Aunque una gran mayoría de nuestro país todavía no está familiarizada con estos conceptos que, en Cuba, por ejemplo, se saben de memoria, debido a la guerra constante que tienen entre el régimen y los opositores, cada vez estamos viviendo con más claridad comportamientos extraños por parte de las fuerzas de seguridad del Estado. Policías que se infiltran en las manifestaciones y que no disimulan, cuando van a ser detenidos, gritando como locos que somos compañeros.
Pero la pregunta es:
¿Hasta dónde llegan los infiltrados policiales del Estado, también fuera de las manifestaciones?
Por eso vamos a hacer aquí una pequeña reflexión o manual sobre cómo detectar a estos traidores. A estos engañabobos a los que sólo puede pagar el Ministerio del Interior.
La disidencia es controlada no suele tener mucho qué hacer en el plano laboral
A mí me sorprende bastante la cantidad de tiempo libre que tiene esta gente. Porque una cosa es estar en todos los actos que puedas y otra cosa es estar en todos, como es el caso de Miguel Frontera, que no hay evento pepero que se pierda de ninguna manera. Ahí está él, normalmente acompañado de otros personajes que le hacen los coros, además de su consabida escolta, que yo mismo he podido comprobar personalmente que siempre lleva y que puede actuar de forma tal si te acercas demasiado a este agente provocador.
No les importa que les pongan multas millonarias o les amenacen con la cárcel
Esta gente se mueve siempre más allá de la frontera de lo que es legal y no les importan las consecuencias. Se nota que Papá Estado está detrás para pagar los desperfectos. No pasa nada. Podemos estar montando un cirio permanente en la casa donde vive una familia, como ocurrió con el acoso de Miguel Frontera en la casa de Pablo Iglesias, que la correspondiente indemnización millonaria por acoso ya la pagará a alguien. Pero muchos de vosotros diréis, simplicidad partidista pepera: pero, ¿qué más da? Si era Pablo Iglesias, se lo merece. Pues dejad que me explique un poco mejor en los siguientes puntos y entenderéis lo que quiero decir. En especial, en este siguiente apartado de los chantajes de Estado que nos afectan a nosotros mucho más, al final, que a un indocumentado y bienpagado como Pablo Iglesias.
Los disidentes falsos y los chantajes al Estado
Este quien esté en el Gobierno, como ocurrió con Alcácer o el 11M, pero también con la pandemia, los verdaderos grupos de poder que ejercen el gobierno en la sombra van a utilizar siempre a la oposición para controlar a ese gobierno y a ese Estado. Y el truco es fácil. Se utiliza cualquier polémica del ataque en cuestión que estemos sufriendo para que la oposición política lo explote a mansalva. Porque todos hemos visto lo que ha pasado con las residencias de ancianos durante los famosos confinamientos y cómo unos y otros se han acusado de matarlos, tanto en la taifa de Madrid como a nivel nacional, usando siempre las respectivas oposiciones para un chantaje de Estado de libro.
Los disidentes de Estado no conceden entrevistas
No conceden entrevistas que no sean pactadas, claro está, o controladas de alguna manera, pues de lo contrario podría salir a la luz algunos de sus oscuros secretos. Algunas de sus numerosas incoherencias o contradicciones. Y esto lo tienen en común personajes tan aparentemente distintos como Federico Jiménez Losantos, Miguel Frontera o el salvador supremo Alvise.
En el caso del falso disidente Miguel Frontera, que conozco bien por haber tenido una controversia personal con él, la propia gente que sigue su canal ha llegado a comentar que cuando está perdiendo los debates le baja el volumen al otro para que no se le oiga. Y es el mismo que quería que hiciéramos un directo en su propio canal, lo veis, porque evidentemente lo quiere tener todo muy controlado. No puede ser que venga un disidente de verdad a preguntarle por ciertos comportamientos y situaciones extrañas de su vida y de su muy extraño bar.
Los disidentes pagados consiguen papeles y se enteran de cosas rarísimas
Los disidentes de Estado se enteran de asuntos que están fuera del alcance de la gente normal y esto nos tiene que llamar la atención. Porque no estamos hablando de repasar cosas que ya se han publicado previamente y que están al alcance de todo el mundo y sobre las cuales se puede reflexionar, como es mi caso personal con el tema del 11M. No. En este caso estamos hablando de fuentes muy frescas sobre cosas que están sucediendo en estos momentos. Los escándalos sobre temas de actualidad que interesan a la gente.
