Siendo malos y absolutamente dictatoriales los políticos que tenemos, lo peor son los pelotas de los que se rodean. Eso sucede con Pedro Sánchez y eso es algo que, a un sátrapa como él, le encanta.
Después de la Cumbre Europea celebrada en Granada, el tipo de la Moncloa decide irse de festa por la ciudad y, cómo no, a esa fiesta acuden los habituales pelotas de los que se rodea cualquier dictadorzuelo que se precie. Y aunque no reconocemos a muchos, el que sí hemos localizado es al pasado de moda, y pesado como él solo, Miguel Ríos.
Parece que Miguel, o Michael Rivers, que es como empezó llamándose, no ha aprendido con la edad y sigue siendo un lamebotas, cuando ya peina muchas canas y entradas desde hace décadas.
Es infumable toda esta gente que, lejos de estar en la defensa del pueblo contra el poder, que es lo que deberían hacer y mucho más con lo que estamos viendo, se convierten en auténticos lamebotas de las élites. Estos, que van de recoluacionarios, apoyando al agendista que sirve a las grandes corporaciones. ¡Qué pena, España!
Se habrá ido con begoño también a la logia de la zona y luego a alguna sauna como la de su suegro…
Sinvergüenzas…
Le voy a dedicar una canción suya a ver si se entera.
Y por supuesto le cambio la canción actualizandola a los nuevos tiempos o nueva subnormalidad.
Yo recuerdo aquel día
en que fui a declarar
Esa sala tan fría
En la Audiencia Nacional
Con el juezo aquel
Tu y yo y la ira
Que nació entre los dos
Yo gritaba en voz alta
que te amaba sin cesar
No entendía yo nada
De porque aquello estaba mal
Con el juezo aquel
Tu y yo y la ira
Que nació entre los dos
Ahora todo ha cambiado
Por declararte mi amor
He sido secuestrado
Por no ser un cobardón
Con el juezo aquel
Tu y yo y la ira
Que nació entre los dos
Nuestro amor en la vida
Tú tambien me querías
La la la la lara