viernes, noviembre 22, 2024

BOOM

James Cleverly, ministro de exteriores del Reino Unido, junto a un alto funcionario alemán, han alertado de la posibilidad de un enfrentamiento bélico entre Europa y Rusia dentro de un periodo que va de cinco a ocho años. Para más inri, Josep Borrel, en un reciente acto declaró que, por un lado, Israel había financiado al grupo terrorista Hamas para reducir la fuerza del gobierno de Palestina, así como que la situación actual tenía similitudes con la que se dio en la década de los años 30 del siglo pasado, antes de la segunda guerra mundial. No es mi deseo ser un mal agorero ni amargarle la cena a ninguno de mis queridos lectores, pero los datos encajan. 

Albert Pike, masón del grado 33 y máximo representante de los Rothschild, gran maestro de la logia de la masonería de Escocia, declaró en 1871 que se necesitarían tres guerras mundiales para imponer la religión del satanismo en todo el planeta. Tanto como la primera como la segunda cumplen sus palabras al pie de la letra: la primera para aniquilar a la familia de los zares de Rusia e imponer en dicho país el régimen comunista, la segunda para enfrentar el movimiento fascistas (financiado por ellos como no podía ser de otra forma; se dice que el abuelo de Adolf Hitler fue hijo ilegítimo de un Rothschild, cuando su abuela era asistenta de su gran mansión en Austria…) con la Rusia comunista, todo ello para justificar la imagen victimista del pueblo judío y por otro para crear el Estado sionista de Israel, el cual se comenzó a fraguar desde principios de siglo XX, con la imposición de los ideales de esta saga familiar demoniaca por encima de los judíos de buena fe que se vieron sometidos a este nido de víboras. 

El resultado de todos conocidos es 1948. La tercera surgirá el enfrentamiento entre las culturas occidentales y musulmanas (Plan Kalergi de invasión cultural en Europa y destrucción de nuestra identidad, defensa de los grupos de inmigrantes bajo la justificación de que cualquier ataque a estos sujetos es considerado racismo, invasiones de marroquíes y africanos en Canarias y en toda España, incluso en bases militares, cientos de personas que viven en pésimas condiciones y sin alimentos en el aeropuerto de Barajas desde hace un mes…), todo ello bien pensado y paso a paso bajo la ideología de la solidaridad con los países supuestamente más pobres,  todo muy colorido como el caramelo de la agendita 2030.

Pero, sin más dilación, comparemos lo sucedido en los años 30 y lo que pasa en estos años 20. La creación del fascismo fue de la mano para crear el ambiente perfecto para generar el caos y el miedo en la población: lamento decir que el movimiento nazi, a pesar de no ser el que más daño ha causado a la humanidad (pondría con diferencia en primer lugar al comunismo de Stalin, el cual no fue denunciado en los juicios de Nüremberg, ¿Por qué sería?), era una pieza necesaria. 

En la actualidad asistimos a un régimen fascista, pero no del tipo anterior, sino de un fascismo cibernético, médico y jurídico, cuyo fin es la ejecución del genocidio que tenían in mente Kissinger y otros personajes desde la década de los setenta; de hecho las técnicas empleadas durante la plandemia recuerdan al régimen nazi: pasaportes covid, uso de mascarillas para entrar en no pocos lugares, limitación de derechos individuales, censura en medios de comunicación, miedo en los mass media, delitos de odio y limitaciones al derecho de libertad tanto de opinión como de expresión, inyecciones letales que los gobiernos denominan vacunas para erradicar poco a poco a parte de la población, empezando por los de la tercera edad y acabando por los niños, adoctrinamiento masivo, sobre todo en la infancia a través de la demoniaca doctrina del LGTBIQ+, a la fuerza y por orden los nuevos gobiernos fascistas, la creación de un clima de terror vigilado por la inteligencia artificial que les hará a los delincuentes en los Estados su labor más cómoda y segura, y todo lo que incluye la agendita, acabando por el monopolio de la industria incluso alimentaria para generar no ya pobreza, sino hambre en el sentido literal de la palabra. Las técnicas psicológicas que se emplean en la actualidad responden al mismo ideario de que empleó Joseph Goebbels, ministro de propaganda de Adolf Hitler. 

