Cristina Martín Jiménez en uno de sus artículos de The Objective, publicado en enero de 2016, presagiaba los deseos de las élites por convertir a Pedro Sánchez en presidente del gobierno de España, al ser invitado al Club Bilderberg el 21 de ese mismo mes, en esta ocasión celebrado en la ciudad austriaca de Telfs Buchen. Sólo son invitados a estos encuentros bien personas con especial influencia como Ana Botin, Luis Cebrián (director del grupo PRISA) y, por supuestísimo, personajes como Bill Gates o el fallecido Henry Kissinger, famosos genocidas, perdón, filántropos. Pedrito, hasta entonces, se benefició de este principio declarado por el ministro sin cartera del Reino Unido en el año 2014, según la cual “el comité británico de Bilderberg trataba de traer a una promesa en ascenso de una generación joven porque no queremos que todo el asunto se convierta en un centro de envejecimiento de las personas que solían ser importantes en el gobierno”. Otras ilustres figuras son Bill Clinton o Enmanuel Macron. El mismo proceso.
La gran pregunta es qué hizo para tener el honor de tener cinco encuentros con George Soros o su familia, algunos en el mismo palacio de la Moncloa, algo no destinado a los mortales como tú o como yo. Hagamos balance para entenderlo. Pedrito nació en Madrid el 29 de febrero de 1972, hijo de Pedro Sánchez Hernández, financiero beneficiado por el régimen franquista que luego se arrimó al árbol del PSOE. Hijo primogénito, parece que los celos con respecto a su hermano lo traumatizaron de por vida, con el cual parecía resolver los problemas a peleas de forma descarada, incluso en reuniones familiares y primera comunión de algunos amigos, cuando eran niños. Su padre, un auténtico trepa, se benefició de lo que pudo, como suelen hacer los que viven de la mamandurria. De tan buen ejemplo salió este sujeto al que su padre quemó la paciencia cuando contaba 20 años y fue en ese momento cuando tras ser recriminado con justa reprimenda, decidió afiliarse al PSOE, siguiendo los pasos de su padre. Con tal empecinamiento para que se corrigiera intentó ponerlo de corresponsal deportivo, pero, ante su falta de experiencia, lógicamente no fue aceptado. Durante sus estudios universitarios recibió el apelativo de ”el príncipe” por su forma de andar. En 1995 fue destinado a Nueva York, donde se produce la metamorfosis. Todo esto, que parecería ficción, tiene su fuente en la investigación detallada de más de Nicolás Moras, cuyo enlace está al final del artículo.
Durante la estancia de 2 años en los EEUU es de especial importancia Carlos Westendorp, cuya esposa era muy amiga de su madre. Carlos lo llamaba cariñosamente Pedrito pues para él era como su nieto. Fue contratado como becario para la J.P. Morgan Chase, pero el primer día llegó tarde y fue expulsado de manera fulminante, todo ello mientras fue adoptado por el entonces embajador de España en Naciones Unidas. Se cuenta que presionó al chófer porque quería conducir el coche diplomático pagado por todos los españoles, pero, como entró en trifulca con él, el vehículo se estrelló con un árbol a 800 metros. Westendorp, muy compresivo con su nieto recién adoptado, utilizó fondos oficiales para evitar el escándalo. Pedrito le pidió dinero para sobornar al Wall Street Journal que tenía fotos del coche accidentado. Ya en la redacción, le dijo que trabajaba para el servicio de inteligencia en el CESID y que no se le ocurriera publicar ninguna imagen del incidente. Recibió 20.000 dólares para dárselos al medio, mas, en vez de ello, decidió quedarse con la pasta, la cual destinó a la diversión de las discotecas. Una noche, una que nunca olvidará, sin lugar a dudas, un coche de vidrios polarizados le cortó el paso a donde iba con el chófer del diplomático, sacaron a Pedrito como un trapo y lo metieron en su coche. Es de imaginar el pánico que tuvo en ese momento, totalmente comprensible. Estuvo desaparecido durante 5 meses tras los cuales ya era otra persona: no fumaba, no bebía y no tenía vicios. ¿Había sido entrenado como agente de la CÍA? ¿Estaba todo amañado por Westendorp?
En 1998 fue convencido por su nuevo abuelo para ser asesor de la diputada del parlamento europeo Bárbara Dührkop, tras trabajar en una compañía financiera de Wall Street cuyo nombre no aparece en ninguna fuente. Carlos Wendestrop fue elegido como alto representante de la ONU en Bosnia, siendo elegido como otro asesor. Su interlocutor, Moncilo Krajisnik fue condenado en 1999 por delitos de crímenes de guerra. Estamos hablando de sicarios bosnios con los que ya Pedro tuvo contactos, obviamente sin responsabilidad.
Su regreso a España estuvo salpicado de sonoros fracasos en la década siguiente, alcanzando finalmente y, por fin, un puestecito de concejal en el año 2007. Poco después puso su objetivo la cúpula de PSOE, siendo elegido diputado por baja del anterior en el año 2013. En el año 2014 fue elegido por fin secretario general en sustitución de Rubalcaba, siendo desde el año 2009 y hasta diciembre de 2019 colaborador de la National Democratic Organization, organización creada por el partido demócrata en el año 1983 y cuyo cometido es la creación de estructuras de este tipo en países que aún no era considerados como tales (nótese el doble lenguaje de enunciado…). Ese mismo año es invitado al Club Bilderberg. Ese mismo año, por introducir urnas detrás de la cortina del congreso de PSOE e intentar viciar los resultados, fue expulsado del partido, viéndose obligado, inclusive a dejar su acta el 29 de octubre de ese año. No olvidándose de sus viejos amigos, gracias a sus nexos con el NDI y el partido demócrata, especialmente con su amiga Margarita K. Albrite, viaja a Washington para apoyar a su también colega Hilary Clinton. No tardó en volver a presentarse como candidato a la secretaria socialista el 28 de enero de 2017.
