Llegados a estos extremos en el que las élites sionistas y satánicas pagan millones a los políticos para desarrollar el plan genocida y se cuelan en las instituciones democráticas para desarrollar sus santos cojones por encima de nuestros derechos, está claro que estamos en guerra frente al poder y al Estado.
Sabido es que, desde siempre, a estos malnacidos no les importamos absolutamente nada, siguiendo los principios de su Talmud, un texto lleno de odio hacia quienes no piensan como ellos, del mismo modo que hacen todos los que alinean con estos demonios, tales como partidos de radicalizados. Hay otros que se mantienen de perfil y no dicen nada por temor, dado que son una mafia, cuyo líder en España es el psicópata Pedro Sánchez y sus otros socios, más delincuentes que él, les mueven los hilos (me refiero a Junts, ERC, PNV Y Bildu, financiados por Soros para descomponer el país y provocar un conflicto bélico, que es lo que buscan).
Dado que lo que buscan es quitarnos todos los derechos constitucionales (tanto que se llenan sus nauseabundas bocas de ellos), dado que llevan intentando matarnos desde 2020 con esa plandemia propia de criminales, dado que se han cargado la economía aposta, dado que nos engañan como si fuésemos subnormales y como no nos respetan, nosotros no lo vamos a hacer con ellos, no.
Ya va siendo hora, no sólo de salir a la calle todos los días hasta que les estallen los tímpanos en sus sedes golpistas, sino de reventarles su Estado con una huelga general indefinida en la que nadie pagará ni impuestos ni cojones, donde su autoridad nos la pasamos por el mismo lugar que esta gentuza nos considera.
Si quieren guerra la van a tener y el pueblo español tiene derecho a defender no sólo su honor frente a estos vendidos cobardes, a salir a la calle día y noche inmovilizando las vías públicas; hay que parar el país en seco, hay que declararse disidente sin temor alguno. Si todos lo hacemos, no van a dar abasto con tantos insurgentes y les ganamos la batalla a esta panda de mafiosos.
Disculpen el tono salido de este artículo. No suelo emplear estas palabras, pero no nos queda otra salida. Dependen de nosotros, les pagamos sus poltronas con nuestros impuestos y tienen la cara dura de exigirnos obediencia. ¿Pero, quiénes se creen que son para ordenar respeto cuando ellos no lo hacen con nosotros? Mucho menos consideración merecen.
Repito, el Estado nos ha declarado la guerra total y hemos de organizarnos para joderles la existencia hasta que caígan, porque estos impresentables y torpes dependen de nosotros. Sólo saben vivir de lo que reciben de sus diabólicos amos y no tienen escrúpulos.
¿Vas a seguir creyendo en ellos?
¿Vas a seguir engordando sus urnas?
¿Vas a permitir que tus hijos vivan en un infierno?
¿Vas a seguir pensando que no tiene tanta importancia?
Sus planes son esclavizarte primero y después ya veremos… (lo dejo en puntos suspensivos, tú me entiendes).
Me parece acertado el diagnóstico del articulista pero un poco irreal su prescripción. La disidencia carece de unidad de diagnóstico, generada por el mismo enemigo común precisamente para que no pueda actuar coordinada y acertadamente. Uno de los principales motivos de divergencia es que el elector de derecha no cree que que nos estén dando pucherazos de mil demonios con la colaboración de sus líderes ni que lo hayan podido traicionar tan a lo Bestia.
¿Guerra? ¿Entre borregos again?
Cuando las emisoras venenosas del Agresor ardan,
cuando sus antenas caigan,
cuando sus bustos parlantes sean enmudecidos,
cuando sus aviones fumigadores sean obligados a aterrizar o derribados,
cuando los bufones ‘woke’ televisivos formen su última sonrisa pérfida en sus caras de idiotas,
cuando comandos de ‘algunos hombres buenos’ intercepten a demonios como Victoria Nuland o Soros cuando vienen a nuestro país como Pedro por su casa para hacer el Mal absoluto, y los eliminen en un «muerto el perro se acabó la rabia».
Cuando los jueces que inadmiten las causas de importancia trascendental o las hacen prescribir sean amortajados con sus togas.
Cuando los fiscales que fiscalizan para perpetrar un plan vayan detrás.
Cuando los vendevacunas a comisión con bata reciban la inyección letal.
Cuando los editores de mentiras sean encarcelados incomunicados en prisión permanente no revisable.
Cuando los falsos parlamentos sean reducidos a escombros.
Cuando los mandos que ordenan gasear a ‘la gente’ acaben en la cámara de gas.
etc
ese día, en esa guerra de objetivos justos y concretos, que cuenten conmigo aunque sea para hacer bulto o preparar lentejas para los guerreros.
Hasta que llegue ese día, me he cansado de hablar sola.
Llevo casi cuatro años avisando incluso de más atrás cuando empece a hacerme preguntas a raiz de la falsa crisis y ya de antes con el 11M y 11S. Y ahora con la falsemia el remate y todo se ha ido cumpliendo pero tambien veo a gente más rebelde que nunca aunque los infiltrados no paren de dividir y dar falsas esperanzas.
Les queda muy poco a esta gente pero muy poco.