viernes, noviembre 22, 2024
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ERES Tito Mauro

Por Ana Tidae

Entonces a ver si lo he entendido. El partido sentenciado y condenado -hoy indultado por un sucedáneo de juez-  por el caso de corrupción ávida de los Expedientes de Regulación de EMPLEO y los cursos de FORMACIÓN que nunca llegaron a los desempleados andaluces  y sí se transformaron en consumos masivos de coca, prostitutas, mariscadas y dinero para asar una vaca, es el mismo que va a encargarse de controlar una pasta gansa, para irse a Mauritania a dar FORMACIÓN para hacer aptos para el EMPLEO  a un cuarto de millón de habitantes de aquel lejano país.  *ceja arqueada*

El mismo partido cuya maquinaria “ideológica” social empapa a las masas con la impresión de que el empresario es el paradigma del avaro explotador, origen mismo de todos los males, y que señala ufano que unas tres mil empresas españolas tienen actividad en Mauritania, siendo el 10 % de ellas de Canarias.  Canarias… empresas… Mauritania… ¿cuándo habré leído esas tres cosas juntas? *emoji pensativo* ¡Oh, sí!, en el caso Tito no sé cuál. 

Así que, en resumen, los dineros salen del pueblo español, vía impuestos y vía deuda. Se canalizan a través de empresas indeterminadas, la “colaboración público-privada” que tanto cacarea el partido en el Ejecutador, perdón, Ejecutivo. Llegan (concedamos) a Mauritania y Gambia donde dichas empresas van a hacer “algo”, no han especificado qué aparte de la farfolla abstracta habitual. Ello favorecerá que un cuarto de millón de mauritanos (para ir abriendo boca, y sumados a los varios millones de “diversidad” que ya están dentro, más los que han ido a llamar a otros países , más los que entran por miles sin que los llamen) sean idóneos para cubrir empleos vacantes, que brotarán geográficamente en España  -aunque la “inversión” se realice allí-  el país con más paro de Europa, general y juvenil, y donde se ven cada día más indigentes de todos los colores malviviendo en la calle o en tugurios o en las colas del hambre. Todo ese dinero será todavía más difícil de auditar y supervisar que el que se despilfarra en España, donde además los escasos funcionarios valientes y honrados que velan por el correcto uso de las finanzas públicas parecen tener gafe. Y esa numerosa legión de mauritanos se establecerá, con su idiosincrasia, usos y cosmovisión radicalmente opuestos a los seculares de la nación española, a lo largo y ancho de nuestras ciudades y pueblos, y del sistema público. Porque al parecer, para nosotros esta intervención es “progreso”, desarrollo, y necesidad, dijo el presidente de ojos opacos y amistades lúgubres. Enriquecimiento, y tal.

No sé, debe ser mi facherío cerril el que no me deja captar la melodía del “progreso”, el optimismo de un mundo maravilloso, la visión de una armónica confluencia de lo complejo y mundial hacia un único futuro bucólico y pastoril, bajo la alta eficiencia filantrópica de los profesionales de la política, ese oficio asequible sólo para las mentes más prodigiosas, sabias, altruistas, sobrias y abnegadas.

Un dinero que sale de los trabajadores en A de España y de Europa, pasa por las honradas manos de los políticos y “autoridades” de aquí y de allí, llega a las cuentas de empresas elegidas por ellos,  contratadas “por emergencia” como se hizo cientos de veces durante la “pandemia” o seleccionadas por alguna ”carta de recomendación” prestigiada por la Universidad Complutense, se “invierte” en lejanos países, y a efectos prácticos y directos para los españoles se materializa en forma de disonante alteración acelerada de la demografía y la cohesión social, de forma especial en los barrios humildes y sencillos, y en forma de acoplamiento de millones de personas en la dinámica del “colchón social”. 

Porque esa es otra limitación de mi cerrilidad. Cada vez que oigo las cifras que se van a “invertir” en “acogida”, con un rudimentario cálculo mental me sale que si se repartiera la cifra resultante “inversión”/individuo, a la que hay que sumar la indirecta en forma de servicios públicos generales, saldría como para darles una pasta directamente, y tendrían hasta para ir a la Ruber como Carmen Calvo cuando se pongan pachuchos, para pagarse academias privadas para aprender lo que les apeteciera de verdad, para abonarse al mismo club de golf de Puente, para gastos básicos holgadamente, y hasta para asar una vaca en sus fiestas de guardar.

En fin, estoy muy perdida. Es evidente que no entiendo la filosofía “progresista” de la “redistribución de riquezas”, ni la de la manirrota, gigantesca y fallida infraestructura de “acogida”. O estoy muy confundida pensando que consiste en otra cosa. Me cuadra más un lema que circula por el mundo anglosajón: la ayuda exterior es quitar el dinero a los pobres de los países ricos para dárselo a los ricos de los países pobres. El cándido anglo que ha discurrido esto tan resumido no tiene ni idea de la de recargos, mordidas y comisiones que sufren esas cifras entre medias cuando los políticos españoles y su nutrida red de cortesanos y vasallos andan por medio. Eso cuando la pasta no va íntegra al bolsillo del corrupto.

Me devora la curiosidad. ¿A qué se dedicarán esas empresas concretamente? ¿Pertenecerán al clúster de las mascarillas? ¿Montarán conservatorios de música? ¿Transformarán social y competitivamente a las mauritanas en lo que les cicatriza la infibulación y la clitoridectomía? No quepo en mí de gozo con semejante chute de “progreso” sin fronteras y necesidad aguda en vías de ser resuelta de forma inminente.

En fin, aquí el drama es que aún hay una mayoría de pobladores, una cifra masivamente millonaria, que siguen creyendo literalmente las palabras que brotan de las bocas sulforosas de la gente en ‘el poder’. Lo de la corrupción le suena a asumible y resignable trasiego de sobres que en el fondo no va a tener impacto directo en su vida.

Donde se supone que tendría que estar oyendo las arpas, laúdes y tam-tams del “progreso” celestial, lo único que oigo son las risotadas de hienas con dinero para asar mil antílopes, mientras celebran la entrega, venta y liquidación final de mi patria en el ejercicio de la más Alta Traición.

Por cierto, ¿venía en el programa electoral del partido “obrero” lo de llevarse los millones de euros a África a través de empresas y traerse a millones de pobladores a cambio?

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3 COMENTARIOS

  1. Las multinacionales no solo hacen el Agosto en estos paises sino tambien aqui al traerlos, se frotan los bolsillos estos burguesitos que luego dicen ser de izquierdas cuando la izquierda politica no existe, sino falsas izquierdas que trabajan para la extrema Derecha. Hay que joderse como la gente es tan imbecil, si me dieran un euro por cada tonto que me encuentro sería millonario. Habrá que hacer negocio con los imbeciles no queda otra…

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