En una bomba periodística que sacude los cimientos del PSOE, Koldo García Izaguirre, el exasesor del que fuera ministro José Luis Ábalos, ha roto su silencio en una exclusiva concedida a OK Diario. Horas antes de comparecer ante el Tribunal Supremo en el marco del ‘caso Koldo’, García ha revelado cómo se financiaron las primarias del PSOE de 2017, en las que Pedro Sánchez recuperó la secretaría general del partido. El método: un «pitufeo» sistemático con inmigrantes rumanos, marroquíes y sudamericanos, a quienes se repartía dinero en pequeñas cantidades para ingresar en la cuenta de la campaña, burlando los límites legales de donaciones.
García, detenido en febrero de 2024 y ahora enfrentado a una petición de 19 años y medio de prisión por delitos como pertenencia a organización criminal, cohecho y malversación, describió el proceso con crudeza en la entrevista. «Se hizo pitufeo en las primarias con inmigrantes rumanos, marroquíes y sudamericanos», afirmó el exasesor, explicando que el término «pitufeo» alude a la fragmentación de sumas mayores en depósitos inferiores a los 300 euros, el límite establecido para aportaciones individuales en aquellas elecciones internas.
Según su testimonio, García recibía cantidades de 1.000 o 2.000 euros de donantes anónimos y las distribuía entre «conocidos, simpatizantes e inmigrantes que eran afiliados del partido». Estos últimos, muchos de ellos de origen rumano, marroquí o sudamericano, ingresaban el dinero a su nombre en la cuenta de la campaña de Sánchez. «Entrega tú, tú, tú y tú», les indicaba, para evitar detección. «Algunos no eran afiliados y eran simpatizantes», admitió, reconociendo que el no saber el origen exacto del dinero no le eximía de responsabilidad.
No se precisó la cantidad total recaudada mediante este método, pero García oyó rumores internos de que se había logrado «un millón de euros». «Yo eso no lo sé. Lo que decían es que se había conseguido un millón de euros. Pero yo no lo puedo decir, mis conocimientos no daban para estar en el departamento que llevaba los ingresos y las donaciones», zanjó.
Este esquema no fue improvisado: formaba parte de una operación más amplia para inflar artificialmente el apoyo financiero a la candidatura de Sánchez, que competía contra Susana Díaz y Patxi López. Las primarias de 2017, celebradas entre el 21 y el 29 de mayo, supusieron un punto de inflexión para el PSOE, con Sánchez obteniendo el 50% de los votos de la militancia y el 48,7% de las urnas generales, lo que le permitió volver al liderazgo tras su dimisión en 2016.
La revelación no se quedó en el «pitufeo». García también cargó contra el círculo más íntimo de Pedro Sánchez, afirmando haber escuchado al líder socialista y a su asesor Paco Salazar asegurar que Sabiniano Gómez Blanco –suegro del presidente y padre de Begoña Gómez– aportaría 100.000 euros a la campaña. El origen de estos fondos: presuntos negocios de prostitución en los que Gómez habría estado implicado en Galicia durante décadas.
«Pedro Sánchez y Paco Salazar dijeron: ‘Eso ya está hecho, ya está gestionado, ya está todo bien’. Sí que es verdad que dijeron eso, yo lo escuché», relató Koldo, quien no dudó en vincularlo directamente al suegro del presidente. Esta acusación, si se confirma, podría abrir un nuevo frente judicial, ya que Gómez Blanco, fallecido en 2019, fue investigado en su día por blanqueo de capitales relacionado con locales de alterne en A Coruña y Lugo.
García no se limitó a estos detalles: en la misma entrevista, expresó su desconfianza hacia varios pilares del Gobierno. «No pongo la mano en el fuego por Sánchez, Begoña, Armengol, Marlaska, Chivite ni Zapatero», declaró, insinuando que posee mensajes de Sánchez y el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero que «podrían tumbar al Gobierno».
Estas confesiones llegan en un momento crítico. Hoy, Koldo García y José Luis Ábalos comparecen ante el Tribunal Supremo, donde la Fiscalía Anticorrupción solicita 24 años de cárcel para el exministro y 19,5 para su exasesor, más una multa de 3,9 millones de euros. La investigación, iniciada por presuntas comisiones ilegales en contratos de mascarillas durante la pandemia, ha destapado una presunta caja B del PSOE que se remonta a 2017.
La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil ya había alertado en informes previos sobre irregularidades en las primarias.
En junio de 2025, se publicaron audios y mensajes donde Santos Cerdán –exsecretario de Organización del PSOE y ahora en prisión provisional– pedía a Koldo «meter dos papeletas» en las primarias de 2014 para amañar votos. Vídeos de mítines muestran a Koldo como escolta y organizador de Sánchez en 2017, contradiciendo las declaraciones del presidente de que su relación era «anecdótica».
El informe de la UCO de noviembre de 2025 califica las primarias como «la primera operación de la trama a nivel nacional», con fondos que habrían financiado no solo la campaña interna, sino adjudicaciones posteriores de obras públicas. Emiliano García-Page, presidente de Castilla-La Mancha, lo tildó de «horroroso para un socialista», denunciando que «todo el núcleo duro» de Sánchez está implicado.
Este escándalo no solo cuestiona la legitimidad de las primarias de 2017 –en las que «nos robaron las primarias», según damnificados del sector moderado como los afines a Díaz–, sino que podría derivar en una crisis interna en el PSOE. Con Cerdán en prisión desde junio y Ábalos inhabilitado, la trama se ancla en el ascenso de Sánchez al poder. Si las acusaciones de Koldo prosperan, el impacto podría ser devastador: no solo judicial, sino político, erosionando la base de un Gobierno ya debilitado por la corrupción.
Mientras el Supremo decide sobre las prisiones, la pregunta flota en el aire: ¿fue el «pitufeo» el precio de la victoria de Sánchez, o solo la punta del iceberg de una red más profunda? La respuesta, como el dinero fraccionado, podría gotear en los próximos días.