En los últimos años, Rusia ha sido escenario de una serie de muertes inexplicables entre figuras influyentes, muchas de las cuales involucran caídas desde ventanas de edificios altos. El caso más reciente, ocurrido el 4 de octubre, es el de Vyacheslav Leontyev, de 87 años, director de la editorial de Pravda, el histórico periódico soviético que sirvió como órgano principal del Partido Comunista de la Unión Soviética. Leontyev, quien asumió el cargo en 1984 y continuó liderando la publicación mucho después del colapso de la URSS en 1991, cayó desde la ventana de su apartamento en el séptimo piso de un edificio en el oeste de Moscú, en la calle Molodogvardeyskaya. Su cuerpo fue hallado a unos 21 metros de altura, y las autoridades rusas investigan si se trató de un accidente, suicidio o asesinato, aunque algunas fuentes lo atribuyen a un posible colapso nervioso.
Leontyev era una figura enigmática, descrito por el periodista exiliado Andrey Malgin como un «millonario subterráneo» con conocimiento profundo sobre las finanzas secretas del Partido Comunista, ya que la editorial de Pravda era uno de los negocios más rentables del imperio económico del PCUS. Malgin, quien lo conocía personalmente, comentó en redes sociales: «Las caídas por ventanas continúan. Leontyev cayó de una ventana», destacando el patrón recurrente de estas muertes.
Este incidente se suma a una larga lista de defenestraciones sospechosas que han alimentado especulaciones sobre purgas internas en el Kremlin, presiones por sanciones internacionales o eliminaciones selectivas de personas con información sensible, especialmente en el contexto de la invasión de Ucrania iniciada en 2022.
Desde el inicio de la guerra en Ucrania, al menos una docena de altos ejecutivos, funcionarios y oligarcas rusos han muerto en circunstancias similares, a menudo clasificadas oficialmente como suicidios o accidentes, pero cuestionadas por familiares, medios independientes y analistas occidentales. Este patrón, apodado irónicamente «síndrome de muerte súbita rusa» o «defenestración rusa», incluye caídas desde ventanas, balcones o incluso hospitales, y se concentra en sectores clave como el energético, la defensa y la política.
Expertos como el empresario Bill Browder sugieren que Vladimir Putin podría estar ordenando ejecuciones para intimidar a potenciales disidentes en industrias críticas, mientras que otros atribuyen el fenómeno a estrés por sanciones, alcoholismo o suicidios genuinos en un país con una de las tasas de suicidio más altas del mundo. Sin embargo, la frecuencia y el perfil de las víctimas —muchas vinculadas al Kremlin— han generado dudas sobre la versión oficial.
A continuación, una lista de personas influyentes rusas que han muerto en circunstancias similares (caídas desde alturas) en los últimos años:
Ravil Maganov
Presidente de Lukoil (segunda petrolera rusa más grande)
Septiembre 2022: Cayó desde la ventana del sexto piso de un hospital en Moscú (Clínica del Kremlin). Oficialmente suicidio, pero Lukoil lo atribuyó a una enfermedad grave. Crítico implícito de la guerra.
Pavel Antov
Empresario de embutidos y político de Rusia Unida
Diciembre 2022: Cayó desde una ventana de hotel en India durante un viaje; días antes criticó ataques rusos en Ucrania. Su compañero de viaje murió de un infarto.
Marina Yankina
Jefa de finanzas en el Distrito Militar Occidental del Ministerio de Defensa
Febrero 2023: Cayó 50 metros desde el piso 16 en San Petersburgo. Gestionaba fondos para la guerra en Ucrania.
Mikhail Rogachev
Exvicepresidente de Yukos (petrolera desmantelada por aliados de Putin)
Octubre 2024: Cayó desde el décimo piso de su apartamento en Moscú. Familiares niegan suicidio; estaba de buen humor.
Andrei Badalov
Vicepresidente de Transneft (monopolio estatal de oleoductos)
Julio 2025: Cayó desde el piso 17 (vivía en el 10) en Moscú. Dejó una nota de suicidio; contexto de sanciones por la guerra.
Artur Pryakhin
Coronel de policía
Febrero 2025: Cayó desde el quinto piso en Petrozavodsk.
Alexey Zubkov
Jefe del Centro Forense del Comité de Investigación
Febrero 2025: Cayó desde el cuarto piso en Moscú (sobrevivió inicialmente, pero contexto similar).
Vadim Stroikin
Cantautor y locutor opositor a Putin
Febrero 2025: Cayó durante un registro policial en San Petersburgo; acusado de apoyar a Ucrania.
Otros casos notables incluyen a Vladislav Avayev (Gazprombank, 2022: aparente asesinato-suicidio familiar) y Sergey Protosenya (Novatek, 2022: encontrado colgado tras muertes familiares), aunque no todos por caídas directas.
La lista supera las dos docenas desde 2022, principalmente en el sector energético, donde las sanciones han generado tensiones.
Estas muertes ocurren en un contexto de represión creciente: periodistas independientes silenciados, opositores encarcelados y sanciones que estrangulan la economía rusa. Aunque el Kremlin niega cualquier implicación, la falta de investigaciones transparentes y el apagado de cámaras en algunos casos (como el de Maganov) alimentan teorías de «trabajo mojado» (mokroye delo), un término ruso para asesinatos encubiertos.
Analistas occidentales ven un mensaje de intimidación: lealtad absoluta o riesgo de «accidente». En Rusia, donde la esperanza de vida es baja y el suicidio común, algunos descartan conspiraciones, pero el patrón sugiere algo más sistemático.