Junto a su otro amigo Koldo, un antiguo portero de puticlub, recorrió todas las ciudades de España para conseguir las firmas suficientes, regresando a su antiguo puesto el 21 de mayo de 2017, todo ello con la ayuda de su buen amigo y maestro George Soros, el cual volverá a aparecer en su vida en más de una ocasión. Presenta la moción de censura el 25 de mayo de 2018 y es el elegido presidente del gobierno el día 1 de junio, para engaño de muchos españoles que no sabían el perfil maquiavélico del sujeto. No tardó ni cuatro semanas en reunirse con George Soros en el Palacio de la Moncloa, una vez que el peón de España ya estaba en el lugar donde las élites querían verlo, para implementar en España la agenda 2030 y toda la ruta satánica de la Open Society, amparada en el aborto, el feminismo, el colectivo LGTBIQ+ y toda su psiquiátrica ideología llena de delirios, así como la implementación del plan Kalergui en España, gracias a la inmigración sin control. En septiembre de 2018 se reúne en EEUU con Dawn Fitzpatrick, jefa de inversiones de George Soros (¿Casualidad?) para recibir mucha pasta a cambio de hacer las reformas en España requeridas, similar a lo que ocurrió con el paso de la dictadura de Franco hasta la mal llamada democracia, todo bajo las órdenes de Henry Kissinger (como vemos, todos los datos se conectan como encaje de bolillos), y con otras compañías… En septiembre de 2019 tiene un amigable encuentro con Alexander Soros en Nueva York y en enero de 2020 es invitado, cómo no, al Foro de Davos, donde vuelve a ver a su querido amigo y maestro George.
Hagamos un alto sobre la figura de Soros. Nacido en Hungría en el año 1930, país en el que se le prohibió la entrada, así como en Israel y Rusia, se cuenta que su padre apoyó la expropiación de bienes a los judíos durante la segunda guerra mundial y que, como buen aprendiz de su progenitor, controla a dedo a los jueces del Tribunal Europeo de Justicia, así como ejecuta y financia guerras, al estilo de los Rothschild desde 1776 y se apodera de los bienes y riquezas de las naciones al estilo de aquel 1815, cuando, tras el engaño por la supuesta guerra de Waterloo, donde se dijo que ganó Francia, los bonos ingleses se desplomaron y fueron comprados por los Rothschild, pasando su economía a ser controlada por sus entidades bancarias. Nada nuevo, George Soros es testaferro y ejecutor de los Rothschild, siempre en la sombra, realizando una operación similar en el Reino Unido al hundir la libra en 1982… Su hijo Alexander cuenta con 23.000 millones de dólares para convertir el aborto en un derecho, lo cual está recogido en ya en Francia y fue reconocido por el Tribunal Constitucional español en una sentencia no muy reciente. Del mismo modo, maneja una cuantiosa cantidad de dinero para financiar a políticos e, incluso a ONGs.
Yendo a la historia ya reciente, en enero, el día 21 de enero de 2020, es invitado al Foro de Davos, lugar en el que seguramente decidirían la implementación de la farsemia covidiana ante la preocupación de la Organización Mundial de Sicarios, regresando con el encargo y todo bien planificado. No es casualidad que en febrero de ese año destituyera al presidente de la EFE por otra persona, para tenerlo todo bien atadito…
Con estos antecedentes, no extraña la negativa de la fiscal general del estado, Dolores Delgado, del día 27 de octubre de 2020 de investigar el encuentro entre Delsy Rodriguez y Ábalos en el aeropuerto de Barajas con un buen número de maletas. Su maestro Soros, es muy protector y auspiciador de regímenes comunistas y socialistas, como el que este sujeto desea imponernos con calzador y todo. Ya sabemos quién está detrás y quién da órdenes a su buen amigo.
La compañía que se encargaría de contar los votos, tantos en las elecciones de 2019 como de 2023 fue Indra cuyo accionariado es, según las fuentes, la siguiente: Fidelity Low Priced Stock Fund, Fidelity International Small Capital Found, Vanguard International Stock Index, Vanguard Tax Managed Fund, DFA Continental Small Company Series, Victory Portafolios, DFA International Core Equity Portafolio y Shares MDC EAFE Small Cap ETP. Es decir, Soros y los mismos sabuesos en busca de la sangre, pero esta vez para hacer que salga elegido quién tiene que salir elegido sin importar el resultado real de las elecciones, tal como ocurrió el 23J: un pucherazo en toda regla al gusto de la mafia y de los sionistas.
Resumiendo, Pedro Sánchez no es más que un títere encarnado sin alma, sin conciencia y sin ideología, porque para ganar pasta no hay que tenerla sino arrimarse al árbol que da más sombra. Si dentro de poco, en vez de Biden tenemos a Donald Trump, seguro que dirá que cambia de opinión y no tendrá un concepto peyorativo de la fachosfera, del mismo modo que juró no hacer coalición jamás con Podemos diciendo que no dormiría por las noches.
¿Será Feijóo tan mafioso como él? En cualquier caso, es cuestión de tiempo, cuando las élites pongan sus ojitos en su presidente y lo inviten al Club Bilderberg o a algunos de sus delfines en vez de a él. Sabremos entonces, los pobres españoles, que nos enviarán a nuestro próximo verdugo. Espero que, aprovechando la ocasión, les conteste con un no rotundo…
ÁNGEL NÚÑEZ.