Si muchos de ustedes recuerdan una de las típicas imágenes de los manicomios de antes era la de mostrarnos a alguien que se creía Napoleón. Una muestra clara con la que, por aquel entonces, se nos intentaba hacer ver que los trastornos de personalidad eran muy frecuentes en las personas ingresadas con problemas mentales.
Ahora, ese personaje de antaño tendría un serio problema para mejorar sus salud mental puesto que todos estaríamos obligados a reconocerle como tal, puesto que tendría el derecho a que así fuera. ¿Te creer Napoleón? Pues yo te trato como tal.
Al final, todo esto no es más que una forma de acabar destrozando la sociedad puesto que, además, los agendistas pretenden inculcarlo en los más jóvenes como si fuera una moda.
Y por desgracia así está funcionando. Muchos jóvenes, e incluso niños, están cayendo en la trampa de esa supuesta moda y, a edades en las que no se tiene claro nada, nos cuentan que se sienten mujeres, si son varones, y hombres, si son mujeres.
Por eso nos encontramos con escenas tan surrealistas como esta de México. Una agente de policía trata a un hombre travestido como tal y este se pone histérico diciendo que es una mujer. La humanidad va de cabeza al estercolero.