Estamos viviendo unos tiempos cada vez más estalinistas mientras no dejan de hablarnos de derechos humanos y de libertad. Pero a la hora de la verdad, hay que reconocerlo, la dictadura de Franco era una auténtica broma comparado con esta broma de mal gusto que estamos viviendo. Una broma pesada que nunca termina y que es la realidad pura y dura que estamos viviendo los españoles desde hace demasiado tiempo.
El documental de Miguel Rix ha sido censurado en Santander
Y como ocurre con toda dictadura, por supuesto, la guerra es la continuación lógica ante una tiranía en la que los ciudadanos que no quieran dejar de serlo y tienen que participar con todas sus fuerzas. Una guerra que ya ha sido iniciada, aunque la mayoría de la población pase de todo, y en la que la verdad es ya la primera víctima.
En todo tiempo de guerra, por supuesto, la verdad es la primera baja y la censura es el arma que utiliza el poder para que nadie intente denunciar lo que está sucediendo. Es ese miedo absurdo y suicida que se ha apoderado de las víctimas dura dos mil treinta que se denuncia en el documental y que muy pocos y valientes habitantes del medio rural se están atreviendo a comentar en público. La verdad es que los protagonistas del documental de Miguel Rix se merecen un gran aplauso por su valor. Por su compromiso con su medio de vida y con su deber como españoles. pero la puñetera censura va mucho más allá de todo esto.
Miguel Rix y su familia y colaboradores son un pequeño núcleo de resistencia
Miguel Rix y su familia y colaboradores son un pequeño núcleo de resistencia que nos enseñan y motivan a los demás, por lo que dan miedo a un sistema que no está acostumbrado a que le crezcan los enanos. Y la reacción lógica de este sistema no puede ser otra que intentar acallar estas voces discordantes. Yo mismo lo he vivido. Su forma de funcionar, cobarde y miserable, cuando se dedican a monitorizar constantemente y hasta cerrarme los canales de Youtube donde denuncio diversas tramas de corrupción y terrorismo político. No estamos hablando de ninguna broma ni de nada teórico que no se pueda demostrar.
Una censura absurda y lunática que empieza cuando el documental iba a ser proyectado en una sala de bastantes localidades y sin costo alguno, al ser un auditorio público en Astillero, localidad de la Bahía de Santander. Sin embargo, cuando los gestores privados de esa sala pública se enteraron de lo que se iba a emitir empezaron a dar largas y hacerse los locos para terminar diciendo que no podían proyectarlo en su sala porque el documental iba contra la agenda 2030. Así de cobardes y miserables son.
Por supuesto que lo comentaba contra la puñetera agenda 2030
¿En qué momento nadie lo ha ocultado?
Sin embargo, esta gentuza se piensa que puede jugar con nosotros. Que pueden no sólo censurarnos, sino además dedicarse a vacilar a Miguel Rix y su equipo como si fueran unos parias y ellos, la empresa gestora de esta sala pública, los amos de la finca. Pero ya hablaremos con ellos más seriamente, no vaya a ser que su conducta haya sobrepasado lo legal y tengamos que pedir responsabilidades administrativas ante este claro ejercicio de discriminación política.
Y es que el documental no es ni siquiera de naturaleza puramente política. Es un documental sobre los abusos claros y notorios de una casta minoritaria que se dedica a explotar nuestro país como si fuera el cortijo de la película de Los santos inocentes. Y los propios habitantes de Astillero tienen todo el derecho del mundo a saber lo que se está haciendo con un sector que les toca muy de cerca, como es la pesca o la ganadería, aunque ya no queda una sola ramita del sector primario que no haya sido profanada y atacada por estos cerdos. Y luego están los colaboradores externos y de rango más bajo que se dedican a censurar las cosas, aunque el escándalo no termina aquí.
Es que parece que estamos en la Cuba de Castro ya
Ya Javier Villacorta me había comentado que Miguel Rix había tenido también ciertos problemas con el propietario de un cine privado en Santander al que se tuvo que acudir, a la desesperada, para poder emitir el documental en algún sitio. Cosa que no me sorprendió, sin saber ni qué cine era, por la asombrosa actitud “conservadora” de muchos de mis paisanos locales. Pero lo que no me podía imaginar era todo este embrollo de censura tan ilógica y este miedo absurdo a proyectar un puñetero documental. Es decir: el dueño del cine tenía miedo. Es alucinante. Y hasta llegó a intentar desanimar a Miguel Rix de proyectar un documental como ya estaba acordado y luego le dijo a qué hora tenía que terminar, antes de que pudiera completarse la visualización del mismo, pero todo por este miedo irracional que estamos comentando.
Los que conozcáis a Miguel Rix os podéis imaginar el tipo de respuesta que se pudo llevar el pobre paisano, que parecía más aterrorizado por el miedo a no sé qué poderes en la sombra que le iban a matar esa misma noche. Pero es que tienes que pensar, amigo propietario del cine, que es tu país el que se están cargando y que nadie en un país sano y normal te puede prohibir hacer lo que te dé la puñetera gana en tu negocio. Es que parece que estamos en la Cuba de Castro ya, aunque si uno lo piensa bien no estamos muy lejos de conseguir ese objetivo. Mucho más con actitudes tan estalinistas y tan cobardes por parte de los que no tienen nada más que hacer que dejarnos una sala para exponer tantas verdades, como es el caso de los personajes de Astillero, pero a los que tengan miedo hay que deciros que así no vamos a ningún sitio.
