Debido a la situación que llevamos viviendo en España desde hace mucho tiempo, nosotros creemos que las cosas no deben analizarse solo con el suceso inmediato en sí, creemos que deben analizarse con la perspectiva del tiempo y con aquella eterna pregunta de «a quién beneficia».
Estamos pasando por unos momentos en los que el sistema está completamente arrinconado y defendiéndose con uñas y dientes, llegando incluso al extremo de recurrir a la falsa disidencia para tratar de desactivas a los que, legítimamente y con toda la razón, están luchando para proteger sus derechos, sus vidas, sus propiedades y sus trabajos.
Y teniendo claro que nada de lo que sucede es casual, analicemos lo que lleva ocurriendo en las últimas semanas a propósito de las protestas de los agricultores. Creemos que el sistema no se esperaba que esas protestas cuajaran de la forma que lo habían hecho, debido a que se habían organizado a través de plataformas como WhatsApp y con cabecillas poco conocidos.
Poco a poco, las protestas han ido cuajando cada vez más y han provocado verdaderos problemas a los capos del estado, cogiendo cada vez más auge en medios y redes sociales. Fue tal el auge que incluso la mafia mediática tuvo que recurrir a calificativos ya conocidos: «negacionistas», «ultraderecha» e incluso al mantra de que los manifestantes eran poderosos terratenientes que se aprovechaban de sus trabajadores.
En esta caso, el estado no podía recurrir a su brazo armado más agresivo y servil, el de la Policía Nacional, debido a que las protestas partían de zonas rurales y en esas zonas solo trabaja la Guardia Civil, una policía que debido a sus características especiales es mucho más cercana al pueblo y tiene un sentido más claro de patriotismo y de a quién se debe de verdad. La Guardia civil tiene, todavía, el cariño de la gente, algo que ha perdido por completo la Policía Nacional.
Bajo nuestro punto de vista, entonces el estado se plantea que la única forma que tiene de desactivar unas protestas que iban en aumento es hacer sentir culpables a los protestantes y provocarles un sentimiento de solidaridad con los que tenían que ser sus represores, los guardias civiles.
Entonces es cuando nos encontramos con el criminal y trágico suceso de Barbate con dos guardias civiles asesinados. ¿Puede ser casual que los sucesos hayan ocurrido en Barbate, habiéndose producido esta noticia pocos meses antes?
Si tenemos en cuenta que a los de las narcolanchas lo único que les importa es proteger su negocio, para el que imperiosamente necesitan esas narcolanchas, no parece demasiado lógico lo que pudimos ver el pasado viernes: ponen en riesgo sus embarcaciones, se ponen en riesgo ellos mismos al poder ser detenidos y matan a dos agentes convirtiéndose en asesinos, además de en narcotraficantes.
Por otro lado, ¿cómo es posible que si el estado quiere realmente acabar con el narcotráfico desmantele las unidades que luchan contra él? No parece lógico, a no ser que tenga un especial interés en que continúe.
Entonces, si tenemos en cuenta que el sistema trata de acabar con unas protestas que se le descontrolaban, que aquellos que tienen que reprimirlas son guardias civiles, que han desmantelado y dejado sin medios a la Guardia Civil de Barbate para luchar contra el narcotráfico, ¿no parece esa una zona muy apropiada para una falsa bandera? Es un «nosotros te dejamos continuar con el negocio, pero tienes que hacer esto o te cortamos por lo sano».
Llámennos mal pensados, pero con esta gente que tenemos en el gobierno no nos queda otra.
Pero después llegamos a lo que está sucediendo ahora. Pedro Sánchez no quiere ni hablar del tema. Es más, se va de juerga a los Goya al día siguiente de los asesinatos. Pero para tratar de hacer creer a todo el mundo que le importa algo lo sucedido recurre a sus subalternos más dóciles y fieles.
Pero estos subalternos, lejos de condenar los hechos, de atacar a los culpables, de solidarizarse con la Guardia Civil, buscan excusas baratas a lo sucedido. Patxi López va y nos cuenta que lo que provocó lo sucedido fue una tormenta.
Todos hemos visto el vídeo de lo que ocurrió, ¿alguien en su sano juicio cree que fue por culpa de una tormenta? Entonces, cuando no quieren hablar de lo que realmente sucedió, lo que vimos todos, cuando en España las protestas de los agricultores aumentaban, y analizando lo sucedido en los últimos tiempos con la Guardia Civil de Barbate, ¿cómo no vamos a sospechar?
Yo ahí sólo veo un asesinato planificado por el narcoestado, con un mensaje grabado en vídeo para la reinona marroquí y todas las mafias del mundo: «vía despejada». En la plebe tractoriana ni piensan.
Y aún diré más. ¿Cuánto dinero ha regalado ya Sánchez a «la policía marroquí»? ¿Quién audita esas partidas millonarias? ¿No acabarán más bien «invertidas» en narcolanchas y toda la dotación paramilitar del narcotráfico y el tráfico de humanos? ¿En qué mundo un país financia las fuerzas del vecino (y enemigo) mientras desmantela las propias? En el mundo del crimen, el genocidio, la altísima traición y la demencia generalizada.
Dos palabras llevan varios días rondando por mi cabeza : Autodestrucción programada.
Todo esto que está sucediendo no obedece a lógica alguna, desde el punto de vista del ciudadano corriente, que no del borrego obediente, nuestros propios políticos se han convertido en un grupo de traidores y vendidos que están, claramente, desmantelando España.
Espero y deseo que las protestas de los agricultores y ganaderos se puedan materializar en algo tangible y que represente una victoria real, primeramente para ellos y después para el resto que los apoyamos, puesto que las promesas de los políticos son humo.
Desgraciadamente, el gobierno sabe qué teclas ha de pulsar para conseguir disolver a los que protestan. «Quien hoy te compra con adulación, mañana te venderá con su traición».
Oca tiene razón , esto es un sinsentido pero con un propósito oculto.
Citando al escritor Roberto Gómez Guzmán: «Lo más hiriente de una traición es que nunca es un enemigo quien la firma».
Españistan es un narco estado,ya se vio con juicios como el de los Miami.