Creíamos que con aquello de la farsemia ya lo habíamos visto todo, pero nos faltaba por ver lo que está sucediendo en el actual Tour de Francia por su absoluto surrealismo.
Según ha estipulado ASO, la empresa organizadora del Tour de Francia, que estudió el protocolo hasta última hora y decidió tras los abundantes casos de COVID en el Giro, entre ellos el de Evenepoel, líder que terminó abandonando. En el caso del Tour, la mascarilla tiene que estar siempre puesta cuando una persona esté en contacto con el corredor.
Si uno de los corredores da positivo, no tiene que abandonar la carrera obligatoriamente. Lo decidirá junto al médico de su equipo, el de la UCI y el coordinador COVID del Tour. “Los casos son aislados gracias al altísimo porcentaje de vacunación entre corredores y staff de los equipos. Y los contagiados tienen síntomas cada vez más leves. En los tiempos previos al Tour, la incidencia en Francia es muy baja”, dicen desde ASO, que tildan estas medidas de “preventivas”.
Este último párrafo suena ya casi a guasa, ¿verdad? A ver, están en un «altísimo porcentaje» inmunizados con el brebaje, ¿y todavía se toman estas medidas? ¿Y nadie se pregunta nada? ¿Nadie se extraña? ¿A Nadie le sorprende?