En abril de 2025, el presidente del Gobierno español, Pedro Sánc-HEZ, realizó una visita oficial a China con el objetivo de fortalecer los lazos económicos en un contexto de guerra comercial global y dependencia de minerales críticos. Aunque los acuerdos oficiales se centraron principalmente en sectores como la agricultura, la ciencia y la educación, surgieron discusiones paralelas sobre inversiones en litio y otros minerales estratégicos, incluyendo las tierras raras. Estas conversaciones han generado especulaciones sobre posibles pactos no públicos, especialmente dada la posición dominante de China en la cadena de suministro mundial de estos recursos esenciales para la transición energética y la tecnología.
La visita de Sánchez a Pekín se produjo en plena escalada de tensiones arancelarias entre China, la Unión Europea y Estados Unidos. Con Donald Trump de nuevo en la Casa Blanca, España buscaba diversificar sus mercados y reducir la dependencia de aliados tradicionales. Durante el viaje, que incluyó reuniones con el presidente Xi Jinping y líderes empresariales, se firmaron siete acuerdos bilaterales orientados a facilitar las exportaciones españolas.
Estos incluyeron:
- La expansión de la exportación de productos porcinos y la inclusión de cerezas españolas en el mercado chino.
- La creación de un grupo de trabajo bilateral para productos sanitarios, medicamentos y cosméticos.
- Acuerdos de cooperación científica entre el Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial (CDTI) y su homólogo chino, así como entre laboratorios de luz sincrotrón.
- Colaboraciones en educación, con énfasis en intercambios estudiantiles y promoción de idiomas.
- Refuerzo de la cooperación cinematográfica para proyectos conjuntos y festivales.
Sin embargo, ninguno de estos pactos menciona explícitamente tierras raras o litio. En cambio, las discusiones sobre minerales críticos surgieron en encuentros con magnates chinos del sector minero y energético, donde se exploraron oportunidades de inversión en España.
Un aspecto destacado de la visita fue la reunión de Sánc-HEZ con representantes de empresas chinas líderes en la extracción y procesamiento de litio, como Tianqi Lithium, CATL, China Three Gorges y Envision. Estas compañías expresaron interés en invertir más de 4.100 millones de euros en proyectos españoles, incluyendo fábricas de baterías y turbinas eólicas en regiones como Extremadura, Andalucía y Aragón. A cambio, China propuso un acceso prioritario a los yacimientos de litio en el «cinturón ibérico», una franja rica en minerales que abarca desde el Cantábrico hasta el Guadalquivir.
Aunque no se anunciaron acuerdos formales sobre tierras raras durante la visita, estas discusiones se enmarcan en el Programa Nacional de Exploración Minera (2025-2029) impulsado por el Gobierno español, que busca identificar reservas de litio, tierras raras y otros minerales críticos como tantalio, berilio, tungsteno y niobio. Este plan, lanzado en marzo de 2025, responde a la directiva europea para reducir la dependencia de China, que controla casi el 100% de la extracción y procesamiento global de tierras raras. Empresas chinas han mostrado interés en participar en la fase exploratoria, lo que podría llevar a concesiones futuras o la declaración de zonas como «Reservas Estratégicas» por motivos de seguridad nacional.
China, por su parte, ha utilizado su monopolio sobre tierras raras como herramienta en negociaciones internacionales, restringiendo exportaciones en respuesta a disputas comerciales. En el contexto de la visita de Sánchez, Pekín buscaba replicar en España su modelo de control integral de la cadena de suministro, similar al implementado en el «Triángulo del Litio» sudamericano (Argentina, Chile y Bolivia).
La visita ha alimentado muchas sospechas, especialmente tras la ola de incendios forestales en agosto de 2025, que han arrasado más de 350.000 hectáreas en Galicia y Castilla y León —zonas ricas en yacimientos de litio y tierras raras—. Algunas voces en redes sociales sugieren que estos fuegos podrían estar vinculados a intereses chinos para «despejar» terrenos y facilitar la extracción, basándose en documentos revelados durante el viaje de Sánchez donde Pekín exigía control sobre grandes extensiones a cambio de inversiones.
La visita de Sánchez a China resalta el dilema de España y la UE: equilibrar la atracción de inversiones chinas con la necesidad de autonomía en minerales críticos. Mientras Bruselas promueve la explotación local para evitar vulnerabilidades —España es el segundo productor europeo de magnesita y el único con reservas de estroncio—, las tensiones comerciales han empeorado las relaciones, con China usando las tierras raras como «arma» negociadora.
Aunque no se concretaron acuerdos específicos sobre tierras raras en abril de 2025, las discusiones abren la puerta a futuras colaboraciones.
Algunas fuentes de interés: Sánchez se reunió en China con los ‘capos’ del litio que ansían los yacimientos españoles