Sánchez lo ha tenido todo muy claro desde el primer día: si regaba de dinero público a los medios de comunicación, más de medio camino de mentiras y de manipulación lo tendría recorrido. Pero la cantidad con la que ha debido regarles ha tenido que ser mayor que la que se nos ha dicho en un principio, porque el peloterismo que tienen muchos para con Sánchez raya lo obsceno.
Por eso nos encontramos con que algunos en esos medios han convertido a Sánchez en una especie de estadista nunca antes visto, cuando en realidad es un tipo con grandes limitaciones -tiren de hemeroteca en Twitter y comprobarán que escribe hasta con faltas de ortografía-.
Pero como no hay nada que no se pueda conseguir con dinero, ahora tenemos al presimiente tratado como estrella en la mayoría de los medios de comunicación. Escuchen, por ejemplo, esto de Angels Barceló en la SER porque no es normal.
¿Se dan cuenta? Tal y como sucedió con los brebajes, hacer que lo rematadamente malo parezca bueno y viceversa. Lo de los medios ya no es cuestión de principios ni nada parecido, es cuestión de dignidad. Ya vamos teniendo bien claro que nada de eso existe si a cambio se recibe un buen fajo.
Lo que os decía antes en .es sobre la inexistente noción del concepto ‘traición’ en las cabezas de trozos de carne como Irene Montero, Belarra o Sánchez.
Hablemos de otros conceptos como ‘honor’ o ‘palabra’ y se aplica lo mismo.
Una meretriz de las ondas como esta tipa con cara de perro pachón puede escribir una atrocidad como «sacrificar la palabra» y camelar a una masa que en su conjunto también carece de conceptos metafísicos convenciéndola de que ser un trozo de mierda embustero, marrullero, corrupto y destructor es algo bueno y noble.
No soporto más vivir rodeada de esta escoria, y de la masa controlada por ellos.
Toda una hija de la gran puta