Artículo de Alfonso de la Vega
«Evitad la mentira y abrazad la verdad,
que su daño consigue el que vive en el mal.”
El valido de Su Majestad ha viajado a Marruecos en una misión al parecer no programada ni explicada con anterioridad. Las especulaciones acerca del objeto de este viaje no conocido son muchas y todas malas. Hace poco EsDiestro reproducía un importante texto chileno en el que se explicaba la traición del Emérito fugado en relación con el Sahara y la Marcha verde. Algo gravísimo y tremendo en sí mismo y también por la mentira que lo ha rodeado. Es posible que esta visita pudiera tener que ver con dicha Marcha verde o tras la nueva traición sobre el Sahara quién sabe si en previsión de otras futuras.
La pasada semana dos guardias civiles fueron sacrificados al dejarlos prácticamente indefensos ante las bien armadas criminales mafias de narcos hispano marroquíes. La responsabilidad del gobierno sanchista al menos por negligencia culpable es abrumadora. Astutamente, los medios materiales de lucha algo mejores contra el narcotráfico organizado llevan inutilizados desde hace más de año y medio. Y la unidad especializada de lucha de la Guardia Civil fue desactivada por el inmoral ministro tras haber obtenido buenos resultados. Es evidencia de razón y de experiencia histórica que el narcotráfico en el Estrecho procede del sultanato con alianza en Gibraltar.
En Rabat, a la salida de las reuniones con los súbditos del sultán y mientras se recomponía los calzones, el doctor falsario ofreció una rueda de prensa de carácter estupefaciente para explicar o quizá más bien esconder la razón de su visita. En resumen, más o menos ha venido a decir que los moros son nuestros «amiguetes», que todo va «cojonudo» en nuestras relaciones y que está muy contento porque ha podido rendir pleitesía al sultán e invitar a su colega gran visir a una visita al reino de España. También nos dice que han hablado de Gaza, cosa más bien extraña porque ambos reinos rinden claro vasallaje al Estado de Israel, que se sabe que no acepta críticas y se pasa por donde le apetece las resoluciones de la ONU o de los tribunales internacionales, cuando más la de ambos reinos subalternos.
Pero lo que quizás más ha indignado a la escasa opinión pública que queda en el desolado reino de España es el anuncio del aluvión de dinero de los impuestos vilmente extraído al contribuyente español para potenciar las infraestructuras del enemigo. Cuando, ente miles de ejemplos, la autovía A6 que desune Madrid y La Coruña está llena de baches y socavones en los que cabría un camión y hay que circular por el carril izquierdo para no caer en las simas, el tren de Extremadura parece una estampa romántica de la época de Búfalo Bill aunque sin pieles rojas, se destruyen presas y sistemas de regadío, se despilfarra el agua mediante conducciones agujereadas o mientras se manda a los guardias a reprimir duramente a patriotas y trabajadores mientras se les niega medios eficaces contra la delincuencia, el que el falsario anuncie el regalo de 45.000 millones de euros del sufrido súbdito borbónico resulta un verdadero escándalo.
¿En concepto de qué?
De hacer caso al falsario presidente no se habría tocado el tema del auge del floreciente y lucrativo negocio del narcotráfico entre ambos reinos. Algún desconfiado por avisado pudiera especular con que acaso el falsario habría ido a Rabat a recibir instrucciones o incluso a ofrecer garantías que, pasada la comprensible indignación por los asesinatos de los guardias civiles, el comercio continuará sin sobresaltos para garantizar el filantrópico libre mercado y crear valor para el accionista.
Inasequible al desaliento, en su sexto año triunfal, tras el inoportuno percance del revolcón electoral gallego, el jaque sigue con su chulería sin que ninguna institución borbónica, ni siquiera su humillada banda, le frene.
Por desgracia la verdad es que nos encontramos a las puertas de una dictadura ya sin disimulos. Una dictadura con nuevas tecnologías, es decir no mediante la toma del poder por parte de militares sino por medio de las votaciones amañadas, “ex post” mediante la maquinita o “ex ante” mediante el embrutecimiento y engaño de los votantes. Hoy ya no resulta «molón» el recurso a aguerridos yelmos, fajines y entorchados. Los protagonistas vicarios se extraen del lumpen o gente del bronce, matones de discoteca, mamarrachos desarrapados o sin sexo reconocible, que lucen tatuajes propios de caníbales, pantalones rotos o a media asta en vez de bonitos condecorados uniformes. Los más aseados y presentables o menos indecorosos suben al rango de excelentísimos ministros o altos cargos de la Monarquía. Cuando don Felipe, contra lo deseable para España y sin obligación constitucional, nombró candidato a Sánchez ya debía comprender lo que se nos venía encima.
El paso a dictadura sin más puede darse buscando la oportunidad para hacerlo posible.
Hace un siglo el felón Borbón de turno recurrió al general Primo de Rivera para mantenerse en el trono. A diferencia de ahora, se trataba de una dictadura militar que comenzó con la anulación del poder civil. Con la Agenda 2030 ya no haría falta. El golpe de Estado posmoderno se hace no sustituyendo sino ocupando las instituciones para sabotear su funcionamiento democrático y en contra de los legítimos intereses de los supuestamente representados. O bien colocando tenderetes internacionales de carácter plutocrático o desde luego no democrático a los que se traspasa la soberanía nacional.
Uno de los pretextos para la Dictadura militar de entonces fue el problema de Marruecos y la publicación del Expediente Picasso, muy incriminatorio para las autoridades, incluido el Rey. Mil cosas pueden pasar. Habrá que estar atentos acaso no se esté fraguando una nueva Marcha verde contra Ceuta y Melilla o las Canarias que daría lugar a la entrega de poderes extraordinarios a los nuevos golpìstas que no tendrían siquiera que disimular que satisfacen la legalidad constitucional.
Los políticos dan 45.000 € a Marruecos, pero a los españoles nos quieren robar con peajes por entrar con el coche a pueblos y ciudades.
https://autopos.es/habra-peajes-para-entrar-en-las-ciudades/
Mar
Es una vergüenza como Actua el felon de la Moncloa , no da explicaciones