viernes, noviembre 22, 2024
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La «farmistía» para que no veas la que han armado

Esto de la «farmistía» que se ha montado Sánchez y compañía ya empieza a clamar al cielo porque cada día está más clara la farsa que tiene montada esta gente con el asunto de marras. La farsa empieza con el pucherazo electoral: qué casualidad que sea tan fundamental Puidemont para que Sánchez forme gobierno, teniendo en cuenta que quien controla el conteo electoral es el propio Sánchez a través de INDRA, ¿no les parece?

Entonces, «causalmente», después de las recientes farsaelecciones nos encontramos con el escándalo de la «farmistía». ¿Y qué hace la gente que no ve más allá de donde le marque el dedo de cualquier político o miembro relevante del sistema? Mirar hacia la «farmistía» y quejarse como un loco.

Y no les falta razón a los que se quejan por la «farmistía» pero, por detrás, nos la están colando más que doblada con cientos de cosas importantes y con una fundamental: la gente que está cayendo debido al remedio mágico de la «farsemia», que esa sí que ha sido la más grande farsa que se ha montado en España en décadas, con permiso del atentado contra Carrero Blanco, la Constitución, el 11M, el síndrome tóxico y demás…

Mientras miramos hacia la «farmistía» no nos damos cuenta que nos están metiendo la mano en el bolsillo cada vez más. Tampoco nos damos cuenta que están destrozando el poco tejido empresarial que nos va quedando. Ni nos damos cuenta que están destrozando el Sector Primario para convertirnos en dependientes de lo que nos marque la UE. Ni que se derriban pantanos, ni que sobrevuelan aviones echando cosas raras en el cielo. Ni siquiera de que tu familiar, recién fallecido de forma inesperada, no tenía absolutamente nada, antes de poner el brazo.

La «farmistía» es la gran jugada del despiste de los farsantes para que no veamos lo grave. Y en ella, no lo olviden, participa el malo malísimo de Puigdemont, interpretando un papel estelar para el sistema. Recuerden, en las obras de ficción siempre hay un bueno, buenísimo y también un malo, malísimo.

Todos tienen que interpretar su papel. El problema es que, de momento, al bueno, buenísimo no le tenemos identificado. Es probable que lleguemos al final de la función y siga sin aparecer, ¿quién sabe?

EsDiestro
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