Del letal brebaje de ARN mensajero ya les he hablado en multitud de ocasiones. Recientemente por estos lares. Manipulación genética, pues. Y ampliemos el foco. El mortal peligor del ARNm, que causa, entre tantas cosas, enormes y sempìternos daños y peligros al sistema inmunitario. Reconociendo que una miríada de vacunas de ARNm están en proyecto o ya están en el mercado (contra la gripe, el RSV, el VIH, la malaria, el cáncer, las alergias, las enfermedades cardíacas, por nombrar algunas), este conocimiento es tan escalofriante como necesario («Cada futura vacuna de ARNm inducirá a nuestras células a producir su propio antígeno específico, relacionado con el microbio particular al que se dirija. Por lo tanto, debemos esperar que cada una de estas vacunas induzca daño inmunológico en una escala similar a la que hemos visto con las dirigidas contra el COVID19”, cita del ineludible libro Toxicidad de la vacuna de ARNm). Veneno inoculado, pues. O comido.
Inoculado
La extrema toxicidad del matarratas covidicio de ARNm para presentes y futuras timovacunas de ARNm, pues. Tres datos. Uno. La toxicidad de las nanopartículas lipídicas. Dos. La toxicidad de las proteínas de pico ( spike/espiga) inducidas por la vacuna. Y tres. La pésima respuesta del sistema inmunológico a ellos. Grosso modo: la respuesta del sistema inmunitario a las proteínas espiga es el factor ponzoñoso más importante porque corresponde a los espeluznantes hallazgos de las autopsias ( pavorosa inflamación, sobre todo ) y el daño causado al sistema inmunitario y coincidente en todo momento con los mecanismos teóricos de ese daño.
Comido
Y brota la tendencia de inocular animales destinados al consumo con “vacunas” de ARN mensajero. Destrozos en la salud de los animales, experimentando efectos adversos similares a los humanos, como cáncer, coágulos sanguíneos, miocarditis, problemas reproductivos y enfermedades neurodegenerativas. Y la contaminación del ADN en las vacunas de ARNm, que podría integrarse en los genomas de animales y humanos al comer carne animal.
Implacable guerra biológica, entonces, contra la población planetaria que enlaza con las satánicas agendas globales destinadas a reducir ( a la plebe) el consumo de carne y promover alternativas como los insectos y la cancerígena y plastificada «carne» sintética.
En fin.
Asesinos, estos que gobiernan el mundo y que son los que prestan el dinero a los gobiernos que están todos endeudados cada vez más, por eso tienen que hacer todo lo que les ordene esta mafia criminal del poder y los políticos lo hacen con placer ya que les importamos una mierda, los gobiernos son los que hacen el trabajo sucio para dicha mafia por lo tanto también son unos genocidas junto con sanitarios y periodistas de los medios de comunicación terroristas. Por cierto la FDA cuando aprobó el veneno letal ya tenía una lista de las enfermedades que iba a provocar.