En un giro curioso que ha dejado perplejos a muchos conductores españoles, la Dirección General de Tráfico (DGT) ha lanzado una campaña para promover la baliza V16 conectada, un dispositivo que, según su infografía oficial del 8 de noviembre, geolocaliza automáticamente tu vehículo en caso de emergencia a través de la plataforma DGT 3.0. Sin embargo, en un detalle que levanta cejas, la misma DGT insiste en que, a pesar de esta función de geolocalización, tú debes llamar manualmente a los servicios de emergencia (112 o el sistema eCall, si tu vehículo lo tiene) para avisar de tu situación. ¿No es esto una contradicción intrigante? Un dispositivo que supuestamente te localiza por sí solo, pero que aún te deja con la responsabilidad de hacer la llamada. Este aparente sinsentido no solo genera preguntas sobre su verdadera utilidad, sino que también ofrece razones sólidas para reconsiderar su compra obligatoria a partir de 2026.
A ello se suma un dato aún más sorprendente: España es el único país del mundo que impondrá este dispositivo, lo que intensifica las dudas sobre su necesidad y propósito.
La infografía de la DGT, publicada en X el 8 de noviembre, ilustra cómo la V16 conectada emite tu posición exacta a una «centralita» digital cuando se activa, permitiendo que otros conductores reciban alertas a través de navegadores o paneles de mensaje variable. Suena prometedor: una luz visible a un kilómetro y conectividad para avisar en tiempo real. Pero el manual de uso aclara que «no funciona como sistema de aviso a los servicios de emergencia», dejando esa tarea en tus manos. ¿Por qué invertir en un dispositivo que te geolocaliza si aún debes usar tu teléfono? Esta dualidad sugiere que la baliza podría ser más un instrumento de vigilancia que de seguridad. De hecho, datos recientes muestran que desde la expansión de DGT 3.0 en 2024, la recolección de datos de tráfico en España ha aumentado un 15%, lo que alimenta sospechas de que tu ubicación podría estar siendo monitoreada incluso fuera de emergencias. A esto se añade la singularidad de España como pionera mundial en imponer este dispositivo, un hecho que refuerza las teorías de que podría tratarse de una medida local con fines cuestionables, más allá de la seguridad vial.
🚨 ¿Cómo debemos actuar con la #V16Conectada en caso de emergencia? La infografía de #RevistaDGT puede aclarar conceptos, pero cada situación es diferente y aplicaremos el sentido para decidir cuando salir del vehículo a zona segura. 👉 https://t.co/MoGjpH0es1#FAQSV16Conectada pic.twitter.com/ebGsCIcnEx
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) November 8, 2025
Razones para No Comprar la Baliza V16
- Riesgo de Privacidad y Vigilancia: La geolocalización constante, incluso en reposo, plantea serios problemas de privacidad. Aunque la DGT asegura que solo transmite datos al activarla, la tecnología podría evolucionar hacia un seguimiento obligatorio, especialmente con las discusiones en la UE sobre monitoreo vehicular que podrían intensificarse en 2027.
- Costo Elevado sin Garantía: Los precios oscilan entre 50 y 100 euros, con la conectividad incluida por 12 años. Sin embargo, para un uso esporádico, este gasto puede no justificarse. Comparado con los triángulos tradicionales, que cuestan menos de 10 euros y no requieren mantenimiento, la V16 parece un lujo innecesario.
- Efectividad Limitada en Condiciones Reales: La DGT reconoce que la visibilidad de la baliza se reduce en niebla, curvas o cambios de rasante, condiciones comunes en España. Esto la hace menos fiable que los triángulos en situaciones críticas, como las descritas por usuarios en X que temen accidentes en autovías boscosas.
- Multas como Presión: A partir de 2026, no llevar la V16 implicará multas de 200 euros o más. Sin embargo, datos preliminares de 2025 muestran que solo el 3% de los incidentes viales involucró rescates gracias a la geolocalización, cuestionando la urgencia de su adopción.
- Mantenimiento y Fallos: La V16 requiere pilas o baterías que deben revisarse anualmente, un inconveniente frente a la durabilidad de los triángulos. Además, pruebas de 2025 revelaron que 1 de cada 10 unidades de vendedores no certificados falló en las pruebas de geolocalización, dejando a los conductores expuestos a sanciones.
- Pérdida de Autonomía: Comprarla implica someterte a un sistema que podría expandirse hacia un control mayor. Mantener los triángulos o resistir hasta que la normativa se revise preserva tu independencia. Que España sea el único país en imponerla refuerza la idea de que es un experimento nacional que no ha sido adoptado globalmente por una razón.
La baliza V16 conectada es un ejemplo fascinante de cómo la tecnología puede prometer seguridad mientras genera más dudas que soluciones. Que te geolocalice pero te obligue a llamar manualmente es un diseño que invita a sospechar: ¿es realmente por nuestra protección o para alimentar un sistema de datos? A esto se suma el hecho asombroso de que España sea el único país del mundo en imponerla, lo que sugiere que podría ser un ensayo local con motivaciones políticas o económicas más que una medida universalmente validada. Con costos, riesgos de privacidad y eficacia cuestionable, optar por no comprarla –al menos hasta que se demuestre su valor real– parece una decisión sensata.

