sábado, octubre 25, 2025
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Grave denuncia contra Antonio Pelayo, corresponsal de Antena 3 en Roma

Antonio Pelayo, el veterano periodista y sacerdote español de 81 años, conocido mundialmente por su labor como corresponsal de Antena 3 en Roma y experto en asuntos vaticanos, se encuentra en el centro de una grave polémica. La Fiscalía de Roma ha formalizado cargos en su contra por presunta agresión sexual contra un periodista italiano de 40 años. Los hechos, ocurridos en mayo de 2025, se enmarcan en el contexto de la cobertura mediática de la muerte del papa Francisco y el subsiguiente cónclave que eligió a León XIV como su sucesor. La noticia, adelantada por el diario italiano Corriere della Sera, ha generado un impacto significativo en los medios españoles e italianos, cuestionando la trayectoria impecable de una figura icónica del periodismo eclesiástico.

Nacido en Valladolid, Antonio Pelayo es un referente en la información sobre la Santa Sede. Ordenado sacerdote jesuita, ha compaginado su vocación religiosa con una prolífica carrera periodística durante más de tres décadas. Como decano de los periodistas españoles en Roma, Pelayo ha sido colaborador freelance de Antena 3, especialmente en temas vaticanos, aunque no forma parte de su plantilla fija. Su cercanía con el papa Francisco era legendaria: el pontífice le regaló seis botellas de vino argentino por su cumpleaños, un gesto que Pelayo recordó con emoción en una conexión en directo con Sonsoles Ónega en Antena 3, donde llegó a llorar afirmando: «He perdido a un padre».

Autor de varios libros sobre la actualidad vaticana y colaborador en prensa escrita, Pelayo ha cubierto eventos clave como la hospitalización y fallecimiento de Francisco el 21 de abril de 2025, así como el cónclave posterior. Su prestigio lo convirtió en una voz autorizada, con conexiones en directo que capturaron la atención global durante aquellos días de intensa actividad periodística en Roma, donde se congregaron cientos de profesionales.

Según la información publicada por Corriere della Sera en un artículo firmado por el periodista Giulio De Santis, los hechos ocurrieron el 23 de mayo de 2025, en el domicilio de Pelayo en el centro histórico de Roma. La víctima, un periodista italiano de 40 años radicado en Italia, conoció a Pelayo durante las coberturas compartidas de la agonía y muerte del papa Francisco. Ambos entablaron una relación profesional que derivó en amistad, impulsada por intereses comunes como el arte y la admiración por Salvador Dalí.

La primera invitación a casa de Pelayo transcurrió sin incidentes, descrita como un aperitivo cordial. Sin embargo, en un segundo encuentro, la situación cambió drásticamente. Pelayo ofreció whisky a su invitado, quien lo rechazó. Según el relato del denunciante, el sacerdote intentó entonces «mantener relaciones sexuales sin consentimiento», con avances físicos insistentes que se tornaron agresivos. El periodista, al excusarse para ir a la cocina, sintió una invasión de su espacio personal que generó una situación «tensa y violenta». Logró huir del domicilio y, temiendo un nuevo encuentro —dado que Pelayo intentó contactarlo insistentemente—, abandonó Roma y se mudó a otra ciudad por motivos de seguridad psicológica.

Cinco días después del incidente, el 28 de mayo de 2025, la víctima presentó una denuncia formal ante la policía. La investigación, a cargo de los Carabinieri y la Fiscalía de Roma, se extendió por cinco meses. Las autoridades verificaron el testimonio del denunciante, considerándolo «creíble» y «suficientemente acreditado» para formalizar la acusación de presunta agresión sexual contra Pelayo. Documentos judiciales revelan que el sacerdote envió mensajes de disculpa al afectado, reconociendo implícitamente su conducta: «Lo siento mucho, no quería molestarte».

El caso ahora está a disposición del tribunal competente, que decidirá si se abre un juicio oral o se archiva el expediente. No se han detallado posibles penas, pero en Italia, la agresión sexual puede conllevar hasta 12 años de prisión, dependiendo de la gravedad.Reacciones y consecuencias inmediatasHasta el momento, ni Pelayo ni Antena 3 han emitido comunicados oficiales. La cadena, para la que el sacerdote colabora como freelance, no ha respondido públicamente a las acusaciones, aunque fuentes cercanas indican que el caso ha generado sorpresa en el entorno profesional. En el ámbito eclesiástico, tampoco ha habido pronunciamientos formales de la Santa Sede o la diócesis de origen de Pelayo.

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