegas de profesión, con el que no podemos estar más de acuerdo:
«Queridos colegas:
Dejad de mirar el monitor y mirad a los ojos del paciente.
Escuchadles, no los tratéis como un «listo» o una «histérica». Guardad la soberbia en el bolsillo. Sonreíd. Calmad. Haced que se sientan escuchados y atendidos.
A lo mejor redescubrís aquello que os hizo empezar a estudiar esa maravillosa carrera.
A lo mejor tenéis el valor de pensar por vosotros mismos, y os sorprendéis pensando diferente a los protocolos.
A lo mejor, encontráis la redención y la paz en el fondo de los ojos de esa anciana.»
Antes, cuando acudíamos al médico, éste te miraba, te escuchaba, te exploraba y procuraba aconsejarte tomar cosas naturales antes que recurrir, si podían evitarlo, a la prescripción de medicamentos que, a la larga, podrían ser perjudiciales. Ahora, se basan en protocolos que les marcan desde arriba, siguen sus directrices sin plantearse si quiera la fiabilidad de los mismos. Obedecen sin más.
Y eso que no hemos querido entrar aún en los casos de los pacientes hospitalizados y el trato que reciben, en general, por parte del personal sanitario (médicos, enfermeros, auxiliares o celadores). Lo haremos en un capítulo a parte, cuando las fuerzas nos lo permitan por el pésimo recuerdo que dejaron en nuestras memorias, y describiremos experiencias personales y familiares con varios ingresos hospitalarios consecutivos ocurridos en 2020 y 2021, vividos en primera persona, que hacen que hayamos pasado de considerarlos ingenuamente admirados a conscientemente aborrecidos.
Eso sí, en general…
Ya no hay médicos sino recetadores de multipastillas con múltiples efectos secundarios y mortales e invalidantes en ocasiones y matasanos.
Brutal.
En tu caso ya vemos que te han hecho efecto las pastillas y encima vienes dando lecciones de que somos unos vagos. Estos son los vagos, estos no los que no quieren currar por un sueldo misero y sin futuro que es la gran mayoría. La esclavitud esta prohibida pero algunos se piensan que todavia somos esclavos, la verdad duele.
Que guapa es mi cunada