Y Dios hizo al hombre. Y el hombre hizo las máquinas.
La máquina de Dios, nombre que se le da al acelerador de partículas del CERN. El instrumento que usan para detectar esas partículas trabaja con la onda resonante del choque de esas partículas en una amplitud que modula cada sub partícula para identificarla del resto. Su búsqueda es, supuestamente, intentar reproducir la proyección inicial, el Big Bang que dio origen al universo y las dimensiones que lo componen.
Si, Dios es una máquina literalmente hablando, pero de naturaleza y proporciones inimaginables. Una maquina psíquica creadora de consciencias que utiliza A.M.O.R para funcionar. Su búsqueda termine, tal vez, en darnos una idea de lo que el AMOR es, de lo que somos, de lo que Dios es, pero en ningún caso podrán establecer alguna relación con la existencia o no de Dios por fuera de nosotros.
Primero porque el experimento está enfocado al instante posterior del origen del universo; y no a su momento primordial, al instante anterior a aquel momento en que el tiempo mismo comenzó a existir; en definitiva, a la causa del origen y esencia del universo.
Dios dijo: “Hágase la luz” y la luz se hizo.
Segundo porque no se puede encontrar a Dios afuera de Dios y cuando más busquemos fuera de nosotros menos posibilidades tendremos de encontrar certezas.
Les respondió Jesús: ¿No está escrito en vuestra ley: Yo dije, dioses sois?
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