Otro aspecto común es doble: por un lado la crisis de las instituciones de los Estados y su desmembramiento descarado (porque, claro, para crear un gobierno mundial no puede haber gobiernos nacionales y dentro de poco sobrarán personajes tan insidiosos como Pedro Sánchez o Macron) y, por otro la creación de situaciones de crisis económicas y financieras en forma de endeudamiento masivo de las naciones, amenazas constantes de cracks económicos, caídas de la cotización de las monedas, paro, miseria, hambre (las colas del hambre, valga la penosa redundancia, tan comunes en ciudades como Madrid) y su relación con esas crisis que ellos crean, como cuando suben los tipos de interés porque les viene en gana bajo la excusa de la inflación que ellos mismos crean. 

En el aspecto bélico hay que incrementar la tensión entre los países y para ello, siguiendo la doctrina de los Rothschild, hay que financiar y endeudar a todos los frentes posibles, tal como llevan haciendo desde la revolución francesa de 1789: en otras palabras, nada nuevo bajo el sol. Movimientos como Hamas ha sido financiado, repito, han recibido mucha pasta (por si los de izquierda aún no entienden) para hacer túneles de 500 metros bajo tierra donde introducían sus armas para la guerra que comenzó con el terrible atentado terrorista cometido el pasado 7 de octubre contra israelíes inocentes. Josep Borel insinuó en un acto universitario que fue el Estado de Israel, aunque no descartaría yo que estuviese la CIA americana y otras entidades financieras como Black Rock en el ajo, la compañía que controla a todas las empresas del planeta. Por otra parte, el conflicto de Ucrania ha sido provocado por la OTAN, del mismo modo que fueron ellos los que destrozaron el canal del stream 2 del Báltico, para que Rusia no diese más gas a Alemania; este país es un punto estratégico primero al ser la tierra donde vivían los judíos de Jazaria, desde sus siglos de gloria del año 600 al 968, fue influido políticamente por doctrinas nazis durante la segunda guerra mundial y es utilizado para desestabilizar a Rusia, a ver si logran que lancen unos cuantos misiles para que empiece la fiesta. Si Putin hubiera querido liarla, lo habría hecho hace mucho tiempo; ni la OTAN ni a la ONU le interesa una paz con Rusia, pues este país se ha aliado con China, lo que seria la futura nueva potencia mundial. De este modo, un choque entre bloques es el plan perfecto, pero esta vez a lo grande; en la segunda guerra mundial fue Hitler contra Stalin, ahora es el fascismo satánico contra el imperio pseudomafioso de Putin y el dictador Xi Min: como vemos la democracia brilla por su ausencia.

De estos lodazales pueden surgir otros movimientos que defiendan a la cultura occidental, que están en contra de la agenda 2030 y que nos retrotraen a otros movimientos fanáticos y extremistas, que pueden ir tomando forma en Europa a través de nuevos partidos de corte extremista, porque, encendida la mecha y declarada la guerra, las actitudes no pueden ser muy pacificas, sino agresivas e intolerantes. 

Están llevando a la población al límite de sus fuerzas, a un grado de tensión social y emocional que amenaza con el gran reseteo, que no es la instauración de euro digital, sino la destrucción de todo lo que conocemos y la creación de un nuevo orden mundial, del mismo modo que todo lo que estaba en los años 30 desapareció por completo para entrar en un nuevo esquema a partir de 1945. La historia tiende a repetirse, no ya porque así tenga que ser, sino porque las élites que controlan la Reserva Federal desde diciembre de 1913 y todos los bancos centrales del mundo (incluyendo el Banco Central Europeo, no digamos ya el Banco de España), manejan los destinos de la humanidad a su antojo  y parece ser que el ciclo se está acabando dado que sus mecanismos de sucio control ya no les funcionan (millones de personas saben del talante moral del que son dueños) y tienen prisa, tienen mucha prisa, no sea que sean descubiertos, haciendo realidad aquel presagio de plasmaron en los Protocolos de los Sabios de Sion donde nos dicen que, en el caso de que los goyim los descubran, no tendrán lugar donde esconderse, como las cucarachas que se alimentan de nuestros restos alimenticios mientras dormimos plácidamente en el estadio IV del sueño en nuestras cómodas camas.

Quieren y desean ver la tercera guerra mundial ya, no cesan de inventarse justificaciones, de extender guerras del Israel al estrecho del mar rojo y otros frentes que surgirán en el futuro, a ver si así estallan las bombas, las cuales deberían hacen boom delante de sus narices cuando el pueblo les diga no, desobedezca todas las normas del Estado que les toque cumplir  y los hundan para siempre en la más vil miseria de millones de billetes inservibles que no se van a llevar, por si acaso, ni al más allá en el infierno de su dios en la otra vida…

Ya va siendo hora de abrir los ojos y reaccionar antes sus leyes y sus engaños demoníacos.

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