En las últimas décadas se ha producido una extraña «confluencia», palabra de moda, entre dos extremos que, hasta ese momento, parecían completamente antagónicos: los supuestos comunistas y las grandes corporaciones.
También a lo largo de esa últimas décadas, esa extraña confluencia se ha hecho realidad a modo de prueba en un país como China. Al final, en ese país nos encontramos con un capitalismo extremo y una dictadura comunista que, lejos de ablandarse, también ha sido mucho más extrema y represiva.
Por eso ahora nos encontramos con un mundo como el que estamos padeciendo, por un lado el que encabezaría el gobierno chino y por otro, el lado globalista encabezado por Estados Unidos que quiere implantar, precisamente, ese modelo chino en esta parte del mundo, con las excepciones que haya.
¿Y qué nos encontramos entonces? Pues a personajes como Errejón que, según nos cuenta, es comunista, haciéndose eco, curiosamente, de las farsas creadas desde las grandes corporaciones mundiales y difundidas por medios como ABC, tal y como hemos publicado hace un rato en este artículo.
¿Y cómo hacen esta extraña mezcla? Pues con el mayor de los descaros porque, recordemos, estos personajes interpretan un papel dentro de este mundo político que nos está tocando sufrir. Y debido a ese papel, a unos les toca interpretar unos personajes determinados y a otros, pues otros completamente distintos, el de sus supuestos antagónicos.