Los disidentes pagados por Marlaska (por el censor de turno) siempre tienen una marca política
Es muy raro que un disidente falso de éstos no tenga una marca política por detrás. Ahora mismo es muy difícil encontrar disidentes falsos que tiren para la Izquierda, ya que la calle está en todo lo contrario y este tipo de personal, para poder engañar al ganado, tienen que estar con el corazón y las vísceras del rebaño. Por lo tanto, hoy en día, los youtubers “disidentes” y otros payasos, presuntos subvencionados por el Estado, han de ser de derechas y patriotas, ya que el Sistema se ha quitado del todo la máscara y casi todo el mundo ya ha visto que la Izquierda es la proyección política del Poder puro y duro.
Así pues, a la Derecha y el mundo patriota nos corresponde, así como a la gente de izquierdas que están contra el Sistema (véase el inane Roberto Vaquero), estar en la disidencia y subversión, con el matiz de que algunos lo hagan por interés. Para vendernos tranquilidad o todo lo contrario, muchas veces bajo una bandera política (como la de los perdedores profesionales de Vox), pero siempre en un ámbito tan controlado como ese mundillo pepero que se ha mostrado como el más dócil y manipulable. Haciendo todo lo que dice el Gobierno, al final, pero en el nombre de Abascal o de Feijóo: acatar con gusto confinamientos, aplausos en el balcón, caceroladas absurdas, pinchazos, pagar impuestos como locos, gritar viva el rey, etc. ¡Seguid así! Mientras tanto, los que mandan de verdad se están cargando completamente España: abortos, fronteras que ni existen, inseguridad ciudadana, saqueo fiscal, insultos a la religión y a la Patria y todo lo que ha permitido y fomentado el PP y la familia Borbón por 50 años.
Los disidentes de Estado nunca plantean soluciones radicales
Las situaciones desesperadas precisamente soluciones desesperadas o, dicho de otra manera, radicales. Y radical viene de raíz, de acabar con los problemas de raíz, que es como hay que hacer las cosas. No sirve de nada a cargarte a todas las cucarachas de tu casa si dejas que los huevos permanezcan o siempre vas a tener ese problema. Y el problema aquí es tan profundo que llevamos más de 50 años en la mierda por culpa de algunas personas que permanecen, pase lo que pase con las falsas elecciones. Tenemos problemas estructurales muy fuertes en cuanto a Defensa Nacional de las fronteras, seguridad interior, fraudes electorales, saqueo sin misericordia de los ciudadanos, aborto y otras perversiones y mucha inmoralidad generalizada que nos viene fomentada desde el Estado. Y eso no se puede arreglar echando simplemente a un babuino inútil como Sánchez. ¿Por qué estos personajes rara vez hablan del Rey, por ejemplo, y mucho menos para hacerle responsable de algo?
Los disidentes controlados siempre cuentan con algún tipo de protección policial cuando están en la calle
Aunque parezca que van solos por ahí, sobre todo, cuando les enfocan las cámaras, la realidad es que si pruebas a acercarte demasiado verás que la policía también se va a acercar a ti. Porque son sus compañeros, la gente que la Seguridad del Estado nos ha colocado en las calles para hacer el trabajo sucio, o más bien limpio, de aparecer como los auténticos salvadores de la patria. Y esto yo lo he comprobado personalmente con Miguel Frontera y Bertrand Ndongo, que por cierto hace las veces de escolta del otro. En este sentido, todos hemos podido ver cómo acudieron juntos a darme una paliza en Madrid hace un año, en compañía de un concejal de Vox llamado Fernando Hernández y unos 15 porteros de discoteca del hermano de Miguel Frontera. Toda esa gente contra mí solo, por supuesto, porque hay que proteger a toda costa a nuestro infiltrado principal: no puede ser que un disidente de verdad desafíe de ninguna manera esa pretendida arrogancia callejera ni ese patriotismo gratuito de quien no tiene ni lo uno ni lo otro.