Después del comienzo del terrible incendio de Tenerife, las denuncias en las redes sociales comenzaron a producirse. Por un lado se nos contaba el sorprendente número de focos que habían provocado este incendio y por otro, la absoluta desidia y falta de rapidez del oficialismo en cuanto a la extinción de esos incendios. Circularon por las redes sociales audios como estos:
Lógicamente, con unos gobiernos tan serviles con el globalismo como los que sufrimos a nivel central y a nivel autonómico todo iba encajando. Mucho más, estando en plena fase de venta de la farsemia climática por su parte. Todo encajaba con el relato establecido, mucho más si tenemos en cuenta que todo esto sucedía tras el incendio de Hawái y tras el reinicio de las fumigaciones de nuestros cielos que se había tomado «un descanso» con motivo de la campaña electoral.
Pero las sospechas aumentaron cuando Sánchez visitó la isla y agradeció, en primer lugar, la actitud y el comportamiento de los medios de comunicación por la forma en la que estaba difundiendo la información sobre estos incendios. Sospechoso, ¿verdad?
Pero, ¿por qué no se había producido ningún incendio antes de la campaña electoral? ¿Por qué, tras la finalización de esa campaña, coincidió el hecho de que retomaran las fumigaciones de nuestros cielos con este incendio? ¿Por qué a Sánchez le interesaba tanto agradecer a los medios de comunicación su habitual comportamiento servil con el oficialismo?
Aquí tienen una de las respuestas. Esto es una de las consecuencias de la fumigación de los cielos en nuestros bosques. Esto no lo denuncia ninguno de esos medios a los que Sánchez agradece su esfuerzo. Mientras tanto, en España sigue el debate del beso de Rubiales.