Lo de los empleados haciéndole la pelota al jefe de una forma descarada es algo que en la España de hoy en día ya se ha convertido en una fea costumbre. Pero que se haga desde una empresa pública ya es absolutamente aberrante, puesto que los jefes, en teoría, somos todos los españoles.
Y como somos todos los españoles, la empleada en cuestión debería pensar que entre los cuarenta y siete millones de españoles hay gente de distintas ideologías, de distintas formas de pensar y debería tener la prudencia de no pronunciarse públicamente sobre ningún aspecto ideológico o personal.
Pero estamos en España y en este país ya hay de todo, menos prudencia, responsabilidad y, sobre todo, respeto. Escuchen lo que dice esta presentadora de TVE.
Así está la España actual. De esta forma tan descarada actúan los que se creen moralmente superiores a los demás. Y lo que es peor, así actúan los que creen que son mayoría frente a los demás.
Ya lo vimos a lo largo de toda la farsemia en asuntos como las inoculaciones. Y eso que, evidentemente, fue todo un experimento, ha dejado un poso en la cabeza de muchos que va a ser muy difícil de borrar.
No sabemos cómo acabará todo esto pero no tiene buena pinta.
Progresista al infierno más bien.