Del personaje que tenemos en la Moncloa se pueden decir muchas cosas, excepto que se tome la más mínima molestia en demostrar lo miserable y caradura que es. El autor de aquel libro en el que se alababa a sí mismo como un gran superviviente, en realidad no se identifica como muchos le identificamos en España, que nada tiene que ver con la supervivencia, sino con utilizar todas las herramientas de las cloacas del estado en su propio beneficio. En resumidas cuentas, nada de superviviente, un aprovechado.
Y ese mismo tipo, que se desplaza en avión hasta para hacer trayectos de una hora en coche, o que moviliza a un ejército cada vez que se desplaza en automóvil a algún lugar, nos dice ahora, a los sufragadores de sus caprichos que lo que tenemos que hacer por el bien de todos es desplazarnos en bicicleta y que va a destinar un pastizal, del dinero que nos saquea, a financiar el asunto.
La verdad es que lo de este tipo ya es impresionante. Es inasequible al desaliente en su impresionante indecencia. Se puede tener cara, se puede ser un auténtico impresentable, pero pocos casos se han visto como los de este sujeto.
NAZI
Pero 38 millones para los enfermos y afectados por el ELA no hay, pues claro, el dinero de los presupuestos no crece en los árboles y además la ley está paralizada.
Tenemos unos miserables ventoseando en cómodos escaños.