lunes, octubre 13, 2025
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Desfilan casi todos nuestros problemas

Por Alfonso de la Vega

Desfilan los problemas pero la decisión de Abascal de no subirse a la tribuna de la casta en el desfile de las FFAA de este año seguro que será muy criticada por los bien abonados media de la derecha complaciente de falsa bandera. Lo ha comunicado a don Felipe mediante una carta en la que explica sus razones:

“Sánchez aprovecha estos eventos para blanquear un gobierno sumido en un a corrupción escandalosa y responsable de gravísimas traiciones a los intereses de España”. También ha calificado al gobierno de “ilegítimo y de dinamitar el Estado de Derecho y la convivencia pacífica y poner en riesgo la seguridad nacional.”

En realidad el rey ya lo sabe o debiera saberlo que tal es su obligación y para eso está y se le paga. Pero “mientras dura, vida y dulzura”. También es verdad que Abascal debiera saber que el rey lo sabe y aunque no hubiera habido pucherazo contra VOX como algunos sospechan, ahora estaríamos recogiendo los frutos previsibles de que no se hubiera cumplido lo dispuesto en el artículo 99.1 acerca del nombramiento a candidato presidencial. No hay auctoritas y en ocasiones ni siquiera autoridad legalmente fundada para hacer lo que se hace.

El Régimen borbónico disimula con una propaganda que presenta dos caras, la del valido de Su Majestad, hoy también recibido por un público entusiasta y enfervorizado al grito de “hijo de p , hijo de p” y la de Su Majestad propiamente dicha, hoy con su bonito terno de marino de guerra, como garante de toda garantía garantizada. Ahora bien, no hay tenderete que perdure siempre y al final no habrá forma de tapar la farsa de modo que lo mismo pueda acabar con un dos por el precio de uno, como en las ofertas de los supermercados.

Pero lo Abascal de no ser una simple nube de verano debiera suponer un antes y un después en su posición relativa al Régimen. Porque es evidencia de razón que el problema no es solo del falsario presidente del Gobierno de Su Majestad y su banda como se empeñan en hacernos creer, sino de la Monarquía en su conjunto con sus diversas instituciones colaboracionistas, empezando por la propia Corona que parece haber dimitido de cumplir sus obligaciones constitucionales. Ahí estamos con una corrupción galopante impune y sin siquiera cumplir el precepto de presentación de presupuestos, pero no pasa nada ni el rey garante lo exige.

En el reino filipino las instituciones están crecientemente deslegitimadas, todo va manga por hombro y con tendencia a empeorar salvo el IBEX 35 al servicio de BlackRock y otros siniestros monopolios que juegan con ventaja de saber donde va a quedar la bolita. Tampoco se corrige nada y nos encontramos a la espera de la próxima inundación o incendio según programación de temporada de calamidades, u otro apagón, eléctrico o de la dignidad ala espera de que vuelva su luz. Los innumerables corruptos relacionados con el Poder carecen de motivo para demasiada queja. Algún pequeño que otro susto o sobresalto judicial con tener que ir a declarar en el peor de los casos y luego a disfrutar del botín sin tan siquiera un mínimo de reprobación social de un populacho embrutecido tras medio siglo de Régimen.

En estas condiciones y con la tiranía en puertas o casi ya dentro celebrar frívolamente el desastre o hacer como si no pasase nada resulta escandaloso. Un Régimen capaz de considerar normal y dar por bueno lo que pasa estaría deslegitimado moral y políticamente.

Junto a la problemática de las revueltas desestabilizadoras del vecino del Sur, para colmo la comidilla de este año, quizás para compensar su mención a España en el Día de la Hispanidad, son las declaraciones de Trump que nos quiere echar de la OTAN con el pretexto de no pagar bastante.

Tal como se desarrollan los acontecimientos lo mejor que nos pudiera pasar es que volviésemos a nuestro añorado status de neutralidad, dejarnos de OTAN e intentar no vernos arrastrados a la devastadora guerra europea que un grupo de desalmados está promoviendo a costa de la vida y hacienda de los pueblos europeos que supuestamente representan.

Quizás la verdadera naturaleza de la OTAN la muestra el que Trump diga que hay que echarnos y los demás teóricos socios y amigos lo consientan sin rechistar. Cabe recordar la fatal destrucción del famoso gasoducto Nord Stream al parecer perpetrado por o al menos con su complicidad. O las recientes amenazas contra la integridad territorial de otro país de la OTAN como es el caso de Dinamarca y Groenlandia. Tampoco nos defiende de la auténtica invasión que padecemos que, por supuesto, no es ni rusa ni china sino islámica.

Abascal debiera distinguir entre intentar coexistir o llevarse lo mejor posible con todas las naciones, incluido el imperio y otra reírle las gracias a Trump y más cuando se permite atacar nuestra soberanía. Una forma de demostrar que VOX va de verdad en serio en el proceso de recuperación patriótica sería pedir un referendo limpio sobre si queremos seguir o no en la OTAN.

Una cuestión necesaria para lograr un sistema político al servicio de los legítimos intereses de España y de los españoles en el que se debiera preferir la neutralidad al actual estado de cosas. Y a este dilema debiera dar respuesta Abascal si es que no se quiere limitar a gestos vistosos cara a la galería pero tan fugaces como fuegos de artificio. Más pronto o más tarde se habrá de producir una reacción popular para tratar de sobrevivir y Abacal tendrá que decidir dónde verdaderamente quiera estar y está.

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