La censura política en Santander
El dueño de la sala, al final, parecía hasta aliviado de que no hubiera pasado nada. Pero, vamos a ver: ¿A qué viene tanto miedo? ¿Quiénes son y qué se creen que son los que instigan estas situaciones? ¿Es que no ves que cuanto más censure es una idea más atractiva se hace para esa masa dormida que pasa de todo y que nos toma por gilipollas?
Y vaya por delante nuestro agradecimiento por este paisano del cine de Santander, gracias al cual se pudo celebrar la visualización. Porque si no es por él, al final, no se hubiera podido hacer nada.
Esta censura política en Santander ya la ha vivido antes, aparte de conmigo mismo, con casos como el de Fernando Paz presentando su libro sobre la guerra de Siria. Y hay que recordar que fue un concejal de Santander de Izquierda Unida, Miguel Saro, quien puso más empeño en esta censura un libro que acusaba directamente a los poderes internacionales y al imperio gringo de acabar con la vida y el futuro de millones de árabes. Y resulta que Izquierda Unida se pone en contra de esto y se ponen a perseguirnos, para que no haya presentación del libro posible, ni siquiera en espacios privados como el Hotel Bahía. Al final, como en una metáfora de los tiempos de censura en que vivimos, tuvimos que presentar este libro en la puñetera calle. Pero lo presentamos igual, da igual, así que enhorabuena a este inútil concejal por su inútil empeño en censurarnos y favorecer la causa militarista y genocida. Enhorabuena.
La presentación de un libro sobre Revilla no autorizado por el protagonista
Por otro lado, la presentación de un libro sobre Revilla no autorizado por el protagonista, y que se llama El impoluto fantasma, también sufrió una idéntica persecución por parte de los poderes fácticos que actúan en la sombra como cobardes que son. Pero también encontramos un lugar donde hacer nuestra presentación libremente en la Asociación Alfonso I. Uno de estos cada vez más escasos reductos de libertad adonde la larga mano del poder todavía no ha llegado.
En fin: cuanto más nos persigan, como ha pasado siempre con los cristianos, más resurgiremos de nuestras cenizas. No nos van a callar con sus simplezas y sus miedos y sus mierdas. Un abrazo a todos los que resistís y en especial a Miguel Rix, Javier Villacorta y a Lobo Estepario. También hay que resaltar la presencia en el cine de Marta García, ganadera y diputada en el Parlamento de la taifa cántabra, donde por fin tenemos una voz discrepante los que estamos hasta los huevos de tanto vacile. Dejemos de una vez la España Vacilada y empecemos a mirar, con el cariño y el respeto que se merecen, a nuestros hermanitos de la España Vaciada.
Nos venden libertad, pero su censura es cada vez mayor y más descarada
La pregunta que nos puede surgir a todos es quiénes son estos auténticos cerdos para censurar a nadie y encima bloquearnos lugares públicos, como si fueran de ellos, y perseguirnos también por las entidades privadas. Y todo con un argumento tan falaz y absurdo como que estamos en contra de la agenda 2030. Pero, ¿es que acaso no se puede estar en contra de esta p*** agenda? Esto parece cada vez más lo que es en verdad: una secta en toda regla que nos intentan imponer mientras se masacra el campo y se convierten las ciudades en cárceles para esclavos felices.
Y todo esto gracias a una Administración que colabora en fortalecer y desarrollar la dictadura más psicópata de la Historia de la humanidad. Pues esperemos que el salario os compense por trabajos tan dignos como los que se explican en el documental:
- Permitir la expropiación de pueblos y de fincas grandes como reinos. Es decir: primero te invaden tus tierras fértiles y las convierten en una especie de enorme vitrocerámica y con el tiempo te dicen que esas tierras ya no son tuyas porque es un interés público y no sé qué historias.
- Prohibir a los granjeros ecológicos de verdad que puedan regar con agua de lluvia. Esto fue lo que más me sorprendió de todo el documental, pero parece ser que hay lacayos que se dedican a supervisar estas paridas y nadie hace nada.
- Ponerle una especie de pulserita para presos que empiezan a salir en tercer grado a los barcos de pescadores de toda la vida, que son controlados mediante un GPS que tienen que pagar y mantener ellos mismos. WTF?
- Abrasar a los agricultores y ganaderos con normativas que son imposibles de cumplir mientras hacen la vista gorda, los que la tienen que hacer, con las toneladas de productos extranjeros que entran en Europa todos los días sin ningún tipo de control ecológico de nada.
- Negarle al ganadero que su res ha sido asesinada por unos lobos. Pero a lo mejor habrá que empezar a recolectar cacas de lobo para poder echarlas en algún sitio y demostrar las cosas y que esta gente pueda cobrar algo por las pérdidas del capricho ecologeta de las narices.
Y todas estas tareas son realizadas por empleados públicos, no lo olvidemos
Gentuza que pagamos con nuestro dinero para que nos jodan la vida. Para que se dediquen a destruir el campo es la propiedad milenaria de los últimos españoles que han seguido tomando el relevo de un trabajo duro y sacrificado y tan necesario para la supervivencia de nuestra nación.
A estos sinvergüenzas quiero deciros que el Nuevo Orden Mundial sois vosotros, en realidad, y no el payaso de Bill Gates y otros. Sois vosotros, con vuestras nóminas intocables, los que os estáis cargando vuestro propio país y condenando al hambre a vuestros propios hijos. Condenándonos a todos a una esclavitud en la que vosotros estáis a gusto porque vivís de ello y vivís bien. Que se joda el ganadero y el pescador y el agricultor mientras vosotros vivís de madre. No sé cómo podéis volver a casa luego y sentiros bien después de hacer un trabajo tan asqueroso y tan inútil e innecesario salvo para los cabrones hijos de Satanás que nos están amargando la vida cada día.