Esta madrugada moría Pepe Domingo Castaño. Hace muy poco María Teresa Campos y desde hace ya dos años miles de personas anónimas cuyos fallecimientos no han salido en la prensa, en la televisión o en la radio. Son miles, decenas de miles o quizás cientos de miles los engañados que están sufriendo las consecuencias de haber caído en la trampa y millones los que, a pesar de tantas evidencias, siguen sin enterarse de nada y hablando de beneficios y riesgos, con comparaciones absurdas.
Y fíjense que, a pesar de que el oficialismo esté tratando de tapar el sol con un dedo, muchos siguen queriendo mirar hacia otro lado por desconocimiento, por desidia, o quizás por miedo, al no querer ver la realidad después de haber sido pinchado.
Ahora, el tristemente famoso a nivel mundial Fauci, tiene que reconocer, con la boca muy pequeña, las trágicas consecuencias que mucha gente está sufriendo. Pero lo hace como siempre, diciendo aquello de los beneficios y los riesgos. E intentándonos convencer, además, de que algo artificial y experimental, es mucho mejor que lo natural.