Kissinger, el mayor genocida del siglo XX: al fin llegaste al infierno

Palabrita de increyente, pero ambicionando algo de justicia en este dantesco mundo. Memento La Tempestad, genio de Avon. “¡El infierno está vacío y todos los demonios se hallan aquí!”. Golpe de Estado en el averno, te quedaste corto tuitero Errejón. No hay mal que 100 años dure. Menos Kissinger.

Un no parar de horrores

Indemne del Watergate ( el marronazo que se jamó solito su subordinado Nixon), un Maquiavelo sin la grandeza del florentino, «profeta» de medio pelo ( en contraposición a los estadistas/gestores), un colosal monstruo, engendro con apariencia humana, y cuyo historial de crímenes de guerra resiste perfectísimamente el parangón con los peores dictadores de la historia reciente ( piensen en el que deseen y se quedarán extremadamente cortos): el ex secretario de Estado y consejero de seguridad nacional de Gringolandia ( la patria que «exporta» mierdocracia y «derechos humanos» a todo el planeta), el simpar terrorista Henry Alfred Kissinger, “salvado” a los ojos de tantos por el ropaje memocrático. Repitió hasta el hastío, por todo el mundo, el prototipo aplicado a Guatemala en 1954 con la eliminación del presidente Juan Jacobo Árbenz Guzmán.

A vuela teclado: constante, eterno y fiel “amigo” de la genocida China, la salvaje guerra de Indochina, la deliberada matanza masiva perpetrada en Bangladesh, los miles de muertos de Vietnam, Laos y Camboya, el Cóndor sobrevolando y los feroces  asesinatos y vuelos de la muerte planeados en Santiago de Chile ( con la entusiasta colaboración de la ITT, Pepsi Cola y el Chase Manhattan Bank, a fuer de la inexcusable y narco-criminal CIA) y Argentina.  Masacre de kurdos iraquíes (1974-1975). «Desestabilización» de Angola. Respaldo al gobierno de Reza Pahlevi en Irán y su salvaje represión(1969-1977). 

Además de «acciones ejecutivas» más específicas: Madrid ( asesinato de Carrero Blanco, evitando chinitas en el zapato que culminarán un lustro -no Urtasun – en el narco-régimen pedófilo del 78), Nicosia y Washington ( Orlando Letelier, 1976), Dallas hace 60 años cómo no, Lumumba, ciudad de Lubumbashi, República Democrática del Congo. Y sin olvidar una de sus más postreras hazañas, además de su participación en el quebranto yugoslavo: el brutal  exterminio en Timor Oriental.

Reclamando  los valores de la Ilustración

A Kissinger le inspiró “la atmosfera surrealista” de la farsa covid para emitir suculenta doctrina sobre el mundo que aparecería tras la falsemia, no cortándose un pelo en aseverar (¿ cinismo? Juas) que “las democracias del mundo necesitan defender y mantener sus valores de la Ilustración” advirtiendo de que “un retroceso global del equilibrio entre el poder y la legitimidad “ –en su opinión “una problemática milenaria”– “hará que el contrato social se desintegre tanto a nivel nacional como internacional”. Kissinger recetaba piadosamente que “hace falta moderación en todas las partes, tanto en la política nacional como en la internacional”. Desde luego, moderación, di que sí. ¿ Y cómo se interpretará la moderación en el puto Hades? Veremos…

…En memoria de las millones de víctimas del Premio Nobel de la Paz en 1973 ( sí sí, leyeron bien, además precisamente en ese año), «diplomático más famoso del siglo XX» ( La Razón), el «estratega que marcó la política exterior de EE UU en la segunda mitad del siglo XX» ( El País), ese «diplomático excepcional y estadista sabio y visionario» ( Putin dixit, el «disidente» para tantos, rejuas: memento, entre otras «lindezas», URPO y falsa bandera Krysha). Cadaverina Kissinger, que a los gusanos les sea leve. En fin.