domingo, octubre 19, 2025
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Muere el abogado Emilio Rodríguez Menéndez

José Emilio Rodríguez Menéndez, conocido como el «abogado del diablo» por su defensa de causas imposibles y controvertidas, ha fallecido a los 75 años en Madrid, en el mismo día de su cumpleaños. Tras semanas de ingreso hospitalario por una larga enfermedad, Rodríguez Menéndez expiró en el Hospital Central de la Cruz Roja, San José y Santa Adela, según confirmaron fuentes cercanas al letrado a Telecinco. Su viuda, que lo acompañó hasta el último momento, comenzó a notificar la noticia a amigos y colegas alrededor de las 23:00 horas del jueves 16 de octubre. Esta pérdida cierra una trayectoria judicial plagada de éxitos mediáticos, condenas personales y fugas espectaculares, que lo convirtieron en una figura icónica —y divisiva— de la abogacía española de finales del siglo XX.

Nacido el 16 de octubre de 1950, Rodríguez Menéndez se licenció en Derecho y rápidamente se labró una reputación como letrado de causas perdidas, adoptando el lema «el abogado del diablo» para atraer a clientes que nadie más querría defender. Su fama explotó en los años 80 y 90, cuando intervino en algunos de los casos más sonados de la crónica negra española, convirtiéndose en un habitual de los programas de televisión y las portadas de la prensa sensacionalista. «Desde que fue público y conocido en este país, ha protagonizado una cantidad de historias muy variopintas», recordaba Alfonso Egea en La Mirada Crítica de esRadio, destacando su habilidad para transformar juicios en espectáculos mediáticos.

Entre sus defensas más emblemáticas destaca la de Dionisio Rodríguez Martín, conocido como «El Dioni», el guardia de seguridad que en 1989 robó un furgón blindado de Caja Madrid con 298 millones de pesetas (unos 1,8 millones de euros actuales). Rodríguez Menéndez logró rebajar la pena inicial de 10 años a 6, argumentando presiones psicológicas sobre su cliente, y acompañó al Dioni en su posterior carrera televisiva, donde se convirtió en un personaje de la «telebasura». Otro caso icónico fue el de Nieves Soldevilla, «la Dulce Neus», condenada en 1989 a 28 años de prisión por orquestar el asesinato de su marido con la complicidad de sus seis hijos. El abogado apeló la sentencia hasta el agotamiento, convirtiendo el proceso en un circo judicial que capturó la atención nacional.

No se limitó a la crónica negra: defendió a los policías implicados en la desaparición de Santiago Corella, «el Nani», en 1983 —un caso que destapó una red de corrupción en la Policía Nacional y inspiró la película Matar al Nani (1988)—. También representó a figuras del corazón como Antonio David Flores y Ángel Cristo en sus batallas legales. En 1995, protagonizó un escándalo al publicar una supuesta entrevista exclusiva con Antonio Anglés, el fugitivo de las niñas de Alcàsser, que resultó ser falsa y le valió una condena por estafa. «Era un tipo sin escrúpulos, un mal tipo», lamentaba el periodista José Sánchez Hachero en X, recordando cómo Rodríguez Menéndez lo involucró involuntariamente en ese caso.

Su vida personal no fue menos turbulenta: relacionado con extorsiones a magnates de la comunicación, sobrevivió a un intento de asesinato por parte de una expareja en los 90. Además, incursionó en los medios como colaborador en programas de Antena 3 y Telecinco, donde su verborrea y anécdotas judiciales lo convirtieron en un invitado fijo.

La polémica no se limitó a sus clientes: Rodríguez Menéndez acumuló múltiples condenas que empañaron su carrera. En 2001, fue sentenciado a cuatro años de prisión por estafar con una falsa venta de petróleo, un montaje que involucraba a inversores crédulos. En 2005, huyó a Argentina para eludir el ingreso en prisión por otra condena de tres años y nueve meses por falsedad documental y alzamiento de bienes. Regresó años después tras pactar con la Justicia, pero su imagen de «fugitivo» perduró.»

Ha sido condenado en numerosas ocasiones por múltiples delitos que le han llevado a convertirse en el abogado más polémico de nuestro país», resumía El Debate. A pesar de ello, su desparpajo lo mantuvo en el candelero: en entrevistas, bromeaba sobre sus penas como «parte del show».

El Colegio de Abogados de Madrid ha expresado condolencias formales, reconociendo su «impacto en la profesión», aunque sin profundizar en polémicas. Su viuda, discreta hasta ahora, podría organizar un entierro íntimo, según fuentes cercanas.

 

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