¿Se ha metido «el hombre tremendamente enamorado» con quien no debía? ¿Tiene fecha de caducidad inmediata?

Tras los esperpénticos cinco días de reflexión que se había tomado «su persona» porque, teóricamente, «está tremendamente enamorado» de su esposa y le hacía un terrible daño que se «metieran» con ella, el marido de Begoña apareció ante los medios y olvidándose de su enamoramiento reconoció que su mayor problema son los jueces que no hacen lo que él quiere y los medios que osan criticarle.

En resumidas cuentas: utiliza incluso a su familia para victimizarse y sacar un rédito político y pretende acabar con la poca independencia judicial que hay en España y con la libertad de prensa, de expresión y de información. Él puede hacer lo que quiera y nadie, absolutamente nadie, puede ni criticarlo, ni ponerlo en duda. Quiere poder absoluto.

Pero tras esa «emotiva» intervención se han producido algunas noticias que nos han llamado la atención y mucho más en un país como España. Por un lado, el titular del Juzgado número 41 de Instrucción ha ordenado a la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil que investigue a Begoña Gómez tras aceptar la denuncia que presentó contra ella el sindicato Manos Limpias.

Por otro lado, el Tribunal Supremo acordaba este martes declarar nulo el nombramiento de Dolores Delgado como fiscal de Sala de Memoria Democrática, un cargo de nueva creación que fue promovido por ella misma cuando era ministra de Justicia.

Y todo eso se produce pocos días después de la intervención de su persona en la que dejaba claro cuáles eran sus objetivos a batir. La verdad es que esas dos decisiones, teniendo en cuenta cómo está España, nos han resultado tremendamente sorprendentes y mucho más si tenemos en cuenta que se han producido inmediatamente después de «la reflexión» del sátrapa.

Y mucho más sabiendo que han sido muy pocas las ocasiones en las que la Justicia se ha atrevido a llevarle la contraria, que se lo pregunten a las víctimas del medicamento mágico que tanta gente se metió en el cuerpo gracias a la promoción que de él se hizo desde el Gobierno.

Por eso nos preguntamos: ¿Se ha metido «el hombre tremendamente enamorado» con quien no debía? ¿Tiene fecha de caducidad inmediata? ¿Se ha «pasado de frenada» y le van a poner en su sitio?