Estamos seguros que muchos de ustedes habrán tenido que acudir, en algún momento de su vida, a un banco a pedir un préstamo. ¿Y qué es lo primero que hace un banco antes de concederles ese préstamo? Pedir información al Banco de España para saber cuántos préstamos tienen activos y, de esa forma, comprobar si no han llegado al límite de su capacidad de endeudamiento? Si consideran que están demasiado endeudados, simplemente, no les conceden ese préstamo.
Pero todo eso se hace con la plebe, con las familias, autónomos y pequeños empresarios. No funciona así para el propio banco y mucho menos para un estado. Es más, para el mundo globalista asumir más endeudamiento de un estado es una buena noticia. Revisen declaraciones de podemitas, socialistas y sus líderes y se darán cuenta de lo que estamos hablando.
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Tras la farsemia, la Unión Europea activó los llamados Fondos Next Generation para todos los países. En España, el plan se conoce como Plan de Recuperación y Resiliencia y la aportación total que se aprobó fue de unos 140.000 millones de euros. Aunque la teoría con la que la UE ha planteado la entrega de estos fondos no es un préstamo al uso, con fechas y cantidades de devolución, sí que es necesario que los países que los reciben, en este caso España, cumplan una serie de puntos:
- Planes Nacionales de Recuperación y Resiliencia (PNRR): Cada país de la UE que recibe fondos Next Generation EU debe presentar un Plan Nacional de Recuperación y Resiliencia (PNRR). En este plan, el país debe detallar cómo utilizará los fondos para impulsar la recuperación económica y la resiliencia. Los planes deben cumplir con las prioridades y los objetivos establecidos a nivel de la UE, como la transición verde y digital.
- Supervisión y Evaluación: La Comisión Europea supervisará y evaluará la implementación de los planes nacionales. Esto incluye asegurarse de que los fondos se utilicen de acuerdo con los objetivos acordados y que se logren los resultados esperados.
- Entrega de Resultados: Los países deben demostrar que están avanzando hacia la consecución de los objetivos y la implementación de las reformas y proyectos especificados en sus PNRR. Esto se logra mediante informes de progreso regulares y la entrega de resultados concretos.
- Desembolsos Faseados: Los fondos se entregarán en varios tramos y se vincularán al logro de hitos y objetivos específicos. Los países deben demostrar que están avanzando según lo planeado para continuar recibiendo fondos.
- Sostenibilidad Financiera: Los países miembros deben mantener una sostenibilidad financiera adecuada y evitar prácticas fiscales insostenibles. Esto implica no acumular una deuda excesiva y mantener un equilibrio fiscal adecuado.
- Mecanismos de Control: Si un país no cumple con los requisitos y objetivos establecidos, la Comisión Europea puede tomar medidas, incluyendo la suspensión de pagos o la revisión de los planes nacionales.
- Impacto a Largo Plazo: Si bien no se espera que los fondos se reembolsen como un préstamo, se espera que tengan un impacto duradero en la economía y la resiliencia del país receptor. Esto significa que los beneficios a largo plazo, como el crecimiento económico sostenible y la competitividad, deberían compensar la inversión inicial.
Como verán, todo esto, además de ser asumir más deuda, aunque se oculte con mensajes más o menos vendibles, representa que España estaría completamente intervenida por la Unión Europea, ya que se deben realizar todas las inversiones que se ordenan, además de enviar informes para comprobar si todo se está cumpliendo. En definitiva: más endeudamiento, menos soberanía nacional y más globalismo en sus objetivos.
Y además, vivimos en España: el país del enchufismo, del peloteo, de los amigotes y del dedazo. ¿Quién se repartirá todo ese dinero? Pues los amigotes, los colegas y quienes estén dispuestos a darle un «pellizco» al repartidor.
No solo eso, según publicaba el Banco de España el pasado día 17 de agosto, «La deuda de las Administraciones Públicas ascendió a 1.569 mm de euros, el 113,1% del PIB, en junio de 2023».
¿Cómo puede, entonces, un presidente de gobierno enorgullecerse de habernos endeudado más? Se lo vamos a responder nosotros porque la respuesta es sencilla: porque él no asume ningún tipo de responsabilidad con esto, él firma por todos nosotros y las consecuencias las sufren los demás.